sábado, 1 de abril de 2023

Conociendo a Lois Weber

 

Lois Weber

Cuando hablamos de los primeros años de la historia del cine en los Estados Unidos inevitablemente nos vienen a la mente nombres como David W. Griffith o Cecil B. DeMille, pero hubo también una mujer, una importante directora, que los trató de igual a igual, hasta el punto de contar con un puesto permanente en la poderosa Motion Pictures Directors Association: Lois Weber (1879-1939) la primera directora de cine norteamericana.

Una mujer emprendedora, valiente y arriesgada que llegó a ser la directora mejor pagada de Hollywood; una cineasta involucrada en todos los aspectos de la producción que utilizó el cine para exponer sus ideas. Hizo películas sobre la pena capital, la anticoncepción, el matrimonio o la pobreza, reflejando en su obra los profundos cambios que, especialmente para las mujeres, se estaban produciendo en los Estados Unidos a principios del siglo XX. Su carrera empezó hacia 1908 y se prolongó varias décadas, estima que en este periodo hizo unas doscientas películas, mayormente cortometrajes, de las que sólo se conserva algo más de una veintena. 

Lois Weber nació en Pittsburgh (Pennsylvania) en 1879, en el seno de una familia anglicana, desde pequeña mostró dos pasiones que terminarían confluyendo en su trabajo como cineasta: una extrema sensibilidad artística, que la empujó a iniciar una frustrada carrera como pianista, y unas profundas convicciones religiosas, que la llevaron, siendo poco más que una adolescente, como miembro de los Trabajadores del Ejército de la Iglesia (Church Army Workers) a ejercer de misionera y evangelizadora, cantando himnos por la calle y viviendo exclusivamente de las limosnas que recibía  durante algo más dos años.


Lois Weber junto a Phillips Smalley

En 1904 se trasladó a Nueva York con el objetivo de convertirse en actriz teatral. Entendía que el teatro y, más aún, la incipiente industria del cine le ofrecían la posibilidad de que su proselitismo llegara a un público mucho más numeroso, empezando por el propio gremio de los actores, cuya fe se propuso mejorar. Allí conoció al también actor Phillips Smalley, con quien se casó y trabajó como pareja artística. En 1908 los encontramos a ambos trabajando como actores para la filial americana de la productora Gaumont. Weber actuó el algunas películas a las órdenes de Herbert Blaché, al tiempo que detrás de la cámara filmaba fonoescenas y escribía guiones para la histórica compañía y luego también para la Solax Company, a las órdenes de Alice Guy-Blaché de la que aprendió el oficio de dirección.

A partir de 1911 Weber y Smalley decidieron probar suerte por su cuenta en la industria fílmica dirigieron conjuntamente numerosas películas cortas, tanto para Gaumont como para otras compañías como New York Motion Picture Co., Reliance Studio, Rex Motion Picture Company” etcétera. Weber escribía los guiones y los subtítulos, diseñaba los decorados y el vestuario, actuaba, dirigía, montaba e incluso revelaba los negativos. Todo indica que ella era la mitad más talentosa de la pareja.

Su primer cortometraje fue Una heroína de 76 (A Heroine Of ‘76, 1911), que ambos protagonizaron y codirigieron junto con Edwin S. Porter. 

Donde el talento como cineasta de Lois Weber quedó patente fue en Suspense (1913) un drama de acción y suspense de apenas diez minutos de duración, considerado una de las joyas de la historia del cine por su modernidad técnica y narrativa y el manejo de la cámara. La historia es la siguiente: un ama de llaves abandona su trabajo en una aislada casa, dejando una nota de despedida. Dentro queda una mujer y su bebé. La huida de la sirvienta es aprovechada por un buscavidas para asaltar la casa; la madre (interpretada por la propia Weber) al percatarse, telefonea a su marido que trabaja en la ciudad. El hombre, alarmado, roba un vehículo para acudir en su auxilio, por lo que es perseguido por el propietario del automóvil y varios agentes de policía.


