lunes, 31 de octubre de 2022

La Adopción en el Cine (3). La comunicación familiar.

 

La comunicación familiar es un proceso diádico que implica, por parte del hijo, una posibilidad de develamiento de todo aquello que le interesa, inquieta o preocupa, y una atención sostenida por parte de los padres, en la que se hacen cargo de estas inquietudes y, además, les permite conocer a su hijo o hija más allá de lo exclusivamente intrafamiliar. Esta comunicación será más efectiva cuanto mayor confianza se dé en este espacio parento-filial.

 

Esta necesidad de comunicación íntima aparece sobre todo en la etapa adolescente, donde como ya citamos anteriormente, se conforma la identidad. Es también la adolescencia un momento de transición en la que los patrones de apego se van modificando y adaptando para dar paso a las nuevas relaciones entre sus iguales y a las relaciones de pareja. Este proceso de  adaptación toma como punto de partida la relación construida especialmente con la figura materna en la infancia; así Rios (1994), sostiene que la relación de apego da lugar, dentro del subsistema de comunicación madre-hijo, a un sentimiento fundamental, en el que posteriormente se apuntalarán fenómenos de suma importancia para el desarrollo posterior de la personalidad adulta.

 

Secretos y mentiras es la película escogida para mostrar la importancia de la comunicación familiar, de los secretos, de los prejuicios y de las mentiras. Hortense, protagonista de la película, es una chica de 27 años quien tras la muerte de sus padres adoptivos siente la necesidad de conocer a su madre biológica. A lo largo de la película aparece la necesidad de desvelar y de escuchar la verdad de su historia, no conocida hasta entonces. Hortense, en una escena de la película, se muestra arrepentida por no haber resuelto sus dudas con su madre adoptiva. Dice: “es mejor conocer”.

 

Para los niños, entender lo que significa ser adoptado conlleva muchas preguntas que necesitan respuesta, como indican Von Korff y Grotevant (2011), y hablar con ellos sobre su proceso de adopción, sobre su historia les ayuda a elaborar el proceso de duelo por su abandono, a dar significado a su historia de vida y a consolidar su identidad.

 

En Secretos y mentiras, la falta de comunicación sobre los orígenes de Hortense no parece estar relacionada con una mala relación con sus padres adoptivos, de ahí que deje entrever las dificultades que pueden presentar los padres adoptivos a la hora de hablar con su hijo de sus orígenes; así puede aparecer el duelo por la filiación biológica, las lealtades invisibles con su familia de origen y el sentimiento de culpa por no continuar la vida psíquica intergeneracional. A veces es la no elaboración del duelo por la maternidad/paternidad biológica, o el miedo a la pérdida del hijo en busca de los padres biológicos, o el sentimiento de “incapacidad o impotencia” ante el hijo y el temor a ser desvalorizados por él…  A pesar de que la comunicación sobre los orígenes es un factor importante en el establecimiento del vínculo entre padres e hijos adoptivos, tal y como señala Berástegui (2012), también pueden existir dificultades en los padres a la hora de comunicar esta información  por miedo de que su hijo no lo entienda y pueda sufrir, lo que puede afectar el vínculo entre padres e hijo. (María Mansilla Yuguero, Marina Bueno Belloch y Patricia López Frutos)

 

Secretos y mentiras


 

domingo, 30 de octubre de 2022

La Adopción en el Cine (2). La construcción de la identidad.

 

La película analizada para representar la construcción de la identidad es Zhao (Susi Gozalvo, 2008). Esta es la primera película española que trata la adopción de una niña china. En Zhao se narra la historia de una joven adoptada en China. La protagonista de la película, Zhao, de 25 años de edad, decide escribir un libro sobre su vida, marcada por la temprana muerte de sus padres adoptivos y una sensación de deuda con sus orígenes, que le dificulta la relación actual con su pareja.

 

Esta historia muestra la complicada tarea que supone la construcción de la identidad. Zhao fue adoptada cuando era bebé, por lo tanto sus recuerdos sobre su país de origen, China, no son lo suficientemente fuertes para identificarse únicamente con ellos, ya que además ha vivido y compartido la cultura española, a la que pertenece una gran parte de ella.


Las escenas que se intercalan en la película muestran el sentido de la identidad para Zhao. Imágenes en las que la vemos estudiar el idioma y la cultura china rodeada de personas con sus mismos rasgos físicos, en la búsqueda de un sentimiento de pertenencia a un grupo de iguales. Pero, al mismo tiempo, hay imágenes en las que vemos a Zhao con su hermana (adoptiva) en escenas cotidianas de la vida, donde aprende la cultura de la que provienen sus padres (adoptivos), quienes son los que realmente la incluyeron en una filiación: la hicieron su hija.

 

Los padres adoptivos son los primeros que ayudan a la construcción de la identidad, como explica San Martino (2014), ya que muestran el camino de ambas partes, tanto la adoptiva, a la que pertenece, como toda la información que puedan trasmitir sobre la biológica. Es por ello que Zhao, quien ha sido educada desde un principio conociendo su cultura de origen, cuando mueren sus padres en un accidente siendo ella adolescente, comienza a adentrarse y a querer conocer más de cerca su cultura de origen, ya que hay partes de su vida a la que sus padres adoptivos no podrán responder.

 

La adolescencia, etapa en la que se encuentra Zhao cuando fallecen sus padres adoptivos, es una etapa crucial en el desarrollo del individuo y, especialmente, en el desarrollo del adolescente adoptado. Es el momento en que se conforma la identidad y el adolescente se formula la pregunta “¿Quién soy yo?” Para Erikson (1968), el adolescente forma su identidad no sólo tomando como modelo a otras personas, sino a partir de identificaciones anteriores, las cuales modifica, y adapta, creando una estructura mayor que la suma de cada una de ellas. El adolescente adoptado tiene, en este momento, un doble trabajo, a diferencia del adolescente no adoptado, ya que deberá construir dos biografías, su biografía de hijo deseado, que ha estado atravesada por su historia de hijo abandonado, y que ahora deberá integrar para responder a la pregunta ¿Quién soy yo?, y así poder dar continuidad a su historia.

 

Zhao se identifica con su familia adoptiva, de la que ha tomado como especial referencia a su hermana, con la que ha convivido desde que murieron sus padres; pero, al mismo tiempo, en la película refleja que hay una parte de ella que está “incompleta” y es por ello que, cuando llega a la adolescencia, momento en el que empieza a cuestionarse quién es, decide aprender tanto el idioma como la cultura china de la que proviene, además del hecho de querer conocer su país de origen al que, aunque no lo recuerde, siente pertenencia.

 

Zhao

Por último señalamos la importancia del nombre propio como anclaje del sujeto a su identidad personal. El nombre de la protagonista, Zhao, pertenece a su cultura de origen; sus padres, en este caso, decidieron no cambiar el nombre a uno que fuese más común en España. Este aspecto, que marca el título de la película, muestra el papel que desempeñan los padres en la aceptación del origen de la niña, apoyándola para que no pierda parte de lo que es. (María Mansilla Yuguero, Marina Bueno Belloch y Patricia López Frutos)