domingo, 31 de octubre de 2021

El buen patrón (Fernando León de Aranoa, 2021)

 

Título original: El buen patrón. Dirección: Fernando León de Aranoa. País: España. Año: 2021. Duración: 120 min. Género: Drama.  

Guión: Fernando León de Aranoa. Fotografía: Pau Esteve Birba. Música: Zeltia Montes. Producción: Reposado Producciones, Mediapro, TVE, TV3, MK2 Films.

Sección Oficial del Festival de San Sebastián 2021.

Fecha del estreno: 15 Octubre 2021 (España)

 

Reparto: Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar de la Fuente, Sonia Almarcha, Fernando Albizu, Tarik Rmili, Rafa Castejón, Celso Bugallo, Yaël Belicha, Martín Páez, Daniel Chamorro, María de Nati, Mara Guil, Pilar Matas.

 

Sinopsis:

Julio Blanco, el carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá la obtención de un premio local a la excelencia empresarial. Todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él. Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, y dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.

 

Comentarios:

No se puede resolver mejor una ecuación, una solución algebraica para aclarar una incógnita: tenemos a aquel Santa (S) parado en ‘Los lunes al sol’, más la X de tiempo, igual a Blanco (B), un empresario y propietario de una mediana empresa de balanzas (S + X = B). Fernando León determina al despejar la X, casi veinte años entre aquélla y esta película, una doble trayectoria que no es habitual, pero sí lógica: la de un actor como Javier Bardem que ha tenido el talento y la voluntad para ascender por la cucaña de una profesión resbaladiza como la de actor y llegar hasta el jamón, jamón, y la de un personaje, desde Santa hasta Blanco, que reúne todas las cualidades, gracias y picardías para hacer equilibrios en los dos platillos de la balanza.

El guion apunta a varias dianas y la historia que cuenta alude a diversos aspectos de la vida laboral, de la política de provincias, de las relaciones en casa y en el trabajo, de la amistad, de la responsabilidad, del equilibrio (o de la pérdida de él) y de esa zona áspera donde roza la ética de lo que conviene con lo que hay que hacer.

El guion, la cámara y la puesta en escena están volcados por completo en el personaje de Blanco, el empresario duro y comprensivo, el hombre de casa y familia, el tipo dispuesto a todo por conciliar deber, placer, ambición y su sentido del equilibrio, en el que pesa más un gramo que un pecadillo. Lo que hace Javier Bardem con este personaje tan múltiple y difícil de situar a los ojos de los demás es realmente abrumador, pues lo llena de carisma, cinismo, malicia, humanidad, intuición y pragmatismo; con un ojo te atrae y con el otro te repele. Hasta en lo físico, el actor Javier Bardem consigue que su gestualidad, su figura y su logística y movilidad contengan todos los aromas, buenos y malos, del personaje.

Lo que hace Javier Bardem con este personaje tan múltiple y difícil de situar a los ojos de los demás es realmente abrumador, pues lo llena de carisma, cinismo, malicia, humanidad, intuición y pragmatismo.

Fernando León de Aranoa es lo que se llama un director ‘comprometido’, y como ese es un término confuso, inapropiado (tan ‘comprometido’ se puede estar con ‘algo’ como con justamente lo contrario), diremos que es un director con ‘manual de instrucciones’ en lo social y en lo político. Su mirada al empresario está teñida por la sátira y trata de matizar mediante la ironía y el sentido del humor la imagen de un sector del tejido laboral, el empresariado, al que se le suele mirar (considerar) con mucha más dureza y rencor.

En ‘El buen patrón’ se le ofrece al espectador la posibilidad de verlo con todo su atractivo y con toda su mezquindad, y casi a la vez, lo cual se deba quizá más al mérito de un actor como Bardem, que gobierna los dos extremos de la simpatía, que a la voluntad inicial de Fernando León.

Hay en la película, y es muy estimable y grato para el espectador y su propio ‘manual de instrucciones’, un cierto titubeo con el ‘bien’ y el ‘mal’, una vacilación hacia ‘el lugar correcto’ de la vida, un posicionarse en las Balanzas Blanco y en asuntos llameantes, como el abuso de poder, la dignidad del obrero o el acoso sexual, pues el empresario deja ver su catadura; el obrero rebelde, su necedad y disparate, y la becaria asaltada, su absoluto control y cálculo de la situación (la actriz Almudena Amor es perfecta por físico y poderío para matizar las ideas de poder, dignidad y acoso).

Y al margen de estas y otras consideraciones, ‘El buen patrón’ es una película lúcida, divertida, insolente y aguda que nos representa, y no solo en los próximos Oscar. (Oti Rodríguez Marchante)

Recomendada.




sábado, 30 de octubre de 2021

Blue Bayou (Justin Chon, 2021)

 

Título original: Blue Bayou. Dirección: Justin Chon. País: USA. Año: 2021. Duración: 119 min. Género: Drama.  

Guión: Justin Chon. Fotografía: Ante Cheng, Matthew Chuang. Música: Roger Suen. Montaje: Reynolds Barney. Producción: Charles D. King, Kim Roth, Poppy Hanks, Justin Chon.

Sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2021.

Fecha del estreno: 10 Septiembre 2021 (España)

 

Reparto: Justin Chon, Alicia Vikander, Mark O'Brien, Sydney Kowalske, Linh Dan Pham, Susan McPhail, Martin Bats Bradford, Sylvia Grace Crim, Rhonda Johnson Dents, Vondie Curtis-Hall, Renell Gibbs, Jim Gleason, Randy Austin, Emory Cohen.

