lunes, 30 de diciembre de 2019

Cats (Tom Hooper, 2019)


Título original: Cats. Dirección: Tom Hooper. País: Reino Unido. Año: 2019. Duración: 110 min. Género: Musical.  
Christopher Ross (Fotografía), Lee Hall, Tom Hooper (Guión), Andrew Lloyd Webber (Música), Debra Hayward, Tim Bevan, Eric Fellner, Tom Hooper (Producción), Andrew Lloyd Webber, Steven Spielberg, Angela Morrison, Jo Burn, Jo Burn, Andrew Lloyd Webber, Angela Morrison, Steven Spielberg (Producción ejecutiva), Paco Delgado (Vestuario), Lucy Bevan (Casting).
Nominada a Mejor Canción Original (“Beautiful Ghosts”) en los Globos de Oro 2019.
Estreno en Sevilla: 25 Diciembre 2019

Reparto:
James Corden (Bustopher Jones), Judi Dench (Vieja Deuteronomy), Jason Derulo (Rum Rum Tugger), Idris Elba (Macavity), Jennifer Hudson (Grizabella), Ian McKellen (Gus), Taylor Swift (Bombalurina), Rebel Wilson (Jennyanydots), Francesca Hayward (Victoria).

Sinopsis:
Adaptación del famoso musical de Andrew Lloyd Webber, 'Cats'. La trama gira en torno a una tribu de gatos -los Jellicles- durante la noche del año en que toman su más trascendente elección: la de decidir cuál de ellos renacerá en una nueva existencia... La producción teatral de Londres estuvo 21 años en el West End, mientras que la de Broadway estuvo 18 años en cartel en Nueva York.

Comentarios:
"Podrás engañar a todo el mundo durante algún tiempo y a algunos durante todo el tiempo, pero no podrás engañar a todos durante todo el tiempo», advertía Abraham Lincoln. Por aquella época no existía el cine, pero la frase es perfectamente aplicable al director británico Tom Hooper, que con su adaptación al cine del musical “Los Miserables” consiguió lo primero y al intentar repetir la fórmula con “Cats” se ha estrellado estrepitosamente. El original escénico, cuyo éxito será siempre un misterio, ya de por sí es duro de ver, pues carece prácticamente de argumento y se limita a una sucesión de números musicales en las que unos tipos con leotardos y cuatro pelos en la cara cantan temas inspirados en poemas de T.S. Eliot sin conexión los unos con los otros.
La tarea de adaptarlo al cine se antojaba complicada, pero Hooper la ha resuelto de la peor manera posible: se ha limitado a ser fiel al montaje y presentar una serie de actores de mucho postín disfrazados de gato (recurriendo a unos delirantes efectos digitales) que cantan sus canciones como buenamente pueden (lo de Judi Dench resulta ciertamente doloroso) mientras la cámara se dedica a dar vueltas a su alrededor y a explotar una notable dirección artística. El espectáculo gatuno tiene un punto dadaísta (por aquello de la sublimación de lo absurdo) y en su primera hora es realmente soporífero, y sólo remonta ligeramente el vuelo en la media hora final, gracias a dos cantantes de verdad, Taylor Swift y Jennifer Hudson, que protagonizan dos números vibrantes. Pero para entonces ya es tarde, muy tarde, y la cosa no tiene arreglo. (Alberto Luchini)
No Recomendada.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Una gran mujer (Beanpole) (Kantemir Balagov, 2019)


Título original: Dylda. Dirección: Kantemir Balagov. País: Rusia. Año: 2019. Duración: 130 min. Género: Drama.  
Kseniya Sereda (Fotografía), Kantemir Balagov, Aleksandr Terekhov (Guión), Evgueni Galperine (Música), Ellen Rodnianski, Alexander Rodnyansky (Producción), Olga Smirnova (Vestuario), Vladimir Golov (Casting).
Mejor Dirección en la sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2019.
Estreno en Sevilla: 20 Diciembre 2019

Reparto:
Konstantin Balakirev (Stepan), Andrey Bykov (Nikolay Ivanovich), Olga Dragunova, Timofey Glazkov (Pashka), Kseniya Kutepova (Lyubov Petrovna), Viktoria Miroshnichenko (Iya Sergueeva), Vasilisa Perelygina (Masha), Igor Shirokov (Sasha).

