viernes, 21 de febrero de 2020

Solo ante el peligro



Un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer


Un precioso domingo de la década de 1880 -el Oeste pronto dejará de llamarse “salvaje”- Will Kane (Gary Cooper), sheriff durante años de la pequeña ciudad de Hadleyville, al sudeste, tendrá las experiencias más contradictorias de su vida entre las 10:34 y las 12:15 horas. Apenas ha contraído matrimonio con Amy Foster (Grace Kelly, 30 años más joven que Gary Cooper) y va a empezar con ella una nueva vida civil, cuando le llega la noticia de que el salvaje oeste le sale de nuevo al encuentro: El asesino Frank Miller (Ian MacDonald) va camino de la ciudad para vengarse de él. Llegará en tren a las 12 del mediodía (High Noon, mediodía, es el título original), tres de sus compinches ya le están esperando en la estación.

Esperando el tren de las 12:00

Al principio Kane abandona con Amy la población, pero regresa porque él jamás ha huido de nadie. Busca apoyos en la ciudad y, exceptuando a un adolescente, un medio ciego y un medio convencido, nadie está dispuesto a ayudarle. Incluso la recién casada quiere abandonarle. Solo con su suerte, Kane hace testamento y se dispone a esperar a la banda de los cuatro en la calle principal desierta. Primero empieza una lucha de casa en casa, en la que Kane abate a dos bandidos. Al tercero lo mata Amy que, a pesar de todo, ha regresado en auxilio de su esposo. Miller la toma como rehén y aún así, Kane consigue dar caza al canalla. Los ciudadanos salen aliviados de sus casas, pero él les tira la estrella de sheriff a los pies, lleno de desprecio, y abandona con Amy la ciudad.

En los seis primeros minutos de película se establecen las convenciones del género del western. Mientras los tres compinches de Miller cabalgan por la ciudad hacia la estación y suena el tema “Do not forsake me, oh my darling” (No me dejes, querida)  interpretado por la estrella de música country Tex Ritter, el sheriff y la cuáquera Amy se casan y, con ello, establecen el contraste entre una sociedad civil y los bandidos sin ley.

No me dejes, querida

No obstante, la boda y la renuncia a la placa de sheriff se suceden ante el espectador que ya sabe que a Will Kane le espera un nuevo enfrentamiento. Al recibir la noticia de la llegada de Miller, decide quedarse aunque acaba de dejar su cargo: un hombre, así lo quiere la dramaturgia del western, tiene que cumplir con su deber.

Ellos me están haciendo huir y yo jamas he huido ante nadie

El filme, rodado en 1951, se realizó durante la tensa fase inicial de la Guerra Fría. En busca de comunistas en la vida pública de EE.UU., el senador republicano Joseph McCarthy calentaba el ambiente político desde el año 1950 con una comisión para investigar “actividades antiamericanas”. Un hecho que tuvo consecuencias para Solo ante el peligro: el guionista Carl Foreman fue citado ante la comisión, pero se negó a declarar. Esta actitud le llevó a formar parte de la lista negra y provocó tensiones y desavenencias en el equipo de rodaje. El productor Stanley Kramer y el protagonista Gary Cooper renegaron de Foreman; el director Fred Zinnerman le fue leal.

Una pausa en el set de rodaje

En Hollywood los detractores de “Sólo el peligro” estuvieron encabezados por John Wayne, que como presidente de la Motion Picture Alliance for preservation of American Ideals, una asociación de gente del cine en defensa de los ideales americanos, se alzó con fuerza contra Foreman y algunos años después interpretó con fervor el papel principal de “Río bravo” (1959) dirigida por Howard Hawks, que se inscribió en la historia del western como una película “anti Sólo ante el peligro”.

La película de Zinnerman es uno de los westerns clásicos con un mensaje más allá del argumento. Las varas de medir políticas y morales han provocado las interpretaciones más diversas; por un lado, trata de la integridad, la conciencia y la lealtad, del deber y la responsabilidad; por otro lado, del oportunismo y la desidia, del egoísmo y la cobardía. Queda por determinar si el film cuestiona la propia democracia o si sólo critica la forma que presenta en EE.UU. El lema del director puede aplicarse a Sólo ante el peligro: “El carácter de un hombre es su destino”.

