sábado, 14 de noviembre de 2020

DAU. Natasha (Ilya Khrzhanovskiy & Jekaterina Oertel, 2020)

 

SEFF 2020. 17ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Sección Oficial.

 

Título original: DAU. Natasha. Dirección: Ilya Khrzhanovskiy, Jekaterina Oertel. País: Rusia. Año: 2020. Duración: 146 min. Género: Drama.  

Guion: Ilya Khrzhanovskiy, Jekaterina Oertel. Fotografía: Jürgen Jürges. Montaje: Brand Thumim. Sonido: Stefan Smith, Rob Walker, Maksim Demydenko. Producción: Sergey Adonyev (Phenomen Berlin Filmproduktion).

Osos de Plata en el Festival de Berlín 2020 por su contribución artística sobresaliente.

Estreno en Sevilla: SEFF 2020 (Del 6 al 14 de noviembre de 2020)

 

Reparto:

Natalia Berezhnaya, Olga Shkabarnya, Vladimir Azhippo, Alexei Blinov, Luc Bigé, Alexandr Bozhik, Anatoliy Sidko, Raisa Voloshchuk, Valery Andreev.

 

Sinopsis:

Natasha trabaja en la cantina de un instituto de investigación soviético secreto. Ella bebe mucho, le gusta hablar de amor y se embarca en una aventura. La seguridad del estado interviene. Una historia de violencia que es tan radical como provocativa.

 

Comentarios:

Primera en estrenarse de una serie de quince películas destinadas a diversos formatos de exhibición, producidas casi todas este año. Parte de una cinta del pasado año dedicada al físico soviético Lev Landau, según las memorias escritas por su esposa Kora Landau-Drobantseva, que sin embargo aun espera estreno. La que sí pretende hacerlo, si la censura no lo impide, y de momento lo ha hecho en algunos festivales, como el de Berlín, donde se llevó el premio a la mejor contribución artística, es este tedioso y radical episodio. Centrado en una camarera de la cantina de un instituto científico soviético, y sus relaciones con su compañera de trabajo, con un científico francés y un oficial depredador, juega durante sus estiradísimas casi dos horas y media a la pura provocación. Así mantiene durísimas peleas verbales y físicas con su joven colega, una escena de sexo explícito, pornográfico, y otra de humillación extrema con el oficial que la veja y tortura, siempre bajo una estética tan deudora de Fassbinder como de Lars von Trier, una planificación teatral y un sentido escabroso del espectáculo, que reduce a la mujer a una mera prostituta digna de las más abyectas aberraciones quizás como paradigma de la fuerza destructiva del régimen estalinista. Para que no falte ninguna lindeza, el alcohol corre también desagradable y generosamente. Dicen que esta serie se ha rodado durante diez años, dos de ellos con todo su elenco artístico y técnico encerrado en el set; otro detalle del extremismo que rodea la producción. Si todos los demás episodios juegan a la misma intención de provocar y asquear, mejor será evitarlos. (Juan José Roldán)

No Recomendada.




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