Título original: Here We Are. Dirección: Nir Bergman. País: Israel. Año: 2020. Duración: 94 min. Género: Drama.
Guión: Dana Idisis. Fotografía: Shai Goldman. Música: Matteo Curallo. Producción: Spiro Films, Rosamont.
Premio al Mejor Actor (Shai Avivi) en la SEMINCI 2020.
Fecha del estreno: 27 Agosto 2021 (España)
Reparto: Shai Avivi, Noam Imber, Smadi Wolfman, Efrat Ben-Zur, Amir Feldman, Sharon Zelikovsky, Natalia Faust, Uri Klauzner, Avraham Shalom Levi, Omri Levi, Avi Madar, Rony Gammer.
Sinopsis:
Aharon ha dedicado toda su vida a criar a su hijo Uri. Viven juntos en una rutina amable, lejos del mundo real. Pero Uri es autista y ya es lo suficientemente adulto para ir a un hogar especializado. En su camino a la institución, Aharon decide escaparse con su hijo y se lanzan a la carretera, sabiendo que Uri no está preparado para la separación. Aunque quizá sea el padre el que no está preparado.
Comentarios:
El padre que, armado de cariño y paciencia, cuida del hijo indefenso frente a cualquier inclemencia tiene su mejor exponente en El chico, obra maestra de la ternura y la comicidad de Charles Chaplin. Un mito al que se dirige con explicitud, y una mezcla de convicción y cierta osadía, el israelí Nir Bergman en Siempre contigo: drama con muy esporádicos toques de comedia que, desde el inicio, incluso con la utilización de su mítica banda sonora, entronca con aquel inmenso título imperecedero del año 1921. Eso sí, aquí el crío es un joven casi adulto, con un grave trastorno del espectro autista, que ha provocado que el padre abandone por un tiempo (largo) su trabajo y se ocupe casi exclusivamente de su cuidado.
Bergman, uno de los creadores de In therapy (2005), la serie que dio lugar al mucho más conocido remake americano dirigido por Rodrigo García y protagonizado por Gabriel Byrne (y a su posterior renacimiento de este 2021), demuestra un talento descomunal para la creación de situaciones con infinita delicadeza. Sin ahogar al espectador en el drama, y con buena mano para la fusión entre cariño y temple. Ahora bien, sin ahorrarse ni un ápice el lado oscuro de la situación. Así, en una de las secuencias filma con rotundidad un berrinche casi insoportable del hijo, alargadísimo en el tiempo, pero imprescindible para que el espectador vea lo complicado, y hasta terrible, que puede ser en algún momento el cuidado del chaval y el dolor ocasionado. La relación es preciosa, pero en modo alguno es jauja.
Y aunque al principio choque un tanto el atrevimiento del director, sobre todo porque sus imágenes y sus acciones no acaban de tener en su puesta en escena y en su comicidad ese admirable toque chaplinesco (salvo la ocurrente caminata de andares extraños para no pisar los caracoles del suelo), la película se va elevando con fuerza, pasión y mimo.
Con magníficas interpretaciones de Shai Avivi y Noam Imber, y siempre en esa línea ascendente, Siempre contigo culmina de un modo bellísimo, y engarzando bien la línea de la mítica obra de Chaplin: en el interior del relato, a partir de la rotura del cristal, rememorando al padre cristalero y al niño rompecristales de la película muda; y en el simbolismo, en un plano final con el padre de espaldas y de camino hacia no se sabe dónde, al que solo le falta el circulito final en forma de cortinilla; aquel que solía cerrar las historias del maestro. (Javier Ocaña)
Recomendada.
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