Sinopsis:
Leningrado, 1945. La Segunda Guerra Mundial ha devastado la ciudad y derruido sus edificios, dejando a sus ciudadanos en la miseria tanto a nivel físico como psíquico. El asedio (uno de los peores de la Historia) ha terminado, la vida y la muerte continúan combatiendo en el desastre que la guerra deja tras de sí. Dos mujeres jóvenes, Iya y Masha, tratan de encontrar un sentido a sus vidas para reunir fuerzas de cara a reconstruir la ciudad.

Comentarios:
De igual modo que Dostoievski instaba a no olvidarse de que las causas de las acciones humanas suelen ser inconmensurablemente más complejas y variadas que las explicaciones posteriores sobre ellas, el cineasta Kantemir Balagov invita en su segundo largometraje –basado en una novela de la Premio Nobel Svetlana Alexiévich– a no olvidar el empuje avasallador de la guerra. Ni el eco que se mueve arbitrario en el vacío de los cuerpos que una vez la vivieron. «No tengo nada dentro de mí, Masha. Soy inservible», le confiesa tartamudeando Iya a su compañera del frente advirtiéndola indirectamente de su imposibilidad para tener hijos. En «Una gran mujer», la vida no vale nada y la muerte apenas sirve para algo. No es de extrañar teniendo en cuenta que hablamos de 1945, de Leningrado y del final de la Segunda Guerra Mundial.
Balagov aproxima con acertado realismo e intencionada visión pictórica el ojo de la cámara a un entorno asolado por las ruinas, a los edificios devastados por la metralla y al hacinamiento post conflicto en pisos rebosantes de papel pintado, temblorosos suelos de madera y llantos de criaturas que han tenido la desgracia de nacer en tiempos de hambre. Sin embargo, no es esta una narración clásica masculina de los horrores del conflicto. Muy contrario al análisis de las peripecias de la soldadesca que mostraba Jean Jacques Annaud en «Enemigo a las puertas», el ruso galardonado con el Premio a Mejor Director de Cannes opta por un prisma mucho más plástico, estético y al mismo tiempo profundo otorgando el peso interpretativo de la historia a dos mujeres, Iya y Masha, cuya readaptación a la vida después de haber estado en las trincheras resulta igual de irregular que los filos de la rosa de papel que le regala un veterano señor del bloque de pisos donde mal viven las protagonistas a Iya. Dos mujeres, dos fuerzas, dos impulsos maternales, dos anhelos, dos gritos ahogados librando extenuantes batallas; la particular de cada una de ellas consigo mismas y la extensible al resto de la población contra la escasez, el frío y los traumas.
Dos mujeres, dos fuerzas, dos impulsos maternales, dos anhelos, dos gritos ahogados librando extenuantes batallas; la particular de cada una de ellas consigo mismas y la extensible al resto de la población contra la escasez, el frío y los traumas.
«Desde que leí el libro “La guerra no tiene rostro de mujer” de Svetlana, tuve claro que quería construir un reflejo de la coyuntura histórica desde la perspectiva femenina. Me interesa profundamente la experiencia de las mujeres en la guerra y me sorprende además que sea un territorio tan poco transitado por el cine», comenta con incredulidad al otro lado del teléfono Balagov. Como ya hiciera con su primer trabajo como director, «Demasiado cerca», el realizador, de tan solo 28 años, escarba en la desintegración de una sociedad anquilosada que se resiste a sobrevivir al presente porque le cuesta en exceso despegarse de su pasado. De la historia de ese pasado bebe la figura del creador, pero también de la del ciudadano: «Si algo me ha enseñado la historia de mi país, como te comentaba antes, es que hay pocas películas dentro de la cinematografía Rusa que hayan mostrado interés por el papel que desempeñó la mujer en la contienda. Y ellas también escribieron la Historia. Y tanto que lo hicieron. Era mi deber personal huir de la mirada patriótica y acercarme a una reflexión antibelicista», añade.
Advertir los paralelismos de la cinta con elementos de la literatura rusa existencialista y romántica de los siglos XIX y XX y la consiguiente disección del alma humana a la que escritores como Tolstói, Nikolai Gogol, Pushkin o Dostoievski se acogieron con fervor casi religioso parece un ejercicio inevitable en este caso, a pesar de que el cineasta opte por simplificar y reducir ligeramente el mensaje: «Aplicar el concepto de insondable en esta película con respecto al tratamiento de las emociones y los comportamientos humanos podría ser acertado, pero desde luego no ha sido mi intención. Mi propósito era realizar una aportación universal a través de la cotidianidad de las personas. De la sencillez que muchas veces porta el dolor». Y en ese punto concreto Balagov brilla. Porque se agarra con la belleza de un Tarkovski a los ángulos más difíciles de filmar. Los de quienes temen «no ser dignos de sus sufrimientos». (Marta Monleón)
Recomendada.

