domingo, 24 de mayo de 2020

Series de TV: Los asesinatos del Valhalla (2019)


Título original: Brot. The Valhalla Murders. Temporada: 1. Episodios: 8. Año: 2019. País: Islandia. Género: Thriller. Estreno: 8 Marzo 2020 (Netflix)
Creator: Thordur Palsson. Dirección: Thordur Palsson, Thora Hilmarsdottir, Davíd Óskar Ólafsson. Guión: Thordur Palsson, Ottar Nordfjord, Ottó Geir Borg, Margrét Örnólfsdóttir, Mikael Torfason, Davíd Óskar Ólafsson. Fotografía: Árni Filippusson. Producción: Kristinn Thordarson, Leifur B. Dagfinnsson.

Reparto: Nína Dögg Filippusdóttir (Kata), Björn Thors  (Arnar), Bergur Ebbi Benediktsson (Erlingur), Aldís Amah Hamilton (Dísa), Arndís Hrönn Egilsdóttir (Hugrún), Tinna Hrafnsdóttir (Helga), Sigurður Skúlason (Magnús).

Sinopsis:
Arnar, un inspector de Oslo con un pasado doloroso, regresa a su Islandia natal para ayudar a una policía, Kata Eligsson, a intentar capturar a un asesino en serie relacionado con una misteriosa fotografía.
Episodio 1. Algo nunca visto.
Episodio 2. El regeso.
Episodio 3. Valhalla.
Episodio 4. Cicatrices.
Episodio 5. A la vista.
Episodio 6. El cuarto secreto.
Episodio 7. Encrucijada.
Episodio 8. Un monstruo en la oscuridad.

Comentarios:
Islandia es un país pintoresco y tranquilo donde apenas hay un índice significativo de homicidios. Sin embargo, Los Asesinatos del Valhalla quiebra esta realidad y nos sumerge en un mundo escabroso y podrido. Tres asesinatos cercanos en el tiempo ponen en guardia a la policía islandesa y a la población en general. La encargada de la investigación será la inspectora Kata (Nína Dögg Filippusdóttir) que, no de muy buen grado, recibirá la ayuda de Arnar (Björn Thors), un policía llegado de Oslo. La primera impresión que da, efectivamente, es que la policía islandesa se ve algo superada por esta serie de crímenes totalmente anómalos en su día a día.
Aquí ya hay algún elemento clásico en algunos thrillers nórdicos, la de la pareja de investigadores que está condenada a llevarse bien y que al final acabará colaborando fielmente. Podemos fijarnos en la serie sueca Bron (2011), donde dos policías de dos países distintos han de colaborar en menesteres criminales. La premisa del asesino en serie, a priori, no parece particularmente original pero la historia se las va apañando para fluir por sus propios medios. De momento hay un patrón curioso, todas las víctimas presentan cortes en los ojos. Por añadidura todos trabajaron en un orfanato llamado Valhalla, de existencia efímera en la Islandia de los años 80.
En Los asesinatos del Valhalla, además de la trama principal, hay engastadas una serie de tramas paralelas que tienen que ver con los dos protagonistas, Kata y Arnar. Hasta aquí nada de particular, es algo frecuente en las series policiales. En esta ocasión, estas tramas tienen la suficiente sustancia y desarrollo como para ser relevantes y no un mero esbozo que apenas ocupa un hueco en la trama. La serie empieza con un mal día de Kata. No recibe el ascenso que esperaba, que recae en su compañera Helga (Tina Hrafnsdóttir), y se siente traicionada por el comisario Magnús, su jefe. Además, Kata, está divorciada y su hijo se ha metido en un lío relacionado con un vídeo en que se recoge una violación en una fiesta.
Arnar por su parte, que aunque viva en Noruega es oriundo de Islandia,  tiene gravísimos problemas con su familia. No se habla con su padre, ni prácticamente con nadie de su familia, por motivos que iremos descubriendo. Esta animadversión llegará a adquirir tintes casi trágicos. Así pues, estas tramas personales son lo suficientemente intensas como para captar nuestra atención de forma genuina y afectar directamente a la historia principal. Podemos decir incluso que Los asesinatos del Valhalla funciona como drama casi también como funciona de thriller.


Los primeros cuatro episodios son los más rutinarios de Los asesinatos del Valhalla. Kata y Arnar, como buenos sabuesos, van atando cabos y rastreando pistas. Sus investigaciones se acaban dirigiendo al antiguo orfanato Valhalla en Borgarmesi, lejos de Reikiavik. Saldrán a la luz terribles historias de abusos y palizas a los niños, añadiendo cada vez un tinte más siniestro a la serie. En principio parece que los asesinatos tienen el móvil de la venganza para con antiguos trabajadores de Valhalla, pero comienzan a aparecer extrañas ramificaciones que apuntan bastante alto en el escalafón de la sociedad de Islandia.
Los últimos cuatro episodios abren el abanico de posibilidades de la serie; cuando parece que la investigación se asienta sobre certezas, la historia se hace más sinuosa y más interesante. El espectador difícilmente puede hacer pie porque van apareciendo nuevas incógnitas que obligan a replantear lo ya dado por sentado. De un misterio nacen varios. Como complemento, un simpático policía de Borgarmesi, Hákon (Vikingur Kristjásson), se unirá a Kata y Arnar en la investigación. La segunda parte de la serie es la más interesante y donde encuentra un pulso, que si bien no es particularmente innovador, sí que posee fuerza y entidad.


La interpretación de Björn Thors como Arnar puede que sea la más característica de la serie. Su personaje es torvo, lacónico, mal encarado. Se vislumbra que hay un trauma detrás de él, que a la larga descubriremos, y que es la causa de su talante asocial. Su glacial sagacidad se verá puesta a prueba por los acontecimientos de la investigación, mostrando una interesante dualidad y una sensible evolución.
Kata, por su parte, es una profesional esforzada, intuitiva e inteligente. No tiene el talante helado de Arnar y las circunstancias del caso, y las suyas propias personales, calarán en ella de una forma más notoria y evidente. Nína Dögg Filippusdóttir sabe captar ese matiz de normalidad que, en circunstancias extraordinarias, se muestra corajudo y perspicaz.


En Los asesinatos del Valhalla, como en casi todos los thrillers nórdicos, el emplazamiento donde se asientan los personajes es importante. Apenas vemos la luz del sol, y la claridad varía entre la noche cerrada y los cielos nublados. Las tinieblas perfectas para un crimen. Sin embargo Islandia aporta algo más específico. La naturaleza es más apabullante, abundan las enormes extensiones heladas y los planos de pintorescas formaciones montañosas. La sensación de aislamiento y soledad es mayor que en los entornos noruegos o daneses, más populosos y con urbes más grandes. Incluso la insularidad islandesa influye en esta sensación. De modo que en ambientación, sin grandes fastos, Los Asesinatos del Valhalla tiene un tanto a favor.
Esta incursión de Netflix en el nordic noir no va a tener excesiva capacidad de sorpresa para el espectador avezado en el género. Lo que no significa que no esté bien hecha. De forma gradual, según se añaden incógnitas, va enganchando más, hasta convertirse en un razonable entretenimiento. A su favor, el acierto de que las tramas personales de los investigadores tengan la fuerza suficiente como para que no resulten postizas. Los aficionados al thriller nórdico tienen elementos suficientes para darse por satisfechos y disfrutar de una buena intriga. (Mariano González)
Recomendada.

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