sábado, 16 de octubre de 2021

Worth (Sara Colangelo, 2020)

Título original: Worth. Dirección: Sara Colangelo. País: USA. Año: 2020. Duración: 118 min. Género: Drama.  

Guión: Max Borenstein. Fotografía: Pepe Avila del Pino. Música: Nico Muhly. Montaje: Julia Bloch. Producción: Max Borenstein.

Fecha del estreno: 10 Septiembre 2021 (España)

 

Reparto: Michael Keaton (Kenneth Feinberg), Stanley Tucci (Charles Lobo), Amy Ryan (Camille Biros), Tate Donovan (Lee Quinn), Shunori Ramanthan (Priya Khundi), Laura Benanti (Karen Abate), Talia Bálsamo (Diane Shaff, esposa de Feinberg), Marc Maron (Bart Cuthbert), Chris Tardio (Frank Donato), Victor Slezak (John Ashcroft), Gayle Rankin (Maya), Catherine Curtin (Joan), Johanna Día (Ruth), James Ciccone (James).

 

Sinopsis:

Kenneth Feinberg, un poderoso abogado de Washington D. C. que recibe el reconocimiento de "Special Master" por la fundación 9/11, se dedica a luchar contra el cinismo, la burocracia y la política relacionada con la administración de fondos públicos. Su batalla le lleva a descubrir el verdadero significado de la vida.

 

Comentarios:

Worth arranca con una pregunta escrita en una pizarra. Sobre el tablero, el abogado que interpreta un soberbio Michael Keaton señala a sus alumnos una cuestión que no pretende ser filosófica: “¿Cuánto vale una vida humana”. El personaje real en el que está inspirada esta película dirigida con enorme solvencia y sobriedad por Sara Colangelo es Kenneth Feinber, el abogado experto en números e indemnizaciones a víctimas de catástrofes que se encargó de pactar con los afectados del 11-S. Un filme que reconstruye, con la épica propia de las buenas películas de litigios, la peripecia profesional de un bufete ante el caso más importante de su historia.

No es fácil hacer una película sobre números frente a sentimientos y Worth habla de ese dilema, apoyada en unos personajes bien construidos y aún mejor interpretados. Junto a las presiones políticas y económicas de semejante reto, la película expone cómo se negociaron unas cifras que incluían a millonarios ejecutivos frente a pobres empleados de la limpieza. Con la calculadora en la mano y ante el atentado más traumático de la historia reciente de EE UU se sitúa Michael Keaton, que con un trabajado acento de Boston borda al protagonista del filme, el mediador que no sin cierta arrogancia se ofreció para un trabajo que nadie quería hacer: dirigir el llamado Fondo de Compensación a las Víctimas del 11-S. Cara a cara con Keaton, Stanley Tucci se mete en la piel de Charles Wolf, un hombre que se quedó viudo por el atentado y lideró los derechos de los afectados y supervivientes. Junto a estos dos grandes, otra intérprete sin tacha, Amy Ryan, da vida a la socia del hoy famoso despacho de abogados.

Resulta notable el tacto con el que la película cuenta el propio atentado, evitando volver a las imágenes que sacudieron el planeta. Basta un avión sobrevolando el espacio aéreo de Nueva York o un muro infinito de carteles con los rostros de los desaparecidos para recordarnos esa fatídica fecha cuyas dos décadas ahora se conmemoran. El plomizo ambiente que invadió Washington y la toma de conciencia de un abogado estratega y metódico, aunque poco empático, son el punto fuerte de esta película que sin ser tan redonda como era Spotlight, de los mismos productores, tiene el valor de aproximarse desde un lugar inteligente al dolor de un suceso inabarcable. (Elsa Fernández-Santos)

Recomendada.


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