Título original: Tutti a casa. Dirección: Luigi Comencini. País: Italia. Año: 1960. Duración: 105
min. Género: Comedia dramática.
Agenore Incrocci, Furio
Scarpelli, Luigi Comencini, Marcello Fondato (Guión), Carlo Carlini (Fotografía),
Angelo Francesco Lavagnino (Música),
Nino Baragli (Montaje), Ugo Pericoli
(Vestuario), Dino de Laurentis (Producción).
Premio David di Donatello
1960 al Mejor Actor (Alberto Sordi) y la Mejor Producción.
Estreno en España: 16 Septiembre 1963.
Reparto:
Alberto Sordi (Alberto
Innocenzi), Serge Reggiani (Ingeniero Ceccarelli), Martin Balsam (Sargento
Fornaciari), Carla Gravina (Silvia Modena),
Eduardo De Filippo (Señor Innocenzi), Claudio Gora, Didi Perego, Mario
Feliciani, Jole Mauro, Nino Castelnuovo (Codegato), Alex Nicol.
El 8 de septiembre de 1943,
Italia se rinde y firma un armisticio con los Aliados. En medio del
desconcierto y la confusión general, una parte del ejército italiano se
dispersa y los soldados empiezan a volver a casa. Alberto Innocenzi,
Subteniente de Complemento, meticuloso en el cumplimiento de su deber, intenta
mantener unidos a sus soldados y encontrar algún mando al que presentarse. Pero
la situación es tan caótica que acaba rindiéndose y decide emprender la fuga
con el Sargento Fornaciari y el ingeniero Ceccarelli.
Comentarios:
Una de las mejores
películas hechas en Italia que mezclan comedia y drama, sin duda. Además, tiene
la singularidad de enmarcar la historia en un momento concreto de la Italia
contemporánea muy especial, el período extraño de levantar las manos y rendirse
a los aliados en la Segunda Guerra Mundial mientras estás ocupado a la práctica
por los alemanes. No es de extrañar que de un momento histórico tan peculiar,
caótico y difícil de explicar surja una película que muestra tan claramente el
estupor de la población ante la situación dada. Podría ser una tragedia
dolorosa y también podría ser una comedia surrealista, porque la realidad daba
para ambos extremos: el éxito incuestionable de "Todos a casa"
consiste en repartir de forma brillante ambas opciones. Y para hacerlo bien,
hay que saber de cine, lo digo por Comencini.
Hay momentos para todo,
con un Alberto Sordi en una nueva exhibición de talento, mostrando por momentos
su conocida faceta cómica pero encajando a la maravilla en las situaciones
dramáticas. No debió ser fácil decidir lo que hacer en la realidad, y es por
ello que Comencini opta por las carcajadas en el inicio de esa 'road movie' que
cuando toca ofrece lo peor de la guerra. La guerra es muy perra, que nadie lo
dude, un conflicto armado supone la culminación de la desgracia del ser humano,
sea cual sea la motivación de los líderes que empujan a la masa a matar y
morir.
Así que de vuelta para
casa hay tiempo para todo, estamos en Italia y es posible echar unas risas en
cualquier momento. Pero el drama asoma también tras cualquier esquina, en
cualquier cruce de caminos, sea por culpa de los soldados alemanes o por la
misma realidad que pisotea y condena a los supervivientes. Saber mezclarlo de
forma sana está sólo al alcance de unos pocos. Comencini, rotundamente,
consigue firmar una obra excepcional.
El guión pertenece a un
gran binomio italiano que han trabajado mano a mano en decenas de films,
Agenore Incrocci y Furio Scarpelli (“Rufufu”, “La Armada Brancaleone” o “El
Bueno, el feo y el malo” son prueba de ello), crean una historia fluida,
humanista, que mezcla con mordacidad el humor, el drama, el género bélico, ello
con diálogos inteligentes, punzantes y divertidos, creando momentos que se
mueven entre el humor, la tensión y, la amargura y la mezquindad, una
road-movie que refleja espléndidamente lo que ocurrió en Italia en este tiempo,
como padecieron las penurias del conflicto, con el hambre, la xenofobia, la
violencia, la muerte, la compasión, la amistad, el sentido del deber, el
nihilismo, el comprometerse con una causa, los valores familiares, el racismo,
el estraperlo, el hambre, la belleza de la música, en definitiva, una notable
tragicomedia encuadrada en un entorno cruento.
Nos habla sobre todo de
cómo el protagonista, reflejo de persona que no quiere tomar partido en un
viaje por una devastada Italia comienza a sentir el deber de no ser neutral,
toma conciencia de quienes son los malos y hay que luchar contra ellos.
La puesta en escena
resulta muy naturalista, rezuma realismo, veracidad, aires cuasi-documentales,
se supone en el Véneto, el gran trabajo en diseño de producción de Carlo Egidi,
pero rodada en Livorno y la campiña de los alrededores, y en zonas aún derruidas
por la S.G.M., como curiosidad el ministro Giulio Andreotti se negó a prestar dos
tanques y los hicieron de madera contrachapada, todo esto alcanzando en grado
sumo autenticidad, a lo que ayuda la cruda fotografía de Carlo Carlini, el
calor se palpa, se siente el sudoroso sol, el seco polvo del camino, con bellas
tomas generales, sirviendo para emitir el territorio colapsado que era la
Italia profunda.
Alberto Sordi demuestra
una vez más lo gran actor que es, un Titán exhibiendo humanidad, aristas,
debilidades, se percibe su evolución de la indiferencia al combatismo,
magnífico, rol que en principio debía hacer Vittorio Gassman. El galo Serge
Reggiani (cantante de éxito en Francia) realiza una interpretación estupenda,
emitiendo candidez, dignidad, compañerismo, con un aire a perrito desvalido
siempre con el paquete, este rol estaba destinado a Nino Manfredi pero Sordi se
opuso, no quería competencia. El estadounidense Martin Balsam compone con
sencillez y contención a un tipo pragmático. Eduardo De Filippo (dramaturgo
italiano) da vida al padre de Innocenzi, muy buena su creación del fascista
convencido, rol destinado a Totó. Carla Gravina en su corta aparición como la
judía Silvia Modena deja un halo conmovedor a su alrededor.
El film posee momentos
recordables: la pelea fuera de campo en el túnel donde la inmensa mayoría de la
compañía deserta, ingeniosa; el desgarrador momento cuando, en un pueblo
devastado por la guerra, los lugareños descubren harina en una camioneta, el
caos y la locura por conseguir un saco denota el hambre del pueblo, en fin.
Hagánse un favor y no se la pierdan. (Filmaffinity)
Recomendada.
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