Título original: Orlando. Dirección: Sally Potter. País: Reino Unido. Año: 1992. Duración: 93 min.
Género: Drama, Fantástico.
Sally Potter basado en la
novela de Virginia Woolf (Guión), David
Motion, Sally Potter (Música), Alexei
Rodionov (Fotografía), Hervé Schneid
(Montaje), Michael Buchanan, Michael
Howells (Dirección artística), Christopher Sheppard (Producción).
Nominada al Oscar 1993 a
la Mejor Dirección Artística y al Mejor Vestuario. Premio del Público en el
Festival de Venecia 1993. Mejor Película en el Festival de Sitges 1993.
Estreno
en España: 14 enero 1994.
Reparto: Tilda
Swinton, Billy Zane, Lothaire Bluteau, Quentin Crisp, John Wood, Charlotte
Valandrey, Heathcote Williams, Toby Jones.
Sinopsis:
Orlando es una criatura
melancólica e independiente, un ser ambiguo e inmortal que con el paso de los
siglos pasa de hombre a mujer, mientras bucea en los misterios de la vida, el
arte y la pasión.
Comentarios:
“Orlando” puede ser definida de muchas formas,
aunque lo que nunca os dirán es que es una película común, ya que difícilmente
puede ser comparada con cualquier otra que hayáis visto hasta la fecha, algo
que es un arma de doble filo, claro. Lo cierto y verdad es que llevar a la gran
pantalla la magnífica novela de Virginia Woolf, que a pesar de ser un relato no
muy extenso, posee una riqueza rara vez encontrada en otro similar, es una
tarea poco menos que imposible, algo que quien lo haya leído entenderá
rápidamente. Pero lejos de achicarse por ello, Sally Potter escribe el guión y
la plasma en un trabajo atípico, en el que su enorme rareza es a la vez uno de
sus principales problemas y una de sus grandes virtudes.
Leer la novela antes de
ver la película, ayuda y mucho a comprenderla, al menos en su mayor parte, por
lo que es bastante recomendable hacerlo así, ya que muchas de las cosas que en
ella aparecen o se nos cuentan, aquí son pasadas por alto o solo son
mencionadas de pasada, cuando alguna de ellas son sumamente esclarecedoras,
incluso necesarias para poder entender que es lo que sus responsables quieren
contarnos en ella. Verla sin hacerlo puede ser una experiencia bastante
turbadora, sobre todo para los que necesitan encarecidamente obtener las
respuestas correctas para poder disfrutar un trabajo plenamente.
Este es uno de los
motivos por los que en algunas críticas se compara el cine de Potter, al menos
este trabajo en concreto, con el de Tarkovski o Bergman, siempre salvando las
distancias claro, ya que cada ser que la presencia saca de ellas conclusiones
propias sobre lo que está viendo, algo que no quiere decir que lo que vemos no
tenga un significado, sino que este es diferente según los ojos que lo
observen. Esto hace que muchos crean haberse perdido por el camino, cuando en
realidad simplemente no son capaces, o simplemente no les apetece, buscarle un
sentido o un significado a lo que tienen delante, algo similar a lo que puede
ocurrirte ante un cuadro o una escultura abstractos.
Para disfrutar de “Orlando”
es necesario tener una mente abierta, con la capacidad de empaparse de nuevas
ideas y conceptos, de disfrutar de la belleza por el simple hecho de ser
belleza, y de aceptar que cada cual sacará sus propias conclusiones no teniendo
porqué ser las nuestras más acertadas o mejores que las de cualquier otro. Si
es así, este trabajo tiene la capacidad de hacerte flotar a través de cuatro
siglos, de asistir a la evolución de la vida junto a la de nuestro personaje,
de mostrar costumbres en constante cambio a través de diferentes épocas, todo
ello de una forma hipnotizante y ciertamente hermosa y extraña a la vez.
Por ello hay que destacar
en ella la fotografía de Alexei Rodionov (Masacre: ven y mira, El almirante),
capaz de embelesarnos con sus imágenes de forma constante, algo que da gran
parte de su frescura a la película. Igualmente destacable es el trabajo de Sandy
Powell y Dien van Straalen en el diseño de vestuario, un trabajo complejo y
brillante a partes iguales, y el de Michael Buchanan y Michael Howells en la
dirección artística, igualmente meritorio. De hecho, la película fue nominada a
los Oscars a la mejor dirección artística y mejor vestuario, aunque su gran
problema fue tener que luchar con maravillas como “La lista de Schindler”,
ganadora de la primera, o “La edad de la inocencia”, que se llevó la segunda,
por no hablar de las otras que quedaron en puertas, como El piano o Lo que
queda del día. Una misión imposible.
La banda sonora es otra
de las características que destacar en este trabajo. De ella se encargaron
David Motion (Andante ma non trompo, Swimming, Vivir y morir en Los Ángeles) y
la propia Sally Potter, no solo precursora del proyecto, sino parte activa en
casi todos sus apartados. No es una música, al igual que ocurre con la
película, que sea del gusto de todos los paladares, aunque he de decir que a en
general gusta bastante. Posee varios temas en los que se mezclan sonidos
característicos de las épocas en las que transcurre la historia con otros mucho
más actuales, realizando una fusión un tanto peculiar.
La elección del reparto
es otro de los grandes aciertos en esta atípica obra, destacando sobre todo la
de la excelente Tilda Swinton (Solo los amantes sobreviven, El gran hotel
Budapest, Snowpiercer, Tenemos que hablar de Kevin) para el papel de Orlando,
una criatura que nace hombre y cuya constante evolución convertirá a la postre
en mujer, en el aspecto literal de la palabra, algo para lo que el físico de la
brillante actriz y su buen hacer ante las cámaras, se antoja fundamental. Junto
a ella destacan nombres como John Wood, un antiguo amigo que le declarará su
amor tras su transformación en mujer, Lothaire Bluteau como un príncipe del
lejano oriente con el que tratará en uno de sus viajes y Billy Zane, el joven
con el que conocerá los placeres del amor y el sexo tras convertirse en
doncella. El nivel es bastante bueno en todos ellos, como en el resto del
reparto.
“Orlando” es una película
que atrae o aburre, siendo difícil que nadie se quede en un término medio. La
complejidad de la historia y la libre interpretación que el espectador puede
hacer de ella echarán a muchos para atrás, pero si no es algo que te importe
demasiado, podrás disfrutar de una película muy bien trabajada y que tiene
cierto poder absorbente e hipnotizante que la hacen recomendable. Para tener su
propia opinión tendrán que echarle valor y verla, eso sí, procuren que no sea
un día con algo de sueño porque será difícil que la acaben, avisados quedan.
Recomendada.