Título original: Brasil. Dirección: Francisco Javier Gutiérrez. País: España. Año: 2001. Duración: 18
min. Género: Intriga, Fantástico, Cortometraje.
Guión: Francisco Javier
Gutiérrez. Fotografía: Miguel A.
Mora. Montaje: Francisco Javier
Gutiérrez. Sonido: César M. López,
Jorge Mira. Música: Commandcom. Dirección
artística: Rubén Pardiñas. Efectos especiales: G.P.G. Vestuario:
Gema Martín. Maquillaje: Gema Peña. Peluquería: Ditte Sorensen. Producción: Francisco Javier Gutiérrez (Doctor T. Producciones).
Mejor
Cortometraje en el Festival de Cine de Sitges 2001. Pre-seleccionado para los Premios
Oscar 2004 al Mejor Corto de Ficción. Nominado al Meliès de Oro 2003 al Mejor
Cortometraje Europeo.
Reparto: Pep Guinyol, Juanjo
Artero, Isabel Pintor, Mulai Jarju, Carlos Lucas, Bruto Pomeroy, Ramón Langa,
Antoinette Van Dijck, Paca Gabaldón, Manuel Romero.
Sinopsis:
Otto, un triste
trabajador de una cadena de montaje, descubre la infidelidad de su mujer,
Sarah. El día anterior a su separación, comienza una macabra y enrevesada
venganza...
Comentarios:
Primer trabajo del
cordobés Fco. Javier Gutiérrez, que ha sido galardonado en varios Festivales,
como el de Sitges o Alcalá de Henares. Tuvo que crear una productora, Dr. T
Producciones, y a través de ella ha logrado realizar obras como este
cortometraje que se ha introducido con éxito en los circuitos de los más
consolidados festivales internacionales.
Brasil,
según explicó Gutiérrez, es una historia 'de suspense, con componentes de amor,
de magia y de humor negro'. El protagonista, Otto, interpretado por Pep Guinyol
(el actor que encarna al primer marido de la viuda negra de un conocido anuncio
de automóviles, ése que le dejó todos sus viñedos), trabaja en una fábrica gris
y rutinaria de la que quiere escapar. En su taquilla tiene pegada una foto de
un paisaje tropical, de aguas azules: Brasil. 'Y hasta aquí se puede contar',
explica Gutiérrez, para no estropear el misterio. Isabel Pintor representa a la
mujer de Otto; Juanjo Artero, a su amante.
El cineasta es
responsable del guión, la dirección, el montaje y el diseño de la producción de
este corto, que se rodó en nueve días.
La fotografía en blanco y
negro es preciosa, nos muestra a un Otto gris entre luces y sombras. Por otro
lado, la música está muy afortunada, acompañando prácticamente todo el metraje
de la cinta y en sustitución de los diálogos, que prácticamente no existen.
Aquí podemos darnos cuenta del poder de la imagen, un cine realizado sin
diálogos, sólo a base de imágenes. Esto es puro cine.
Recomendada.
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