Su
padre, Abraham, era un emigrante judío que había llegado desde Rusia para hacer
fortuna en América, la tierra de las oportunidades, y que quiso inculcar a sus
dos hijos, Benny y Louis, su afición por la música. Así, les enseñó a disfrutar
con su gran colección de discos de ópera y conciertos sinfónicos, y les regaló
a cada uno de ellos un instrumento musical. A los ocho años, Benny deja patente
su mal genio y rebeldía cuando el profesor de música le regaña y le rompe el
violín en su cabeza. Estudia en la escuela pública de la ciudad, siendo un
entusiasta de escritores como Eugene O´Neill y D. H. Lawrence, al tiempo que
asiste a conciertos en el Carnegie Hall. Allí, queda obnubilado a sus 13 años
por la música de Hector Berlioz, marcándole en su decisión de convertirse en
compositor.
A
los 16 años se matricula en el instituto DeWitt Clinton, donde tiene como
profesor musical a Gustav Heine, quien le enseña las técnicas básicas de
composición, mientras forma un trío musical con él tocando el violín, su
hermano el violonchelo y su compañero de pupitre, Jerome Moross, el piano.
Pronto se interesa por el estilo y ritmos de compositores clásicos americanos
como Charles Ives, Carl Ruggles, Aaron Copland o George Gershwin. Sigue sus
estudios en la universidad de Nueva York y en Juilliard, y cursa composición
con Philip James y dirección de orquesta con Albert Stoessel.
En
1931 forma la New Chamber Orchestra, formación con la que realiza conciertos de
música clásica; y en 1934 es contratado como director y compositor para la
cadena de radio CBS, participando en algunos programas de éxito como “Columbia
Workshop” y “The Mercury Theatre”. Es en esta emisora donde conoce a su primera
esposa, Lucille Fletcher, una escritora de dramas radiofónicos tan populares
como “Sorry, Wrong Number” (después convertida en obra de teatro, y en una
famosa película con Barbara Stanwyck), que también ayudó a su marido en el
libreto de su ópera “Wuthering Heights”. Se divorciaron en 1948.
Herrmann y Welles |
En
1938 colabora con Orson Welles en la
música de un especial que él mismo dirige e interpreta, “La Guerra de los
Mundos”, sobre la novela de H.G. Welles, que cuenta una invasión marciana. El
programa causa el mayor impacto de la historia de la radio, con escenas de
pánico entre la población, que creyó a pies juntillas la narración de Welles.
En 1941 ambos vuelven a trabajar en otra adaptación radiofónica, “The Happy
Prince”, y ese mismo año Welles encuentra financiación en la RKO para su
película "Ciudadano Kane",
donde vuelve a contar con la música de un Herrmann que entraba con letras de
oro en el mundo de la composición cinematográfica, consiguiendo además su único
premio de la Academia por su segunda película, "El hombre que vendió su
alma".
Durante
los 50, su carácter va transformándole en un individuo antisocial, agresivo y
solitario, descontento con su profesión y convencido de que todo a su alrededor
era negativo. Su prepotencia musical la consolida con un estilo personal,
acorde con su melancólico estado de ánimo, en las cuerdas obsesivamente
románticas de "Jane Eyre", "El fantasma y la señora Muir" y
"Las nieves del Kilimanjaro".
En
1955 se produce su afortunada relación profesional con Alfred Hitchcock, complementándose ambos a la perfección (a pesar
de la condición de maníaco depresivo de Herrmann) y desarrollando hasta el
límite su innovación musical en el lirismo de "Vértigo", el fandango percusivo de "Con la muerte en los talones" y los violentos violines en
forma de grito de la clásica escena de la ducha de "Psicosis". Resulta éste el periodo más dichoso en la etapa del
músico, volviéndose a casar con una muchacha llamada Norma Sheperd,
trasladándose a vivir a Londres y disfrutando plenamente de sus bandas sonoras.
Herrmann y Hitchcock |
La
enorme influencia que la música estaba aportando a las imágenes del "mago
del suspense" Alfred Hitchcock, hizo que éste rechazase sorprendentemente
su música para "Cortina rasgada", algo que resultó mortal para la
frágil mentalidad de Herrmann. Dicha decisión originó la dimisión de su cargo
en la Academia, además de que Herrmann fue a partir de entonces rechazado por
los productores, en la época del declive de los grandes estudios. Por ello,
durante ocho años, vagó errante por Europa, encontrando proyectos algo forzados
como los de François Truffaut (en
"Fahrenheit 451" y "La novia vestía de negro") y Brian De Palma, ambos enormes
admiradores de la técnica de Hitchcock.
Su regreso a Estados Unidos, en 1973, coincide con ese "revival" de tintes "hitchcockianos" auspiciado por Brian de Palma, quien le contrata para "Hermanas" y la soberbia "Fascinación". Cuando su acercamiento al inquietante jazz de "Taxi Driver" parecía iniciar una nueva etapa en su ya dilatado genio creativo, Herrmann falleció mientras dormía a las pocas horas de terminar la grabación de la partitura, precisamente en la Nochebuena de 1975. Atrás dejaba un curriculum plagado de obras maestras que aún hoy siguen siendo referenciadas por multitud de autores.
Una docena de Bandas Sonoras
imprescindibles:
·
1941: Citizen Kane (Ciudadano Kane)
·
1941: The Devil and Daniel Webster (El hombre que
vendió su alma)
·
1947: The Ghost and Mrs. Muir (El fantasma y la
señora Muir)
·
1951: The Day the
Earth Stood Still (Ultimátum a la Tierra)
·
1955: The Trouble
with Harry (Pero... ¿quién mató a Harry?)
·
1958: Vertigo (Vértigo/De entre los muertos)
·
1959: North by Northwest (Con la muerte en los
talones)
·
1960: Psycho (Psicosis)
·
1963: Jason and the Argonauts (Jasón y los
argonautas)
·
1964: Marnie (Marnie, la ladrona)
·
1966: Fahrenheit 451
·
1976: Taxi Driver
|
Os
dejamos con una suite de la banda sonora de “Psicosis” interpretada por la BBC
Concert Orchestra, conducida por Keith Lockhart en el Royal Albert Hall.
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