Suspense


Utilizó de modo magistral el recurso de mostrar la pantalla dividida en forma triangular, para mostrar tres acciones de modo simultáneo, incrementando la tensión en el espectador; un recurso que utilizarían después muchos otros cineastas. Destaca también la variedad de planos y la originalidad de los encuadres, así como el rodaje de una de las primeras secuencias de persecución en automóvil de la historia del cine.

En 1914 se convirtió en la primera mujer en dirigir un largometraje en los Estados Unidos: El mercader de Venecia, adaptación de la obra de Shakespeare, un filme perdido del que, a día de hoy, se conservas sólo algunos fotogramas.




En 1915 consiguió un rotundo éxito con su título más ambicioso hasta el momento, Hypocrites en el que asumió en solitario la dirección, el guion, la producción y la interpretación. La cinta ponía en evidencia una sociedad obsesionada por el dinero, el deseo y el poder, pasiones que la llevan a corromperse. De esta cinta, lo que hizo correr ríos de tinta fue la aparición del primer desnudo femenino frontal, no pornográfico, de la actriz que interpretaba a la 'verdad desnuda' con la que un monje predicador intentaba convencer a sus feligreses. Como suele ocurrir, la polémica sirvió para llenar los cines, convirtiendo la película en un monumental éxito de taquilla.


La 'verdad desnuda'

Weber ha sido considerada como una de las directoras que mejor ha sabido mostrar la realidad y los problemas sociales de su época a través de sus películas, tocando temas que pocos se atrevían a representar en la época: la pena capital, el antisemitismo, la miseria, el alcoholismo, el aborto, la prostitución, la corrupción, la infidelidad conyugal, etc., esto la ponía a veces en el punto de mira de la censura.




Utilizaba las películas para difundir sus ideas, abordando temas muy peliagudos, así en ¿Dónde están mis hijos? (Where Are My Children? 1916), que trata del aborto invitando a las mujeres a tomar el control de su sexualidad, Weber defendía el acceso a los métodos anticonceptivos, al tiempo que se mostraba partidaria de la eugenesia como medida de control de la natalidad. 

Por su parte, en El pueblo contra John Doe (The People vs. John Doe, 1916), criticó con dureza la pena de muerte, mientras que en Hop, el brebaje del diablo (Hop, the Devil’s Brew, 1916) refleja la problemática de la drogadicción y el alcoholismo.


Shoes

En Zapatos (Shoes, 1916) aborda el tema de la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, generalmente en jornadas interminables por las que recibe míseros salarios, sin respetar descansos laborales ni otras consideraciones. La protagonista, Eva Meyer, afronta la carga de sostener una familia en la que el padre está en el paro y sin muchas ganas de encontrar trabajo, tiene tres hermanas pequeñas a las que alimentar, mientras su madre intenta llevar cada día la comida a la mesa. Su mísero salario semanal no alcanza para que pueda permitirse un par de zapatos nuevos. La protagonista ve que sus zapatos se van desgastando y aunque renueva las suelas con cartón, no aguantarán mucho más, y lucha entre el deseo de tener unos zapatos nuevos y la resistencia a las propuestas sexuales de un pretendiente. Esta película ha sido recientemente restaurada y editada en DVD usando varias de las copias existentes y el guion original de Weber descubierto en la NBCUniversal.

Con esta trayectoria, en 1916 Weber era la cineasta mejor pagada de los estudios Universal, donde llegó a tener de ayudante a un joven y todavía desconocido John Ford. En la cúspide de su fama, decidió independizarse y crear su propio estudio en 1917: Lois Weber Productions.




El borrón (The Blot, 1921) fue una de sus películas más famosa y de las pocas que se conservaron y estuvieron siempre disponibles. Aborda de nuevo un tema social, la desigualdad entre clases sociales, con la estructura de un drama romántico. Lois Weber, preocupada por los bajos salarios de los maestros y profesores, nos cuenta la historia de los Griggs y sus vecinos adinerados, los Olsens. El profesor Griggs aunque mal pagado, ejerce su profesión con ahínco, su esposa intenta llegar a fin de mes y su única hija, Amelia, trabaja en la biblioteca local. Su vecino, el señor Olsen gana un buen sueldo como zapatero y tiene varios hijos. El mayor de los Olsen ha puesto sus ojos en la joven Amelia, que también ha llamado la atención de otro de los rebeldes alumnos de su padre.

