Título original: A los que aman. Dirección: Isabel Coixet. País: España. Año: 1998. Duración: 94 min.
Género: Drama.
Isabel Coixet, Joan Potau
(Guión), Alfonso de Vilallonga (Música),
Paco Femenía (Fotografía), Sogepaq / Canal+ España /
Sogetel (Producción).
Nominada al Goya 1998 al
mejor Diseño de Vesturario.
Estreno en España: 24 octubre 1998.
Reparto: Julio Núñez, Patxi
Freytez, Olalla Moreno, Monica Bellucci, Christopher Thompson, Albert Pla, Amanda
García, Gary Piquer, Juan Manuel Chapella, Alfonso de Vilallonga.
Sinopsis:
Siglo XVIII. Una noche,
un anciano médico le cuenta a un joven la historia del gran amor de su vida. En
su juventud se había enamorado apasionadamente y en silencio de Matilde. Esa
pasión, en realidad, había empezado en la infancia, cuando la caza desapareció
misteriosamente de la región y aparecieron dos extraños personajes: el maestro
de esgrima y su solitaria y ausente hija Valeria.
Comentarios:
Isabel Coixet (Barcelona,
1962) era demasiado joven cuando pretendió estudiar cine en el Centro
Sperimentale de Roma. Como debía esperar unos años para optar al ingreso,
prefirió matricularse en la Facultad de Historia. No abandonó, sin embargo, su
pasión por la imagen cinematográfica, cuyos secretos acabó aprendiendo a través
de la publicidad ("una fantástica escuela de cine", en su opinión),
especialidad en la que destacó internacionalmente a través de su propia
productora. Animada por tal experiencia, dirigió su primer largo, “Demasiado
viejo para morir joven” (1988), que no entusiasmó ni a la crítica ni al
público. Coixet regresó a la publicidad y al videoclip. En 1995 se arriesgó a
una segunda película, “Cosas que nunca te dije”, hablada en inglés ("una
obra fresca, imperfecta, pero llena de interesantes destellos"), con la
que obtuvo varios premios en festivales.
Reconocida ya como
directora de cine, Isabel Coixet se planteó, junto al guionista Juan Potau, una
tercera incursión en el tema del desamor "con referencias que van desde “Cumbres
borrascosas”, de Emily Brönté, a “La cartuja de Parma”, de Stendhal", dice
Elsa Fernández-Santos, a quien la directora confesó haber "sufrido mucho
por amor, muchísimo, y quizás por eso tengo una visión venenosa de las relaciones
humanas. A pesar de todo, sigo creyendo en esa fuerza que puede mantenerte
vivo, aunque sea por un amor que jamás se concrete". En esa línea, las
primeras frases que se oyen en “A los que aman” dan cuentan de la conflictiva
pasión del personaje principal: "Pasé mi vida amando a una mujer que amaba
a otro, que no la amaba a ella sino a otra de la que nunca supo si le
correspondía...".
“A los que aman” (1998)
"cuenta una historia de amores contrariados", como señaló M.
Torreiro, "historia que ahonda en los vericuetos del amor como experiencia
extrema, ambientada en algún lugar de Europa entre los siglos XVIII y XIX. Y lo
hace con gran delicadeza y con una trama de hondas referencias stendhalianas en
las que la cristalización del amor se lleva hasta sus últimas
consecuencias". Francisco Marinero comentó en El Mundo: "Todos aman,
y ninguno a quien le haría feliz, y ahí está la lógica del escenario para esta
historia: los personajes viven en un mundo pequeño y cerrado, formalista y sin
opciones; no pueden marchar en busca de otros amores y tampoco pueden pensar en
otra cosa que en sus propios sentimientos. Como vía de escape o por necesidad,
estos personajes subliman sus sentimientos y Coixet tiene el arrojo de mostrar
esa sublimación en estado casi puro", y la novelista Espido Freire añadía:
"El cuento de Isabel Coixet, como todos los cuentos, desgrana una historia
terrible y magnífica, en el mismo siglo en que las princesas perdían zapatos y
las sirenas lloraban su desconsuelo".
Coixet no quiso concretar
"la ubicación geográfica de la acción ni su anclaje temporal" para
permitirse "hacer la película más abstracta, porque cuanto más abstracta
sea, más pegada estará a la expresión de los sentimientos", como le
comentó a Carlos F. Heredero: "He utilizado grabados y cuadros de
Jean-Baptiste Greuze, Jean Simenon Chardin, Antoine Watteau o André Bouys, no
para reproducir sus composiciones, sino para buscar en ellos escenas
cotidianas, objetos de la vida diaria, ropas o juguetes de niños, detalles de
decoración, formas de peinado y cosas parecidas...". En definitiva,
recrear una época que, según comentó la directora a Nuria Cuadrado, "fue
en la que cristalizaron las pasiones y donde se definieron las claves que
explican nuestro tiempo: una época que me fascina". Torreiro valoró
"el extremado rigor al construir el espacio que el filme muestra, en el
que la portentosa fotografía de Paco Femenía está al servicio de una
reconstrucción que tiene como norte el respeto extremo de la luz".
Los actores no eran
entonces conocidos (Mónica Bellucci se transformaría poco después en estrella
internacional), pero, a juicio de Miguel Ángel Barroso y Fernando Gil-Delgado
en “Cine español en cien películas”, "las interpretaciones son perfectas.
Olalla Moreno y Mónica Bellucci, además de su belleza, despliegan un formidable
arsenal de recursos interpretativos, y sus compañeros masculinos, Christopher
Thompson y Patxi Freytez, están igualmente inspirados. Isabel Coixet logra
dirigir con energía y con una maravillosa sensibilidad". Sin embargo, en
opinión de Marinero, las emociones de los personajes de “A los que aman” deben
ser creíbles, "y lo son por parte del Maestro (el contenido Julio Núñez da
empaque al hombre maduro que recuerda su amor de juventud o, mejor dicho, sus
circunstancias, ya que el amor sigue doliendo), y no tanto por la de Matilde,
la joven que lo ignoró (Olalla Moreno está en un permanente estado de
sublimación, casi de levitación, trémula de amor y dolor que, si bien puede
explicar su pena, hace muy poco convincente su poder de fascinación)".
Hubo unanimidad en cuanto
al trabajo fotográfico de Paco Femenía, que, en opinión de Barroso y
Gil-Delgado, "captura la esencia del paisaje gallego, las brumas matutinas
del verano, las doradas tardes, imágenes poéticas de figuras oscurecidas contra
un cielo transparente... Hasta las nubes parecen contar la historia. En cuanto
a la música de Alfonso Villalonga, no es un acompañamiento, es parte de la
historia, un protagonista más de esta película. No se puede alabar ninguno de
estos aspectos por separado. Todo es una sola cosa en este poema visual que
firma Coixet". (Diego Galán)
Recomendada.
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