Título
original: The Boys in the Band. Dirección: William
Friedkin. País: USA. Año: 1970. Duración: 118 min. Género:
Drama.
Mart Crowley, basado en
una obra “The Boys in the Band” de Mart Crowley (Guión), Burt Bacharach (Música),
Arthur J. Ornitz (Fotografía), W.
Robert La Vine (Vestuario), Gerald
B. Greenberg, Carl Lerner (Montaje),
Mart Crowley (Producción).
Nominada a Mejor actor
revelación (Kenneth Nelson) en los Globos de Oro 1970.
Estreno
en España: 22 enero 1979.
Reparto: Kenneth
Nelson (Michael), Frederick Combs (Donald), Cliff Gorman (Emory), Leonard Frey (Harold),
Peter White (Alan), Laurence Luckinbill (Hank), Keith Prentice (Larry), Reuben
Greene (Bernard), Robert La Tourneaux (Cowboy Tex, el chaperon).
Sinopsis:
Nueve hombres se reúnen
para una fiesta de cumpleaños; ocho de ellos se declaran abiertamente gays, y
el noveno sostiene que no lo es.
Comentarios:
Vivíamos los inicios de
los 70, que entre otras situaciones, nacían con las revueltas del Stonewall Inn de 1969, con los coletazos
del Mayo del 68, los ecos de la primavera de Praga, etc. Eran formas de
expresión y queja, sobre situaciones, en algunos de los casos, ancestralmente
injustas, como ocurría en los colectivos gays, en aquel momento hablar de lo
LGTB, quedaba lejos y tan sólo existían corpúsculos de asociaciones de hombres
gays, algunas de lesbianas, aunque pocas y por supuesto las trans estaban en
situación de gran marginalidad, más aún que todo lo anterior.
Esa era la realidad de
1970, año de realización de “Los chicos de la banda”, antes de sus grandiosos
éxitos como “The French Connection” y “El Exorcista”, William Friedkin, tuvo el atrevimiento de
realizarla, incluso en el mismo año que se producían obras tan en la línea del cine
del Hollywood de la época como “Patton”, “Love story”, “MASH”, “Satirycon”,
“Mujeres enamoradas”, etc., películas que quizás hayan quedado más cercanas en
nuestra memoria, que ésta que presentamos en nuestro Blog.
Basada en una obra de
teatro de Mart Crowley, que ya estrenó en el Off Broadway, en 1968, en la que
se daba total visibilidad, tanto positiva como negativa del mundo gay,
convirtiéndolo en etiqueta real. Debe pensarse que aún se mantenía la
homosexualidad, como un gran tabú en el Hollywood de la época, y quizás en casi
todas las cinematografías; se trataba el tema de forma jocosa e hiriente.
Es más, la más mínima
insinuación se pagaba con la muerte truculenta o el suicidio del personaje que
se atrevía a manifestarla. En la época del estreno y más en los circuitos del
Off Broadway, que siempre fue más moderno y controvertido, permitió que se representara
esta obra, y convertirla en el éxito de la temporada, ya no tanto por el morbo
que despertaba, que también, sino por la exposición abierta de temas gays
comunes; el complejo de culpa, la no auto-aceptación, la monogamia, la doble
vida, el cruising, la promiscuidad, el afeminamiento, la marginalidad, el
hedonismo, etc, todos aquellos que vivían los gays, pero de forma oculta,
siendo la primera vez, que se abordaban tal como eran.
Los actores del film son
el original casting del teatro, posiblemente debido a que ninguna estrella
consagrada quisiese aceptar encarnar un personaje gay, estamos hablando de los
inicios de los 70, incluso ahora resulta “comprometido” para algunas estrellas,
imaginemos en el Hollywood de la época. Casualmente hace menos de un año han
vuelto a reponer la obra en Broadway, pero con estrellas muy conocidas del cine
y la TV de la actualidad.