En los años 20 su carrera empezó a entrar en declive: el fin de la Primera Guerra Mundial, con la llegada de los felices años veinte, y la irrupción del cine sonoro, marcaron un punto de inflexión en su trayectoria; sus historias moralizantes ya no eran bien recibidas por un público que sólo quería divertirse. Se divorció de Smalley en 1922, perdió su productora, en 1923 sufrió una crisis nerviosa que la mantuvo alejada de la vida pública hasta 1925. Dirigió luego algunos títulos más, aunque poco relevantes, para la Universal o la United Artists, y tuvo que aceptar trabajos menores de revisión de guiones o de asistencia en el rodaje de otros directores.

Murió en 1939 arruinada y olvidada, ni siquiera dejó dinero para pagar su entierro, que fue sufragado por varios de sus antiguos compañeros de la industria del cine. La noticia de su muerte apenas tuvo repercusión en la prensa de la época: Variety publicó un obituario de dos párrafos y Los Angeles Examiner la mencionó brevemente. Sólo Hedda Hopper le dedicó un tributo en Los Angeles TimesDejó escritas sus memorias, El final del círculo, que no fueron publicadas pese a los esfuerzos de su hermana Ethel por editar el manuscrito, que luego desapareció misteriosamente.




Una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood recuerda a esta figura clave de la historia del cine, largo tiempo olvidada pero a la que recientemente se está recuperando gracias a monografías como “Lois Weber: The director who lost her way in history” (1996), “Lois Weber in early Hollywood” (2015) y “Lois Weber: Interviews” (2019). 


Dejamos aquí algunos enlaces a su obra: 


Suspensehttps://www.youtube.com/watch?v=AeZkmyLC7-k

Hypocriteshttps://www.youtube.com/watch?v=hf6IYsbqz6E

Where Are My Childrenhttps://www.youtube.com/watch?v=X3iqQLTaHBU

The Blothttps://www.youtube.com/watch?v=1cWpeuz8lV0




viernes, 31 de marzo de 2023

Emily (Frances O'Connor, 2022)

 

Título original: Emily. Dirección: Frances O'Connor. País: Reino Unido. Año: 2022. Duración: 130 min. Género: Drama.

Guión: Frances O'Connor. Música: Abel Korzeniowski. Fotografía: Nanu Segal. Producción: David Barron.

Sección Oficial del Festival de Cine de Sitges 2022.

Fecha del estreno: 13 Enero 2023 (España).

 

Reparto: Emma Mackey, Adrian Dunbar, Oliver Jackson-Cohen, Gemma Jones, Fionn Whitehead, Alexandra Dowling, Amelia Gething, Sacha Parkinson, Philip Desmeules, Gerald Lepkowski, Elijah Wolf, Veronica Roberts, Cara Foley, Paul Warriner, Emma Harbour.

 

Sinopsis:

'Emily' cuenta la vida imaginada de una de las autoras más famosas del mundo, Emily Brontë. La joven, que falleció a la temprana edad de 30 años, fue una rebelde e inadaptada a su tiempo y encontraría su voz al escribir el clásico literario 'Cumbres borrascosas'. La película explora las relaciones que la inspiraron, tanto con sus hermanas Charlotte y Anne como con su malogrado primer amor, además de la especial amistad y complicidad que le unían a su inconformista hermano Branwell, a quien Emily idolatraba.