Claro que necesito tu ayuda, pero no quiero comprarla, tiene que salir de ti

La responsabilidad de la película se reparte entre un grupo de especialistas: el productor Kramer; el director Zinnerman; el guionista Foreman; el director de fotografía Floyd Crosby (premiado con un óscar en 1931 por “Tabú” de Willerm Murnau), el compositor Dimitri Tiomkim, y los montadores Elmo Williams y Harry W. Gerdstad. El equipo se deshizo ya a principios de los años 50, y cada uno reclamó para sí la parte decisiva del éxito de la obra.

Pero lo que hicieron atractivo el filme para el público fueron sobre todo los actores: Gary Cooper, que acababa de cumplir los cincuenta, en el papel del aislado Will Kane, un héroe tan entrado en años como el salvaje oeste, que tiene que superarse a sí mismo; Grace Kelly, con veintiún años, interpretando a Amy Kane, en los inicios de una vertiginosa y breve carrera; Thomas Mitchell haciendo de alcalde; Lloyd Bridges, de ayudante del sheriff y Katy Jurado de antigua novia de Kane. Así, los actores están por entero al servicio de la historia, no tienen vida propia; tampoco existe para ello una salida cómica. La película es seria hasta la médula.

Katy Jurado, Grace Kelly, Gary Cooper y Lloyd Bridges

La austeridad y el laconismo formal, la unidad de tiempo real y cinematográfico (unos cien minutos que se comprimen en ochenta y cinco minutos del metraje), el estilo documental de las imágenes y la interpretación de los actores, convirtieron a Sólo ante el peligro en una obra que se sale del género: Kane no es un “jinete solitario”, sino que está aislado socialmente. No es en modo alguno “frío”, más bien tiene miedo, hace testamento y casi se echa a llorar. Además se ve forzado a un combate sucio, le acosan y tiene que sobrevivir por cualquier medio.

Las imágenes también son excelentes, Zinnermann y el director de fotografía querían que la película pareciera un antiguo noticiario. Y finalmente, en contraste con las tomas en blanco y negro, a menudo granuladas, se alza la magnífica música de Dimitri Tiomkin, que no sólo impulsa la acción, sino que también le presta al filme un ritmo propio, por el que aún nos dejamos cautivar con placer más de 50 años después.

Gary Cooper (1901 - 1961)

El nombre y la cara de Gary Cooper son conocidos por todos los que nacieron antes de su muerte (1961), relativamente temprana. Su rostro fue calificado por un crítico estadounidense como “el mapa de América”, mientras que para Jean-Luc Godard, era un “objeto de la mineralogía”. El actor, al que simplemente llamaban Coop, nació en Montana, trabajó de especialista en producciones de westerns a partir del año 1925. Su ascenso comenzó en 1929 con el papel que daba título a El virginiano (1929), una película de vaqueros que se centraba en la vida en la “frontera”, donde no había ni jueces ni cárceles. Por lo tanto, había que actuar en favor de la sociedad. Según The New York Times, Gary Cooper era en 1937 el actor americano mejor pagado; los más prestigiosos directores de la Paramount trabajaron con el lacónico actor, de aspecto algo torpe, y sus parejas fueron siempre actrices de la talla de Marlene Dietrich, Jean Arthur o Claudette Colbert. A menudo vestido con uniforme del ejército o ropa del Oeste, Cooper se convirtió en el perfil del americano tradicional: en 1947 declaró ante la Comisión de Actividades Antiamericanas, aunque sin denunciar a ningún colega. En febrero de 1961 le concedieron un Oscar honorífico, James Stewart recogió el premio en representación de su amigo enfermo; Cooper murió de cáncer en mayo de ese mismo año, en Beverly Hills.


"Estamos muy orgullosos de ti, Coop"
                                                                                 
Reseñar por último que el filme ganó varios Oscars de la Academia: Mejor actor (Gary Cooper); mejor montaje (Elmo Williams y Harry W. Gerstad), mejor banda sonora (Dimitri Tiomkin) y mejor canción: Do not Forsake me, oh my darling (Dimitri Tiomkin, música y Ned Washington, letra).




                                                           VIRGINIA RIVAS ROSA


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