Mucha gente ha criticado
la película en ciertos aspectos como son su estructura y puesta en escena muy
teatral, a pesar de que el director se esfuerza para que parezca más cine y
menos teatro, sobre todo con sus muchos
planos medios y cortos, que acentúan el aspecto psicológico de la obra. Y otra
de las críticas que se le ha hecho a la historia, es lo estereotipado de los
personajes gays que la protagonizan; cosa menor a mi parecer, porque si nos
plantamos con la mente de los 70, ésta era la primera vez que nos mostraban las
miserias y grandezas de este colectivo, tan similares a grupos heterosexuales.
A veces nos pueden
parecer personajes un tanto caricaturescos, pero era una forma de contar la
historia, desentrañando aspectos que nunca se habían mostrado, que permanecían
en lo que hoy tan abiertamente llamamos “armario”, pero que entonces eran
calabozos, donde los encerraban, si eran descubiertos en algún local gay. Era
una forma de ir generando referentes gays, que lejos de ser “simplemente
locas”, son sujetos con emociones encerradas en cada persona, y las que
transmiten, suelen a veces ser muy hirientes. Además expresadas por hombres con
muy poca autoestima, fruto de una educación que los obligaba a ocultar sus
formas, pensamientos y sentimientos.
Puede que muchas de las
conversaciones que escuchamos en los diálogos, siguen vigentes hoy en día, para
bien o para mal, esta película expresa que en lo esencial, los problemas de los
gays, siguen siendo los mismos, aunque haya pasado más de cuarenta años. Aunque
es evidente que con mejoras, aún existen penas de cárcel y/o muerte en ciertos
países para los homosexuales. Y en nuestro entorno, se sigue viendo mal las
expresiones “evidentes” de las emociones gays, lo oculto siempre funciona
mejor.
La cinta es una historia
de carácter introspectivo, haciendo ver que todos tenemos similares miedos,
deseos o sentimientos, independientemente de la opción sexual de cada uno, a
diferencia de un cine que hasta entonces había tratado al homosexual casi
siempre bajo un punto de vista cómico, anecdótico, vergonzante, etc., dándole ahora
todo el protagonismo.
Es interesante también
tener en cuenta que el momento socio-histórico de la película, era del
despertar de lo gay, de una apertura en sus costumbres, aún muy gregarias e
incluso un tanto “outsider”, pero eran tiempos Pre-SIDA, lo cual permitió que
la sexualidad, no sólo la gay, evolucionara y fuera más fácil que se
manifestara. Seguramente por eso, la película parece, puntualmente, de otro
tiempo, como si estuviera hablando de un mundo que ya no existe, sin embargo el
gran mérito de la obra y de la excelente realización, es que realmente muchas
de las conversaciones pueden resultar muy modernas, y atemporales, es a veces
apabullante la absoluta libertad con la que se expresan, su patetismo por
momentos, y su manera de asumir el ridículo, que la hace aún hoy día feroz y
turbadora.
Quizás existan otras
películas LGTB más amables, incluso divertidas, pero esta resuma un realismo,
que aun mostrando a un grupo de hombres adultos gay, podrían ser extrapolables
a cualquier realidad occidental. Existían países en los que la censura prohibió
la película, como en el nuestro, en el que no se pudo visionar hasta finales de
los 70. Ahora, pasado el tiempo se puede ver como un documento reivindicativo
de la dignidad del ser gay.
“Los chicos de la banda”,
se debe visionar como un documento audaz y a favor de la inclusión y el derecho
a la diversidad sexual, en un momento en el que ser gay estaba considerado
dentro de las enfermedades mentales, lo que lo hace más avanzado aún, una lucha
contra la corriente establecida; ser gay
era objeto de burla, castigo, incomprensión y “reeducación” dentro de las
terapias que existían, algunas tan crudas como el temible electroshock,
terapias que aún hoy en países avanzados se ofertan como milagrosas. (Javier
Bernet)
Recomendada.
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