 

Comentarios: 

Del mismo modo que Flaubert es Emma Bovary, Emily Brontë siempre tuvo mucho de Heathcliff, el asilvestrado y oscuro protagonista de Cumbres borrascosas, la novela romántica inglesa por antonomasia y la primera y única de su célebre autora. Emily Brontë fue una joven muy alejada de la coqueta postal de campestres mujercitas que su hermana Charlotte se encargó de divulgar tras la precoz muerte por tuberculosis de Emily en 1848, a los 30 años. El debut en la dirección de la actriz australiano-británica Frances O’Connor —conocida por dar vida a Fanny Price en la versión de 1999 de la novela de Jane Austen Mansfield Park— indaga en el enigma de una escritora cuyas rarezas la convierten en una adelantada a su tiempo.

En su recreación del mito de las Brontë, O’Connor no cae en el presentismo. Tampoco en los guiños fáciles al público actual. Pero sí introduce aspectos biográficos que han ido tomando protagonismo en los últimos tiempos. Emily no es un biopic al uso, sino una ficción que indaga en la verdadera naturaleza indómita de la escritora y en sus lazos familiares, especialmente en la figura de su hermano Brandwell, el mimado de los Brontë, que acabó arrastrado por su adicción al alcohol y al opio. Con él, Emily siempre mantuvo una relación especialmente cómplice.

Con todas sus torpezas (innecesarios subrayados musicales, brochazos a cámara lenta…), Emily atrapa al espectador porque logra recrear un entorno familiar nada idílico y por el retrato que logra la actriz Emma Mackey de la escritora, una mujer cuya introversión rozaba lo patológico. Eso, según las últimas investigaciones, podría deberse a que incluso padecía síndrome de Asperger.

La elección de Mackey es arriesgada y un acierto. En principio, parece demasiado alejada del estereotipo que asociamos a la época victoriana, algo que sí cumple el resto del reparto. Pero según avanza la película, su belleza representa muy bien el ensimismado e iracundo carácter de la escritora, su desajuste con la realidad. Una mujer que se educó en un ambiente puritano y severo del que huía gracias a su fértil imaginación y a su simbiosis con los verdes valles de Yorkshire, esa conexión con la naturaleza que, según el poeta Ted Hughes, escondía el secreto de la intensidad erótica de su obra.

La pregunta a la que intenta responder el filme la pronuncia su hermana Charlotte cuando Cumbres borrascosas ya se ha publicado: “¿De dónde salen tus historias?”. El libro, que firmó un año antes de su muerte bajo el seudónimo de Ellis Bell, fue tachado de depravado e inmoral para resucitar años después convertido en el clásico que aún es hoy. La tímida hija de un clérigo había transgredido los códigos victorianos para adelantarse a su tiempo con una historia de amor loco y fantasmagórico. Una novela que atraviesa Emily y sus pasiones secretas, de la sombra del incesto al insondable paisaje que vio nacer al cruel y atormentado Heathcliff. (Elsa Fernández-Santos)

Recomendada.




jueves, 30 de marzo de 2023

Matria (Álvaro Gago Díaz, 2023)

 

Título original: Matria. Dirección: Álvaro Gago Díaz. País: España. Año: 2023. Duración: 99 min. Género: Drama.

Guión: Álvaro Gago Díaz. Música: Patricia Cadaveira, Marcel Pascual. Fotografía: Lucía C. Pan. Producción: Matriuska Producciones, Avalon P.C, Ringo Media, Televisión de Galicia (TVG), La Incubadora.

Presentada en la Sección “Panorama” del Festival de Cine de Berlín 2023. Mejor Actriz (María Vázquez ) en el Festival de Cine de Málaga 2023.

Fecha del estreno: 24 Marzo 2023 (España).

 

Reparto: María Vázquez, Santi Prego, Soraya Luaces, Tatán, Susana Sampedro, Francisca Iglesias Bouzón, Sergio Baleirón.

 

Sinopsis:

Ramona, una mujer de cuarenta años, vive sumida en un contexto laboral y personal tenso y precario en un pueblo de la costa gallega. Hace malabarismos con múltiples trabajos para mantenerse a flote y proporcionar un futuro mejor a su hija Estrella. Pero cuando Estrella está preparada para tomar su propio camino, Ramona se da cuenta de que, por primera vez, puede hacer algo por sí misma.