jueves, 26 de diciembre de 2019

La gran mentira (Bill Condon, 2019)


Título original: The Good Liar. Dirección: Bill Condon. País: USA. Año: 2019. Duración: 109 min. Género: Comedia dramática.  
Virginia Katz (Montaje), Tobias A. Schliessler (Fotografía), Jeffrey Hatcher, Nicholas Searle (Guión), Carter Burwell (Música), Bill Condon, Greg Yolen (Producción), Richard Brener, Andrea Johnston, Aaron L. Gilbert, Jason Cloth, Anjay Nagpal, Jack Morrissey, Nick O'hagan (Producción ejecutiva), Keith Madden (Vestuario).
Nominada a Mejor Actriz (Helen Mirren) en los Satellite Awards 2019.
Estreno en Sevilla: 5 Diciembre 2019

Reparto:
Helen Mirren (Betty McLeish), Ian McKellen (Roy Courtnay), Russell (Tovey Steven), Jim Carter (Vincent), Mark Lewis Jones (Bryn), Michael Culkin (Dr. Livesey).

Sinopsis:
Roy Courtnay (Ian McKellen) es un estafador profesional que no puede creer su suerte: ha conocido online a la adinerada viuda Betty McLeish (Helen Mirren). A medida que ella le abre su corazón, Roy se sorprende a sí mismo al darse cuenta de que alberga sentimientos hacia ella, convirtiendo lo que debería ser una estafa fácil y sencilla en una de las situaciones más complejas de su vida.

Comentarios:
Solo cabe una pregunta tras ver “La gran mentira”: cómo puede tener una primera mitad tan interesante, bien trazada y narrada, y una segunda parte tan académica, ñoña, caprichosa y desviada de lo que se ha ido formulando en la mitad inicial. La respuesta debe estar en “The good liar”, la novela de Nicholas Searle en la que se basa la película, publicada en 2017, porque parece imposible que el adaptador del texto original, Jeffrey Hatcher, haya podido inventarse la sarta de sandeces que contiene ese trecho final.
Helen Mirren e Ian McKellen están en ambas mitades, pero incluso en la segunda parecen menos carismáticos ante los derroteros que toman sus personajes en su regreso a la juventud, con unos flashbacks incomprensibles y un final pretendidamente sorpresa, que se ve venir en cuanto a la personalidad del mentiroso del título y que resulta ridículamente indigerible por sus retruécanos de conducta.
Elegantes en la puesta en escena de Bill Condon, y elípticos y misteriosos en su narración y en cuanto a la relación de sus dos protagonistas, los (alrededor de) 50 minutos iniciales hablan además de temas muy interesantes. Primero, las citas a ciegas de jubilados y personas mayores viudas, de elevada formación cultural e intelectual, en busca de compañía más o menos sentimental o casual a través de páginas de internet. Y segundo, la impostura de ciertas vidas, donde una falsa fachada de respetabilidad puede esconder la más turbia de las intenciones.
Sin embargo, desde el viaje a Berlín y la llegada de los saltos atrás, las secuencias en recuerdo de la juventud de ambos, todo se desmadra hacia el ridículo. La preciosa banda sonora de Carter Burwell, la calidad de la producción y la presencia de McKellen y Mirren sostienen durante algunos minutos más una película que iba para notable, pero acaba descarrilando por su empeño en tratar a la platea de idiota en un juego del gato y el ratón no tanto con sus personajes como con el propio espectador. Puede que al novelista le apeteciera ser Patricia Highsmith, pero su historia tiene demasiados apuntes de literatura de aeropuerto y de novela histórica barata como para llegarle a la suela del zapato. (Javier Ocaña)
No Recomendada.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Feliz Navidad




Linterna Mágica desea a sus socios y amigos una Feliz Navidad, y todo lo mejor para el nuevo año. ¡Qué 2020 venga repleto de ilusión y alegría para todos!



