SEFF 2020. 17ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Sección La Nuevas Olas.
Título original: La Nuit des Rois. Dirección: Philippe Lacôte. País: Costa de Marfil, Francia, Canadá, Senegal. Año: 2020. Duración: 90 min. Género: Drama.
Guion: Philippe Lacôte. Fotografía: Tobie Marier Robitaille. Montaje: Aube Foglia. Música: Olivier Alary. Sonido: Pierre-Jules Audet, Emmanuel Croset. Producción: Delphine Jaquet, Ernest Konan, Yanick Létourneau, Yoro Mbaye (Bashee Films, Peripheria, Wassakara Productions, Yennenga Production).
Mejor Fotografía y Mejor Sonido en el Festival de Cine Internacional de Chicago 2020.
Estreno en Sevilla: SEFF 2020 (Del 6 al 14 de noviembre de 2020)
Reparto:
Koné Bakary, Steve Tientcheu, Rasmané Ouédraogo, Issaka Sawadogo, Digbeu Jean Cyrille, Abdoul Karim Konaté, Anzian Marcel, Laetitia Ky, Denis Lavant.
Sinopsis:
Un hombre es enviado a "La Maca", una prisión en medio del bosque de Costa de Marfil gobernada por sus propios presos. Siguiendo la tradición, con la primera luna roja es designado por el jefe como el nuevo "romano", lo que implica que ha de contar una historia para el resto de prisioneros. Tras descubrir lo que el destino le aguarda, empieza a narrar la vida del legendario rebelde "Zama King", sin otra opción que la de alargar su relato hasta el amanecer.
Comentarios:
Philippe Lacôte (Abiyán, Costa de Marfíl, 1969), creció en su ciudad natal y se aficionó al cine en un local llamado proféticamente “Le magic cinema”. Emigró en su juventud a Francia, convirtiéndose en reportero radiofónico y después en ayudante de dirección de cine. Su carrera en la realización audiovisual, por ahora no demasiado dilatada, incluye varios cortos, una miniserie de televisión y dos largometrajes, siendo este Night of the kings el último realizado hasta ahora.
Lo cierto es que nadie diría que Lacôte tiene tan escasa experiencia en largometrajes; en el primero de ellos, Run (2014), premiado en el Festival de Amiens y que también pasó por Cannes, ya alertó de que estábamos ante un cineasta prometedor, con ideas propias e interesantes y una visión puramente africana del cine, aunque con una base evidente y eminentemente europea. En Night of the kings, Lacôte narra la historia de un preso que acaba de llegar a la prisión de Maca, donde un título inicial nos advierte de que esta cárcel costamarfileña tiene sus propias reglas, sus propios códigos, donde el Dangôro (líder y jefe absoluto) gobierna hasta que enferma y entonces ha de suicidarse. En ese contexto, el Dangôro, que se llama Barba Azul, casi moribundo, decide nombrar al recién llegado como Roman (“novela” en francés, aquí quizá mejor “cuento” o “relato”), quien en las noches de luna roja, como esa, tiene que contar historias hasta el amanecer; eso le permitirá al Dangôro cierta tregua para evitar tener que afrontar el suicidio que marcan los códigos carcelarios. El ahora llamado Roman, en principio renuente, se da cuenta de que le va la vida en ello, y tras algunos titubeos, comienza a contar la historia del forajido Zama King, líder la banda los Microbios de la que él formó parte, hasta que la multitud enloquecida lo linchó el día anterior...
El lector avisado se habrá percatado que la historia de Night of the kings tiene evidentes connotaciones con la trama de Las mil y una noches, el clásico de la literatura árabe donde la princesa Scheherezade narra al sultán Shahriar una historia cada noche para evitar que, al finalizar la misma, la decapite como a todas las anteriores esposas, en venganza por el engaño que consumó contra él su primera mujer. Además de esa influencia hay otras, como la obra teatral Las criadas, de Genet, como ha apuntado el propio director, al fin y al cabo una rebelión de oprimidos; el título del film, además, remite inevitablemente a la obra teatral homónima de Shakespeare, Noche de Reyes, autor que, como veremos, aparecerá temáticamente en la pintura de personajes.
En la forma, la película de Lacôte presenta una narrativa clásica, sin florituras, bien contada, sin acartonamiento, con una correcta continuidad narrativa que deviene en un ritmo sin caídas aparentes. Lacôte se revela como un cineasta seguro, que sabe lo que quiere contar y cómo contarlo, en una historia que, a pesar de ser evidentemente deudora del clásico de la literatura árabe, tiene entidad propia, sus personajes tienen carne y sangre, no son estereotipos: desde el líder, Barba Negra, en el que cabría ver al Rey Lear y su reinado que se extingue, hasta Roman, el contador de cuentos a su pesar, que remite a la literatura oral, a Homero y a los juglares medievales, pasando por los aspirantes a nuevo líder de la prisión, Medio Loco y Lass, versiones africanas del arquetipo de la ambición del poder por excelencia, el Macbeth shakespeariano.
Con un ambiente alucinado de la cárcel, con elementos poéticos, como la luna roja que marca el comienzo de la llamada “noche del Roman”, y a veces mágicos, como el fantástico enfrentamiento que mantienen los reyes del cuento narrado por el protagonista, la película utiliza también con habilidad y donosura esporádicas coreografías y números cantables “ad hoc”, ejecutados por los propios supuestos presos, al son de la historia narrada por Roman, pero también de hechos que se van sucediendo, como la muerte del delfín del Dangôro, con buenas canciones africanas en hermosas voces negras.
Estamos entonces ante una película interesante, a ratos hipnótica, que revela hasta qué punto el cine africano (aunque esté apoyado económicamente por el occidental, como es el caso) tiene más que sobradamente un lugar al sol de la cinematografía mundial, con historias propias, aunque sean claras las referencias, pero adaptadas a su propia idiosincrasia, a su estilo de sociedad.
Buen trabajo actoral en general, con un protagonista, Bakary Koné, que hace con esta su primera aparición en pantalla (quién lo diría...), arropado por actores de mucha más experiencia, como Steve Tientcheu e Issaka Sawadogo, además del siempre peculiar Denis Lavant, en un pequeño pero trascendental personaje. (Enrique Colmena)
Recomendada.
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