 

Comentarios: 

El primer largometraje de Álvaro Gago Díaz recoge la esencia de su cortometraje anterior, también titulado ‘Matria’ y con el foco en el mismo personaje, Ramona, y mismo lugar y ambientes, en un pueblo costero de Galicia. Moldea la historia de esta mujer y sus circunstancias con enorme atención a lo precario de su vida, a sus rutinas laborales y emocionales, a su peripecia vital de un día a día que la asfixia, con una pareja lamentable y una hija adolescente ‘yéndose’ que intensifica sus desvelos…, una historia como otras mil, sencilla, reconocible y a la que le da sentido la interpretación de María Vázquez, una actriz lo suficientemente trabajada y capaz como para darse cuenta de que tenía en Ramona un personaje único (como tantos otros) y que debía entrar en él como un vendaval.

Aunque suene algo gastado en estos tiempos de carriles, ‘Matria’ es una película de mujeres y social, en la que el concepto ‘matria’ tiene un sentido que sobrepasa el ‘chuli-piruli’ con el que se viene usando en lugares y por gentes que lo desconocen, pero que en Ramona tiene un sentido pleno, de tierra, de mar, de raíz, de superación, casi de poesía amarga: trabaja en una fábrica de conservas, sale a faenar con los marineros, limpia casas, tiene humor, vitalismo, responsabilidad y tesón para seguir en la lucha… ¿por quién y para qué?

El guion y la cámara de Álvaro Gago construyen bien los momentos y las hebras de la trama para que María Vázquez construya a su vez al personaje y sus sentimientos, que los vocea en ocasiones sin necesidad de decir apenas nada: uno entiende tan bien el interior día y el interior noche de esta mujer que llega a la conclusión de que sí, es una película de mujeres, pero lo es más aún de personas, de gente. Una película en continuo movimiento pausado, que sigue a su personaje como las de los hermanos Dardenne a los suyos y que tiene un contacto lejano pero sentimental con la ‘Jeanne Dielman’ de Chantal Akerman (con un plano homenaje de ella pelando patatas).

Hay otras historias en ‘Matria’ que no se cuentan, aunque se apuntan, la de la hija, la hermana, las compañeras de trabajo…, pero la más recóndita e interesante es la de ese hombre anciano y solo a cuya casa va a echar unas horas de limpieza, un tipo sereno, acabado, cabal que interpreta, muy, muy bien, Eduardo Rodríguez Cunha (Tatán) y que le pone otro condimento a la mera confrontación hombre-mujer o proletario-burgués, que es el mucho más filosófico y profundo de viejo-joven. (Oti Rodríguez Marchante)

Recomendada.




miércoles, 29 de marzo de 2023

Los reyes del mundo (Laura Mora Ortega, 2022)

 

Título original: Los reyes del mundo. Dirección: Laura Mora Ortega. País: Colombia. Año: 2022. Duración: 111 min. Género: Drama.

Guión: Maria Camila Arias, Laura Mora Ortega. Música: Leonardo Heiblum, Alexis Ruiz. Fotografía: David Gallero. Producción: Caracol Televisión, Ciudad Lunar Producciones, Dago García Producciones, Iris Productions, Tu Vas Voir Production, Talipot Studio, Mer Films.

Concha de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cine de San Sebastián 2022.

Fecha del estreno: 17 Marzo 2023 (España).

 

Reparto: Carlos Andrés Castañeda, Davison Florez, Brahian Acevedo, Cristian Campaña, Cristian David Duque.

 

Sinopsis:

“Un día todos los hombres se quedaron dormidos… Y los cercos de la tierra, ardieron”. Una historia sobre la desobediencia, la amistad y la dignidad que existe en la resistencia. Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano. Cinco chicos de la calle de Medellín. Cinco reyes sin reino, sin ley, sin familia, emprenden un viaje en búsqueda de la tierra prometida. Un cuento subversivo a través de un clan salvaje y entrañable, que transita entre realidad y delirio. Un viaje hacia la nada, donde pasa todo.