Lee Marvin interpreta el tema "Estrella errante" en
La leyenda de la ciudad sin nombre (Joshua Logan, 1969)



sábado, 21 de diciembre de 2019

Pintores y Reyes del Prado


El Museo del Prado fue abierto por primera vez al público en 1819, cumpliéndose los 200 años de su existencia en el pasado mes de noviembre. Fue Isabel de Braganza, la segunda mujer de Fernando VII la que, en consonancia con las ideas de la ilustración, desarrollo la idea y ejerció todas sus influencias para conseguir la creación de la pinacoteca localizándola en el Gabinete de Historia Natural, un edificio que se encontraba en el salón del Prado, previsto inicialmente para otros fines. Inicialmente el museo era propiedad de la monarquía y se nutrió con los cuadros de las colecciones reales, pero posteriormente el museo se nacionalizo y se fue ampliando la colección con obras procedentes de otros museos, con donaciones y legados y por supuesto con adquisiciones (Un buen resumen de la interesante historia del museo lo podemos encontrar en la página web del museo del Prado https://www.museodelprado.es y en una crónica del diario.es https://www.eldiario.es/cultura/arte/centenario-museo-prado_0_837466921.html, y en http://masdearte.com/el-museo-del-prado-exposicion-bicentenario).



Durante este año 2019 se han realizado multitud de eventos y exposiciones para celebrar este bicentenario y en el contexto de esta conmemoración se ha realizado el documental Pintores y Reyes del Prado. Este documental es una producción de 3DProduzioni y Nexo Digital en colaboración con el Museo Nacional del Prado y A Contracorriente Films, que se ha estrenado de forma simultánea el pasado 9 de diciembre en 200 cines de España, y tiene previsto estrenarse en 60 países. La productora italiana dedica gran parte de su producción a documentales relacionados con el arte, así ha realizado Museos Vaticanos 3D, El Hermitage: El poder del arte, Gauguin en Tahití: Paraíso perdido, Klimt y Schiele: Eros y psique, Van Gogh: entre el trigo y el cielo, Monet: Obras maestras del museo Marmottan en París, Caravaggio interior, Chagall: Sueño de una noche de verano. La directora Valeria Parisi ha estado ligada a gran parte de la realización de estos documentales, pero este de Pintores y reyes del Prado es su primer largometraje documental en solitario.



En esta obra "Pintores y reyes del Prado” se pretende relatar la historia del Museo del Prado y sus colecciones a través de la historia de España (reyes, dinastías, guerras) y de la historia de los sentimientos y emociones de los hombres y mujeres de varias épocas: gobernantes, pintores, artistas, arquitectos, coleccionistas, conservadores, intelectuales y visitantes. Es por tanto un proyecto muy ambicioso, por la dificultad que conlleva resumir la historia de España y aunque nos muestra magníficas obras maestras, resulta difícil condensar en 90 minutos y elegir entre las 1700 obras exhibidas y otros 7000 tesoros artísticos que hay en el museo, por lo tanto y como no puede ser de otra forma, la visión que nos proporciona es fragmentada.


El tipo de visión fragmentada que nos proporciona creo que está en relación con  la nacionalidad de la directora, que tambien es la guionista, más enfocada a los pintores italianos, destacando de manera especial a Tiziano, al que nos muestra como piedra angular del museo y dando un papel muy destacado a Caravaggio, al que dedica un tiempo del metraje que no se corresponde con la mínima obra del mismo que hay en el museo. La dedicación a otros pintores fundamentales como Velázquez es ciertamente escasa y a unas de las obras mas visitadas como son las de El Bosco aparecen casi al final de la película, pareciendo como si se hubiera acordado de que le faltaba por verlo y corre rápido a visitarlo antes de marcharse.


Por esta historia y por las diferentes salas del museo nos guía como maestro de ceremonias el actor británico Jeremy Irons, en lo que se pretende sea uno de los atractivos fundamentales del documental, ya que su exquisito acento ingles y su actuación algo impostada y mas propia de un teatro shakesperiano, son los que proporcionan buena parte de la comercialidad de este documental. Resulta muy positivo, proporcionando una visión complementaria interesante la participación del director, conservadores y restauradores del Museo, de expertos en distintas pinturas y pintores, aunque no así el testimonio personal de mujeres del panorama cultural español como Helena Pimenta, escenógrafa y directora teatral, Laura García Lorca, presidenta de la Fundación García Lorca, Pilar Pequeño, fotógrafa, y Marina Saura, actriz e hija del pintor Antonio Saura, que creo no ofrecen ninguna aportación destacable a la película.




