Un artículo de José Melero Bellido y Concha Jiménez Lirola
Película: Mita Tova. Dirección y Guion: Tal Granit y Sharon Maymon. País: Israel. Año: 2014. Duración: 95 min. Género: Drama, Comedia negra. Producción: Twenty Twenty Vision Filmproduktion GmbH, 2-Team
Productions, Pie Films. Productores: Haim Mecklberg, Estee Yacov-Mecklberg, Talia
Kleinhendler, Osnat Handelsman-Keren, Thanassis Karathanos, Karl Baumgartner,
Mosche Edery y Leon Edery. Música: Avi Belleli. Montaje: Einat Glaser-Zarhin. Fotografía: Tobias Hochstein. Vestuario: Laura Sheim. Estreno en España: 17 Abril 2015.
Intérpretes: Ze’ev Revah (Yehezel), Levana Finkelstein (Levana),
Aliza Rozen (Yana), Ilan Dar (Dr. Daniel), Rafael Tabor (Raffi Segal)
Sinopsis:
En una residencia de ancianos de Jerusalén, un grupo de amigos construye
una máquina para practicar la eutanasia con el fin de ayudar a un amigo enfermo
terminal. Pero cuando se extienden los rumores sobre la máquina, otros ancianos
les pedirán ayuda, lo que les plantea un dilema emocional y los implica en una
aventura disparatada.
Fotograma de "La fiesta de despedida" |
Comentarios:
Recientemente he visto La fiesta de despedida realizada en 2014, una
película israelí cuyo título original es Mita Tova.
La película trata del tema de la eutanasia pero no quiero destriparla por
si alguien tiene interés en verla. Creo que cinematográficamente hablando es
una película dignamente realizada, destacando en mi opinión la calidad de los
diálogos y las buenas actuaciones de los actores.
Lo que me lleva a comentarla
y a apreciarla positivamente es la
manera en que trata el tema indicado. A diferencia de otras películas, lo hace
en forma de comedia, despojándolo de todo dramatismo innecesario. Lo que me
sugiere este tratamiento, y es lo que quiero compartir con otras personas, es
que los grandes temas, incluso aquellos que más preocupan a los seres humanos,
pueden ser abordado con toda profundidad pero, por decirlo así, con una sonrisa
en los labios.
No se trata sólo de un acierto de planteamiento para su desarrollo
cinematográfico sino que esta manera de presentar el problema contribuye a que
la sociedad actual pueda ir adoptando una posición más moderna, más alejada de
tabúes que, en mi opinión, dificulta llegar a soluciones racionales.
Hay un personaje de la película, muy interesante en mi opinión que,
reticente a la eutanasia, acaba por comprender las profundas y humanas razones
de la misma a la vez que va experimentando su propia tragedia. Tal vez este
personaje, cuya posición inicial puede compartir mucha gente actualmente,
represente el camino a recorrer por las sociedades actuales hasta llegar a un
compromiso aceptable sobre la muerte digna.
La película, por lo que voy apuntando, es muy concreta en los hechos que
narra y muy real. Es una película de viejos pero no necesariamente sólo para
viejos sino que está basada en una realidad incuestionable en las sociedades
avanzadas actuales: cómo afrontar, dada la alta esperanza de vida actual y los
avances de la medicina, largos períodos de tiempo en que los ancianos se ven
abocados a enfermedades crónicas dolorosas o incapacidades cognitivas que les
convierten en entes carentes seguramente de toda plenitud humana.
Por tanto, la película plantea una cuestión que se verá agravada en el
futuro y será bueno que las nuevas generaciones vayan considerándola.
El film está realizado con un profundo respeto, pleno de humanismo y con
un acierto añadido: no involucrar la cuestión religiosa exageradamente en el
problema de la eutanasia. Es cierto que en algún momento se invoca a Dios pero
no hay una insistencia exagerada en la argumentación.
Por todo lo dicho, creo que es una película recomendable, de actualidad y
realizada con mucha inteligencia y sensibilidad sobre un tema tan importante.
José Melero Bellido.
Una película israelí… lo que me llevó en un principio a no verla, pero no
hay que confundir la forma de hacer política con la sociedad civil de un país,
por muy mal que nos parezca que lo estén haciendo.
El tema me interesó desde que tuve conocimiento del film (¡ya va una
haciéndose mayor!) y la película no me defraudó, aunque no la considero redonda
está muy bien hecha y sobre todo tiene tema para debatir, lo que a los
cinéfilos nos viene muy bien.
Esta codirigida por Sharon Maymon y Tal Granit, en 2014, (ya habían hecho
esto en tres ocasiones anteriores) e interpretada por Zeév Revah, Levana
Finkelstein, Aliza Rozen, Ilan Dar y Rafael Tabor.
Trata de un grupo de ancianos que conviven en una residencia y uno de ellos construye una máquina de
eutanasia con la que ayudan a una amiga a morir dignamente… pero la cosa se
complica cuando se sospecha de la existencia de la misma y… pasan cosas.
Esta tratada con mucho humor, (impagable la escena que “salta la luz”
cuando pulsa la maquinita una enferma terminal) lo que no es fácil y consigue
que el espectador entre fácilmente en la trama y se solidarice con ellos,
aborda el tema de la separación (de un ser querido, de ti mismo).
Lo primero a tener en cuenta es la Residencia… desde luego es para gente
bien, en España eso es casi imposible de
encontrar y se viene reivindicando desde hace tiempo, tener un sitio cómodo y
gustoso para vivir los últimos años de tu vida, no creo que sea tan difícil de
conseguir uniendo criterios y aportando, claro está, los recursos necesarios
(en plan privado y cuando “la crisis” nos abandone, por qué no, públicos
también). Hay que tener en cuenta que dentro de unos años, si la demografía no
lo impide y al paso que vamos no lo hará, habrá mucha más gente mayor que joven
viviendo en el mundo.
Hay mucho cariño en la cinta, el amor y la amistad sobre todo se
reivindican constantemente, los cinco personajes se apoyan unos a otros a pesar
de las divergencias que surgen y como he dicho antes el humor, la sonrisa sale
a colación durante casi todo el metraje, sobre todo al principio (a veces te da
apuro reírte por el tema que trata), pero está hecha con esa idea, según los
directores han querido quitarle dramatismo con actores cómicos interpretando
los principales papeles.
En resumen, película más que digna, de la que recomiendo su visión.
Concha Jiménez Lirola.