 

Comentarios:

Segundo largometraje para cine de la colombiana Laura Mora, Los reyes del mundo tiene como protagonistas a cinco ragazzi da vita de Medellín, cinco chavales de la calle desbordantes de rabia y de furor, de energía y vitalidad, pero también de soledad y de ausencias en su vida cotidiana. Rá, Culebro, Sere, Nano y Winny emprenden una road movie por la Colombia interior en busca de unas tierras incautadas por los paramilitares y que ahora el gobierno quiere devolver a sus legítimos dueños: las tierras de la abuela de Rá, con las que sueñan estos jóvenes sin presente para poder vivir en ellas una existencia digna y sin peligros. En pos de un imaginario caballo blanco que es una especie de Moby Dick lírico y fantasmal para los protagonistas, estos recorren diferentes escenarios de un país devastado para acabar encontrándose con que los poderosos siguen gobernando y explotando la tierra al margen de todo tipo de leyes. Podría tratarse un retrato social con mimbres neorrealistas, pero la poderosa puesta en escena de Laura Mora se aleja enseguida de lo prosaico para encontrar, una tras otra, poderosas y percutientes metáforas visuales que hablan, sin impostarlo desde fuera, de una realidad atroz. El resultado es un viaje en busca de la ‘tierra prometida’ que tiene algo de trance y de hipnosis, de cuento lírico y de enloquecida aventura equinocial en busca de El Dorado. Hacía mucho tiempo que este cronista no encontraba una película colombiana de esta naturaleza con tanta capacidad para trascender la premisa de partida y alcanzar deslumbrantes momentos de una belleza no esteticista, transida de dolor y de amargura. Una obra más que notable. (Carlos F. Heredero)

Recomendada.



lunes, 27 de marzo de 2023

Harper, investigador privado (Jack Smight, 1966)

 

Título original: Harper. Dirección: Jack Smight. País: USA. Año: 1966. Duración: 121 min. Género: Policiaco.

Guión: William Goldman (basado en una novela de Ross MacDonald). Fotografía: Conrad L. Hall. Música: Johnny Mandel. Producción: Elliott Kastner (Warner Bros).

Nominada a Mejor Guión (drama) por el Sindicato de Guionistas (WGA) 1966.

Fecha del estreno: 16 Octubre 1966 (España).

 

Reparto: Paul Newman, Lauren Bacall, Julie Harris, Shelley Winters, Robert Wagner, Janet Leigh, Arthur Hill, Pamela Tiffin, Robert Webber

 

Sinopsis:

Un investigador privado de Los Ángeles es contratado por la esposa de un multimillonario que ha desaparecido misteriosamente. Tras las primeras pesquisas, lo que a priori se planteaba como la ausencia voluntaria de un extravagante ricachón, empieza a complicarse.

 

Comentarios:

Tras la pobre experiencia personal de Paul Newman filmando ‘Lady L’ (Peter Ustinov, 1965), film que el propio actor consideraba un disparate, aquél buscaba desesperadamente un nuevo proyecto en el que trabajar para recuperarse, algo ambientado en la actualidad. La adaptación sobre una de las novelas de Ross Macdonald, ‘The Moving Target’, escrita por el ilustre William Goldman, uno de los guionistas más respetados de la historia, convenció enseguida al actor, qué por supuesto se reservaba el papel principal, sugiriendo incluso el cambio de apellido en el mismo.

Así pues el Lew Archer literario se convertía en Lew Harper. La razón es una anécdota intrascendente pero curiosa. El actor tenía un par de películas cuyo título principal comenzaba por la letra H, por lo que ‘Harper, investigador privado’ (‘Harper’, Jack Smight, 1966) pasó a convertirse en el tercer título de su filmografía con dicha característica. La suerte volvió a acompañarle, puesto que el film fue un éxito internacional cosechando excelentes críticas que resaltaban esa vuelta al Film Noir de los años 40.

