Raymond
Depardon es fotoperiodista y director de cine documental. Leyenda viva del
mundo de la fotografía y del cine documental en Francia, principal precursor de
un estilo conocido como “el cinema direct”, con una visión única y precisa,
independientemente de dónde ponga el foco: ya sea en el mundo rural, el
funcionamiento de la justicia o la vida política.
Su
proyecto fotográfico más extenso es el del muro de Berlín, que comenzó en 1961
con la fotografía de los primeros ladrillos de los que se convertiría en una
pared que separó a los berlineses durante 28 años y que ha seguido
fotografiando hasta la actualidad siendo testigo de la peregrinación del terror
que hoy se ha convertido en un acontecimiento turístico de primer nivel.
Parafraseando
el léxico militar, pero totalmente alejado del mismo, Departon confiesa que su
estilo «se basa en la emboscada. Lo que hago es esperar a capturar el momento
en que las personas se expresan y dicen algo único».
Raymond
Depardon nació el 6 de julio de 1942 en Villefranche-sur-Saône, Francia, en el
seno de una familia de agricultores que vivía en una granja autosuficiente en la
que había vacas, cerdos, gallinas, se sembraba trigo, se recogían uvas… La
granja garet.
Fue
el segundo hijo de la familia. Tuvo una infancia feliz en la granja familiar de
Garet con su hermano Jean. Cuando tenía 12 años su padre le regaló una cámara de
fotos 6×6 de la marca Lumiere y aprendió a utilizarla con un curso de
correspondencia. Sus primeras fotos muestran escenas de su vida en la granja
familiar en la que instaló un laboratorio de revelado. En aquella época, a la
casa familiar llegaba la revista gráfica Le Miroir a la que estaba
suscrito su tío. Además de hacer fotos por pasión en la granja familiar, hacía
fotos de manera profesional, como aprendiz en una óptica y ayudante de un
fotógrafo local.
Tal
era su pasión que, pese a la oposición familiar, que no veía futuro en la
fotografía, en octubre de 1958, a los 16 años de edad, se mudó a Paris, a 400
kilómetros de su granja, para trabajar como asistente del fotógrafo Louis
Foucherand, quien el año siguiente se unió al periodista Louis Dalmas, creador
de la prestigiosa agencia Photo Dalmas. Raymond estaba en el lugar
adecuado en el momento adecuado.
Pero
centrándonos en nuestro ámbito de estudio, el cine, Depardon se dedica en la
actualidad por entero al cine documental y es uno de los directores de cine
documental más prestigiosos del mundo. Trabaja junto a su pareja desde hace más
de dos décadas: su mujer, la productora y jefa de sonido de sus películas
Claudine Nougaret.
Para
él el sonido es fundamental. “Vengo de la fotografía y muy pronto me di cuenta
de que hay algo que diferencia al mundo de la foto del mundo del cine: las
palabras y el sonido. Llegué al cine en los años 60 y en ese momento se produjo
la revolución del sonido sincrónico. Se acabaron los cables que unían las
cámaras con los magnetófonos. Eso me posibilitó hacer una película como 1974,
une partie de champagne y grabar las conversaciones con Valéry Giscard
d’Estaing durante su campaña de una manera libre. Sin el sonido sincrónico
nunca hubiera podido hacer esta película”.
“Mi
cine se basa en la emboscada. Ese es mi estilo. Y no me refiero a la emboscada
en el sentido militar de la palabra, yo no pretendo matar a nadie. Lo que hago
es esperar a capturar el momento en que las personas se expresan y dicen algo
único”.
“Hay
muchos estilos de documental, pero el mío se basa en rodar en el lugar de los
hechos. Encontrar esa ‘war room’, un término que viene del cine directo,
y que consiste en descubrir el lugar donde se va a producir el instante que
quiero captar o la conversación que debe quedar registrada. En mi cine siempre
existe esa ‘war room’ que puede ser una sala y otras veces puede ser la
cocina de una casa”.
“En
el cine no existe ese concepto puramente fotográfico que es el ‘instante
decisivo’. Para que pase algo en pantalla hay que rodar lo de antes y lo
después de ese momento. En la foto puedes esperar, pero aquí eso no funciona.
Las personas hablan y se mueven y tu obligación es rodar hasta que en un
momento nace la secuencia por sí sola”.
En
1981 rodó el documental ‘Reporters’, en el que mostraba a los fotoperiodistas
de Gamma trabajando durante la campaña para la elección presidencial francesa.
En ‘San Clemente’ en 1982, Raymond Depardon lleva su cámara hasta un hospital
psiquiátrico en San Clemente, cerca de Venecia, construido en la época donde la
única opción que daba la sociedad a los enfermos mentales era el encierro.
Rodado poco antes del cierre definitivo del centro y coincidiendo con el
carnaval, el film muestra los lazos que se crean entre médicos, pacientes y
familiares.
En
1991 fue galardonado con el Gran Premio Nacional de la Fotografía. En los años posteriores,
sus películas recibieron importantes premios como el César al mejor documental de
Délits Flagrants (1994). Raymond Depardon filma el itinerario sumarial
de varias personas arrestadas en flagrante delito, desde su llegada a la
oficina de la Jefatura de policía, hasta la entrevista con el sustituto del
procurador, o el abogado de oficio. Ante la cámara, en una serie de secuencias
que muestran un enfrentamiento cara a cara, se desvelan unas situaciones que en
general se mantienen a puertas cerradas: las personas que cometen delitos
menores. Tras la entrevista, la persona citada ante la justicia será liberada
con una convocatoria para una audiencia posterior, o deberá someterse a un
procedimiento de comparecencia inmediata.
En
2007 participa en el film colectivo Chacun son cinéma (A cada uno su
cine). La producción fue organizada por el aniversario número 60 del Festival
de Cannes. La película es una colección de 34 cortometrajes, cada uno de tres
minutos de duración, dirigidos por 36 reconocidos cineastas. Representando a
cinco continentes y 25 países, los realizadores fueron invitados a expresar
"sus estados mentales del momento inspirado por la sala de cine". El
corto de Raymond Depardon tenía por título “Cinéma d'Eté”.
En
2016 estrenó el documental ‘Les habitantes’. Raymond Depardon filma a los franceses para mostrarnos como hablan. De
Charleville-Mézières a Niza, de Sète a Cherburgo invita a las personas que ve
por la calle a conversar sin limitaciones y libremente.
En
2017 estrenó el documental ’12 Jours’, rodado en Lyon, así llamado por por una
ley del Gobierno francés que obliga a sentarse frente a un juez a todos
aquellos pacientes ingresados en instituciones que no lo hayan hecho por su
propia voluntad. Cada año en Francia 92.000 personas son ingresadas en centros
psiquiátricos sin su consentimiento. Según la ley, el hospital tiene 12 días
para llevar a cada paciente ante un juez. Sobre la base de los historiales
médicos y las recomendaciones de un doctor, hay que tomar una decisión crucial:
si el paciente debe irse o debe quedarse. Son doce días después de los cuales
una vida puede cambiar para siempre. Depardon ha tenido acceso por primera vez
a esas audiencias y recoge estos extraordinarios encuentros entre la justicia y
la psiquiatría.
En
la actualidad, Raymond Depardon sigue protagonizando exposiciones como ‘La vita
moderna’ en otoño de 2021 en Milán, organizada por la fundación Cartier
Bresson. Con más de 80 años de edad, goza de buena salud y es habitual verle en
exposiciones de fotografía, como retrata y publica su esposa Claudina Nougaret
en su perfil de Instagram.
Fotografías del Muro de Berlín |
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