En general se trata de un documental fundamentalmente comercial, en el que la directora cae claramente en los tópicos españoles, ya que se inaugura el mismo con un toro y esta aderezado en varias partes del mismo por una bailadora de flamenco, hechos ambos que no tienen ninguna relación, ni trascendencia en la historia que pretende relatar. Se acompaña casi todo el de una música grandilocuente y pretenciosa en general que no le favorece, pero que probablemente si determina que sea más llamativo y atractivo comercialmente.

Evidentemente es un documental que resulta agradable de ver, ya que las obras pictóricas que nos presenta son magníficas y con una excelente fotografía, además de que lo vemos en una gran pantalla en salas comerciales de cine, pero es claramente prescindible y olvidable. Existen otros documentales con la misma temática que bajo mi punto de vista reflejan mejor el Museo del Prado, sin tanta grandilocuencia y con mayor seriedad, por ejemplo «La pasión del Prado» (https://www.youtube.com/watch?v=3EZhws0CbqI)que se estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián en el año 2013, en el que se muestra la extraordinaria colección de pinturas del Prado, filmadas en 4K, una nueva tecnología con una definición de imagen cuatro veces superior a la tradicional, que ofrece gran calidad en la percepción del color y las texturas. Un equipo de TVE nos acercó 400 obras maestras del Prado, dándonos una visión completa de la pinacoteca madrileña, mostrando la historia y creación del museo y las distintas colecciones que en él se encuentran expuestas.

Con motivo del bicentenario del museo se han realizado muchas actividades, una de ellas es la colaboración con la filmoteca nacional y con RTVE para presentar el material audiovisual, llamado Memoria audiovisual del Prado, recuperando la imagen del Museo del Prado a lo largo de los últimos 100 años a través de más de 400 documentos digitalizados, documentados y, en algunos casos, restaurados, películas, producciones de NO-DO y programas emblemáticos como “Mirar un cuadro”, “Historia de nuestro cine” o “Informe Semanal”. Entre estos hay documentales inéditos y muy interesantes como el de Basilio Martin Patino del año 1987. Estos audiovisuales están disponibles en  https://www.museodelprado.es/bicentenario/memoria-audiovisual/) y en la página de RTVE (http://www.rtve.es/television/museo-del-prado-en-el-archivo) 







En RTVE se han realizado multitud de documentales en relación con el museo del Prado, el último de ellos ‘200: Una noche en el Prado’, una serie de cuatro capítulos especiales en los que Ramón Gener descubrirá las maravillas del museo y de la colección y que os recomiendo vivamente. Los 4 capítulos son:

Museo del gusto real: El Museo del Prado es el fruto de las colecciones reales de la monarquía española y el resultado del gusto de los reyes y las reinas a lo largo de los siglos. En este primer capítulo, Ramón Gener nos presentará el álbum familiar de los reyes de España que cuelga de las paredes del museo, y nos descubrirá sus tesoros.

Museo de pintoresEl Prado no es un museo de pintura, es un museo de pintores. Su magnífica colección tiene una particularidad: contiene la máxima colección de obras de Goya, de Rubens o Velázquez del mundo, pero solo tiene un cuadro de Rembrandt. En este segundo capítulo se explicarán los motivos de este desequilibrio.

Museo de símbolosEn las paredes del museo del Prado se cuentan infinidad de historias preciosas relacionadas con la Biblia o con la mitología. El programa repasará las más bonitas y significativas y mostrará cómo, todas ellas, presentan diversos niveles de lectura que las hacen incluso más interesantes de lo que aparentan.

Museo de reflejos: Desde su inauguración en 1819 se ha convertido en un referente para centenares de artistas de todo el mundo. La historia del arte es una cadena de artistas que miran hacia atrás para abrir nuevos caminos. Y en esta cadena, el Prado tiene un lugar privilegiado. 


En palabras de Ramón Gener que transmite mucha más emoción y naturalidad que Jeremy Irons “Estar aquí y contarlo es la aventura más fascinante que me ha surgido en la vida. Con el programa queremos decir que este museo es de todos y que con sus 200 años está más vivo que nunca”.