Precisamente una de las principales características del novelista Ross Macdonald es que es considerado por muchos como una especie de sucesor de los muchos más conocidos Dashiell Hammett —precisamente el nombre de Archer fue tomado de uno de los personajes de ‘El halcón maltés’ (‘The Maltese Falcon’, John Huston, 1941)— y Raymond Chandler. Goldman le adapta con minuciosa precisión, con una de esas tramas detectivescas tan enrevesadas en las que es fácil perderse si no se está atento. Una trama que comienza con un caso en apariencia sencillo —la desaparición de un importante hombre, no demasiado querido a su alrededor— para ir complicándose cada vez más.

Secuestro, asesinato y tráfico de inmigrantes se esconden bajo el denso argumento de una película que adapta de forma fenomenal el espíritu de los años cuarenta a los sesenta. Para ello Jack Smight, director no demasiado conocido y que aquí firma el que muy probablemente sea su mejor trabajo, cuenta con nada menos que Conrad L. Hall en su primer gran trabajo en la fotografía, captando a la perfección los distintos ambientes que frecuenta Harper en su investigación. De la fastuosa mansión del hombre desaparecido a garitos de dudosa reputación en los que prácticamente se respira el humo de tabaco, mientras Smight mueve con inusitada elegancia su cámara.

Durante los títulos de crédito, en los que Harper se levanta y se prepara un curioso café, el personaje queda definido por sus actos y escenario. Harper es un antisocial, un detective poco querido, solitario, con una vida poco menos que desastrosa. Vive en su propio despacho, totalmente desordenado, reflejo tal vez de su caótica vida personal, en la que destaca su triste relación con su esposa (Janet Leigh), que continuamente le pide el divorcio y éste se niega a darle. Una relación que alcanza su máxima descripción en su reencuentro nocturno, aquel en el que Harper la necesita para sentirse realizado después de haber recibido una paliza.

 

 

‘Harper, investigador privado’ es un film con una violencia bastante fuerte, soterrada en sus imágenes —salvo el impactante momento que enfrenta a Harper con uno de sus captores y el brutal golpe que le da en la cabeza— pero sugerida en sus diálogos, en las escondidas intenciones de casi todos sus personajes, ni uno sólo digno de elogio, incluido el que hace Lauren Bacall, esposa del desaparecido, y que en tres secuencias llena la pantalla, homenajeando ciertos aspectos argumentales de ‘El sueño eterno’ (‘The Big Sleeo’, Howard Hawks, 1946), uno de los films que hizo al lado de su querido Humphrey Bogart.

Paul Newman se pasea por el film con una autosuficiencia que a veces resulta un poco molesta, concretamente en los instantes en los que se burla de determinados personajes —una fugaz Shelley Winters haciendo de veterana actriz alcohólica y glotona, por ejemplo— con una risita un poco insoportable; por supuesto el personaje no es ningún ejemplo a seguir ni pretende caer bien al público, así que la labor del actor al respecto puede tomarse como uno de sus numeritos, todo por y para el personaje. Harper es egoísta, caótico, juerguista y desprecia a determinado tipo de personas. Un detective dentro de los cánones más clásicos del género.

En esa vorágine de personajes oscuros con dobles intenciones, con diferentes motivaciones como la soledad, el amor —el patético personaje de una excelente Julie Harris— , la envidia, el poder o el dinero, destaca la amistad masculina sobre todas las cosas y que es mostrado como nunca en ese simpático, sorprendente, por la forma, y maravilloso final en el que un amigo preciado, de esos que quedan pocos, es mucho más importante incluso que hacer justicia —algo que ya sucede en la muerte en off de un hombre al que nadie llorará—, o que se cumpla la ley, una diferencia que se remarcaría aún más en los posteriores thrillers de los años setenta.

Paul Newman volvería sobre el personaje en una secuela realizada nueve años después de la presente. Antes pasaría por otros proyectos como la maravilla que filmó a las órdenes de Alfred Hitchcock. (Alberto Albuín)

Recomendada.