Título original: Adiós. Dirección: Paco Cabezas. País: España. Año: 2019. Duración: 111
min. Género: Thriller.
Luis de la Madrid, Miguel
A. Trudu (Montaje), Pau Esteve Birba
(Fotografía), José Rodríguez, Carmen
Jiménez (Guión), Zeltia Montes (Música), Enrique López Lavigne (Producción), Marta Pastor, Clara Nieto
(Producción ejecutiva), Carla
Bernardez, David Mantecon (Sonido),
Yolanda Piña, Felix Torrero (Maquillaje),
Lourdes Fuentes (Vestuario), Yolanda
Piña, Felix Torrero (Peluquería).
3 nominaciones a los Premios
Feroz 2019 (incluida Mejor Actriz de reparto).
Estreno en Sevilla: 22 Noviembre 2019
Reparto:
Mario Casas (Juan),
Natalia de Molina (Trini), Ruth Diaz (Eli), Carlos Bardem (Santacana), Mona
Martínez, Vicente Romero, Pepa Aniorte.
Sinopsis:
Juan, preso en tercer
grado y padre de familia, logra un permiso para asistir a la comunión de su
hija en Sevilla. Pero la muerte accidental de la niña destapa todo un entramado
de corrupción policial y narcotráfico, y el caso acaba en manos de Eli, una
inspectora que tendrá que lidiar con los recelos de un sector de la policía y
del padre de la pequeña, que quiere tomarse la justicia por su cuenta.
Comentarios:
El barrio (no oficial) de
las 3.000 viviendas de Sevilla tiene su propia ley. En el año 1999, por un
conflicto de honor entre familias, una de ellas acabó en el destierro, obligada
a abandonar el lugar por decisión del llamado Consejo de Mayores. En el verano
de 2013, una niña de siete años murió accidentalmente durante una reyerta entre
bandas rivales de narcos, que desembocó en un tiroteo.
Lugar apasionante en lo
dramático, en lo social y en lo cultural, Las 3.000, con sus códigos de honor,
su miseria y su desventura, su flamenco, su droga y sus ilusiones, alberga el
regreso a su tierra del director Paco Cabezas, sevillano afincado
profesionalmente en Estados Unidos, donde ha dirigido dos largometrajes, “Tokarev”
(2014), con Nicolas Cage, y “Mr. Right” (2015), con Sam Rockwell y Tim Roth,
además de un puñado de episodios de la exitosa serie de televisión “Penny
Dreadful”. “Adiós”, no podía ser de otro modo con el bagaje personal y
profesional de Cabezas, es un thriller enérgico, donde se unen lo social, lo
emocional y lo espectacular. Quizá demasiado grave en su parte final, en un
tono que roza lo grandilocuente, y con un par de discutibles decisiones de
guion y puesta en escena. Pero de una vasta fuerza dramática, con excelentes
actuaciones de sus protagonistas y hasta el último de sus intérpretes de
reparto, y un diseño de producción que clava el drama de un espacio de
palpitante singularidad.
Con escritura de los
noveles Carmen Jiménez y José Rodríguez, “Adiós” parece haber unido las dos
noticias reales de la entrada de esta crítica: el destierro de los que fueron
reyes del barrio, ahora defenestrados; y la muerte de una cría que desencadena
una venganza. Y suma una trama de corrupción policial donde confluye también el
gran tema de la película: ¿qué seríamos capaces de hacer por nuestros hijos? Para
defenderlos, para desagraviarlos, sobre todo en ambientes de violencia extrema.
Madres y padres a uno y otro lado de la sociedad y de la ley, capaces de matar
por ellos, en una línea que entronca con otro thriller reciente rodado en
Sevilla: “El hijo”, de Miguel Ángel Vivas, producido por la misma firma, Apache
Films. Así, la película, que va de la luz diurna de los primeros y felices
minutos a la lúgubre nocturnidad de los últimos, añade un subtexto mítico, para
siempre anclado en la figura de Michael Corleone: la imposible escapatoria de
un destino marcado a fuego por el clan familiar, esta vez incrustado en el
personaje de Mario Casas, carismática sonrisa, mueca dolorosa, garra,
honestidad hasta el infierno.
Sin embargo, pese a la
trascendencia de lo expuesto, el guion se desdibuja un tanto porque los temas
apenas se desarrollan, y parece inexplicable que no se haya incluido una buena
conversación entre los roles del padre y el hijo policías. Mientras, en la pura
narración, la secuencia del operativo policial en Las 3.000 más parece una
excusa para el espectáculo cinematográfico que una opción justificada en el
relato, y la batalla de los antidisturbios con los vecinos, expuesta por
Cabezas en montaje paralelo con la búsqueda de una heroinómana por parte de la
familia protagonista, más que elevar ambos momentos, los empequeñece.
Eso sí, junto a la quizá
excesiva utilización de la música y el diseño sonoro en el desenlace, son
apenas menudencias dentro de un conjunto de gran fuerza, donde incluso cabe la
cruel guasa sevillana: “¡A hacer footing, cabrones, que tenéis mu mala cara!”,
gritado a los yonquis por el siempre inquietante Vicente Romero. Descendiente
directa de la soberbia serie de Benito Zambrano “Padre Coraje” en su despliegue
visual e interpretativo de la toxicomanía, “Adiós” es una película tan agria
como luminosa. (Javier Ocaña)
Recomendada
(con reservas).