 

Sinopsis:

Virginie, Erik y Aristide, tres policías parisinos, se ven obligados a aceptar una misión poco habitual: reconducir a un extranjero a la frontera. Durante el camino al aeropuerto, Virginie entiende que si el prisionero pone un pie en su país de origen sufre el riesgo de morir. Frente a dilema moral, intenta convencer a sus colegas de que lo dejen escapar.

 

Comentarios:

El problema insalvable de Blue Bayou es su exceso, es de esas películas que buscan con tanto ahínco emocionar que, aunque sea con el kleenex en la mano, acaban irritando. Un dramón sobre la inmigración que se empeña en abrir tantas heridas que al final, de tanto dolor, el espectador acaba por quedarse anestesiado, sin sentir nada. Personajes y tramas que se pisan unos a otros desajustando la fuerza del conjunto. El asunto de fondo es realmente tremendo y afecta al vacío legal de los niños extranjeros adoptados durante los años ochenta por parejas estadounidenses y amenazados décadas después por la deportación. Pero Justin Chon, escritor, director y actor principal del filme, se enreda en un guion donde a esa desgraciada realidad se suman una infinidad de traumas propios y ajenos que acaban empachando la capacidad emocional del espectador. Y es una pena porque la película tiene potencial y el dúo Chon-Alicia Vikander resulta además muy atractivo.

Por desgracia, Chon tampoco atina mucho con el tono, que mezcla un lirismo mal encauzado con la dura realidad de su personaje, un tatuador amante de las motos que se busca la vida como puede ante su próxima paternidad. Todo funciona mucho mejor cuando la película se ajusta a la vida del protagonista —aunque todo suene a mil veces visto, su obsesión por las motos, su mundo marginal de los talleres mecánicos y los robos— que cuando entra en una realidad paralela de sueños y pesadillas. Blue Bayou pretende abordar tantas cosas importantes (racismo, orfandad, paternidad, inmigración, burocracia legal, fracturas matrimoniales, maltrato infantil, cáncer, hasta la guerra de Vietnam…) que acaba por no resolver casi ninguna, o lo hace en el último minuto apelando al llanto más tosco y fácil. (Elsa Fernández-Santos)

No Recomendada.




viernes, 29 de octubre de 2021

El fantasma de Rodolfo Valentino



Tras la muerte de Rodolfo Valentino, Natasha Rambova, una de las estrellas femeninas que intentaban aprovechar la situación para cobrar mayor popularidad apareciendo como la desconsolada viuda, inició un ciclo de sesiones de espiritismocon el médium George B. Wehner.

 

Según Rambova, tal procedimiento le permitía entrar en contacto con el espíritu de Rodolfo, que le confiaba algunas informaciones ciertamente alentadoras para sus seguidores, a saber: que su puso muy contento cuando vio su propio funeral, porque veía a las masas luchar por ver su cadáver, popularidad de la que carecía antes de morirse.

 

Valentino también informó a la Rambova que tras morir había tenido la oportunidad de charlar animadamente con otros famosos espíritus cinematográficos, como Wallace Reid, Bárbara La Marr y Olive Thomas. También pudo entablar conversación con la estrella de la ópera Enrico Caruso y con otros amigos que habían fallecido antes que él.

 

El astro fallecido aseguró a la Rambova que aprovechando su nueva capacidad fantasmal había acudido a todos los estrenos de su última película, The son of the Sheik (El hijo del Caid), dirigida en 1926 por George Fitzmaurice, y había sacado incluso tiempo en su ajetreada vida de ultratumba para pasearse por la popular calle 47 de Broadway, New York, el mismo lugar por el que paseaba en su juventud cuando no tenía un duro y ejercía como bailarín para poder sobrevivir.



Rodolfo Valentino y Natasha Rambova


A raíz de estas alucinaciones de la Rambova, se desató una auténtica campaña espiritista, según la cual, el fantasma de Rodolfo Valentino se aparecía con inusitada frecuencia en distintos lugares. La casa de Falcon Lair, que Valentino mandó construir para Natasha Rambova se convirtió en el epicentro de esta gira de apariciones. Los seguidores del actor, advertidos de las visitas del espíritu de Valentino a la mansión, empezaron a acudir a la misma generando serios problemas de seguridad. Algunos de ellos pagaron importantes sumas para pasar la noche en la habitación de Rodolfo Valentino.



Rodolfo Valentino y Natasha Rambova


Otra de las leyendas sobre las apariciones del famoso fantasma afirma que el encargado de los establos de la casa de Rodolfo Valentino huyó despavorido tras ver el fantasma del ídolo del cine mudo acariciando a su caballo favorito al atardecer. El hombre apareció corriendo por la carretera en mitad de la noche afirmando que se había encontrado con el fantasma de Valentino cara a cara.

 

Además una mujer Seattle, amiga de los cuidadores de la mansión de Valentino, afirmaba haber oído pasos y puertas que se abrían y se cerraban dentro de la misma. La mujer estaba sola en la casa y sólo la acompañaban los dos perros gran danés del actor.

 

En fecha tan próxima como abril de 1989, las leyendas sobre el fantasma de Valentino continuaban circulando. Una joven aspirante a actriz aseguró que se había encontrado con el fantasma de Rodolfo Valentino mientras estaba tumbada en la cama. Sintió como alguien se sentaba en el borde de su cama, cuando intentaba dormirse en un viejo edificio de apartamentos que se conoce como Valentino Place,  que según afirma la leyenda, es el mismo edificio en el que el astro del cine mudo gustaba de pasar ratos agradables con sus amigos y amigas.

 

Ante la aparición, el cuerpo que la actriz asumió era de un hombre, se estiró a su lado en la cama. Cuando la muchacha reunió valor para darse la vuelta… vio el rostro de Rodolfo Valentino apoyado en la almohada.

 

Rodolfo Valentino y Natasha Rambova