Título original: Vivarium. Dirección: Lorcan Finnegan. País: Irlanda, USA, Bélgica y Dinamarca.
Año: 2019. Duración: 97 min. Género:
Ciencia ficción, Terror.
Garret Shanley, basado en
una historia de Lorcan Finnegan y Garret Shanley (Guión), Miguel De Olaso (Fotografía),
Kristian Eidnes Andersen (Música), Fantastic
Films / Frakas Productions / PingPong Film / XYZ Films. (Producción).
Premio a la Mejor Actriz (Imogen
Poots) en el Festival de Cine de Sitges 2019.
Estreno en Sevilla: 8 Abril 2020 (salavirtualdecine.com)
Reparto:
Imogen Poots (Gemma), Jesse
Eisenberg (Tom), Jonathan Aris (Martin), Olga Wehrly (Mujer llorando), Danielle
Ryan (School Mom), Senan Jennings (Niño), Molly McCann (Molly), Eanna Hardwicke
(Adolescente).
Sinopsis:
Una joven pareja se
plantea la compra de su primer hogar. Para ello visitan una inmobiliaria donde
los recibe un extraño agente de ventas, que les acompaña a una nueva,
misteriosa y peculiar urbanización para mostrarles una vivienda unifamiliar.
Allí quedan atrapados en una laberíntica pesadilla surrealista.
Comentarios:
A Black Mirror se le acabó el vigor, pero no a sus discípulos. La
última temporada y media de la hasta entonces extraordinaria serie de Charlie
Brooker dejó una atmósfera de decepción seguramente injusta, pero su impacto en
los últimos años ha sido tan enorme que, como ya hiciera en su día The Twilight Zone, ha acabado
estableciendo un modelo, un modo de esbozar, elucubrar y narrar que no deja de
parir hijos (i)legítimos. Y más que va a tener con la que nos está cayendo
encima en la vida real. El último, Vivarium,
producción irlandesa dirigida por Lorcan Finnegan, que repite el esquema
esencial de la serie: situaciones y tramas ambientadas en la cotidianidad de un
futuro próximo, que sin embargo terminan ofreciendo un clarividente análisis de
los riesgos y lacras de nuestra contemporaneidad.
Presentada en la Semana
de la Crítica de Cannes y estrenada más tarde en Sitges, donde Imogen Poots
obtuvo el premio a la mejor actriz, Vivarium
parte de una situación ordinaria, la búsqueda de una casa por parte de una
joven pareja en una inmobiliaria, para derivar pronto hacia la ciencia-ficción
en el seno de una impoluta urbanización, heredera en su estilo de las de Eduardo Manostijeras y El show de Truman: casas unifamiliares
exactas, arbolitos apuntando a un futuro normalizado y a un ahora de exclusión,
laberinto de gélidos hogares de cartón piedra por fuera y por dentro. Una
escenificación del presunto paraíso que los responsables de arte han imaginado
con unos diseños deliberadamente artificiales de exquisita sencillez, muy
ligados a las líneas rectas de René Magritte y a cuadros como El tiempo perforado y El imperio de las luces II (¡esas
nubes!).
Con ecos de Las mujeres perfectas y su visión de la
familia idílica, la película tiene momentos aterradores, sobre todo en lo
relacionado con el hijo de la pareja, pero lo más importante de Vivarium es lo que subyace, más que lo
que se muestra: que ese universo de exasperante perfección, de colorida comida
que no sabe a nada, flores de plástico, edredones clónicos, jardines de hierba
artificial y niños con rabietas imposibles puede estar ya aquí. Que el perfecto
hogar del extrarradio puede ser una cárcel en vida, un infierno sin escapatoria,
el nirvana de la incomunicación. (Javier Ocaña).
Recomendada.
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