Título original: Loin des hommes. Dirección: David Oelhoffen. País: Francia. Año: 2014. Duración: 101 min. Género: Drama. Guión: Antoine Lacomblez y David Oelhoffen, sobre la novela
de Albert Camus. Producción: Marc Du Pontavice, Matthew Gledhill. Fotografía: Guillaume Deffontaines. Música: Warren Ellis, Nick Cave. Montaje: Juliette Welfling. Vestuario: Khadija Zeggaï. Dirección artística:
Stephane Taillasson. Casting: Stephane Batut. Estreno en España: 2 Octubre 2015.
Intérpretes: Viggo Mortensen (Daru), Reda Kateb (Mohammed),
Djemel Barek (Silmane), Vincent Martin (Balducci), Nicolas Giraud (Teniente Le
Tallec), Yann Goven (René), Ángela Molina (Señorita Martínez), Jean-Jerôme
Esposito (Francis), Hatim Saiki (Abdelkader).
Sinopsis:
Argelia, 1954. En el marco de la guerra, Daru (Viggo Mortensen) es un
profesor, hijo de colonos españoles, que ayuda en su escuela a niños y niñas
árabes a leer y escribir en francés. Una mañana, un agente de la ley le confía
a Mohammed (Reda Kateb), un argelino acusado de asesinar a su primo, y le
encomienda escoltarlo hasta Tinguit. Los dos hombres se embarcan en una
travesía por las montañas del Atlas, donde serán perseguidos por las tropas que
reclaman venganza. Daru y Mohammed se rebelan y tienen que huir, esquivando
todos los obstáculos que se les presentan para salvar sus vidas y conseguir su
libertad, tejiendo en el camino un estrecho vínculo de amistad.
Viggo Mortensen en una secuencia de "Lejos de los hombres" |
Comentarios:
El segundo largometraje del francés David Oelhoffen se alzó con el Premio
Signis en el Festival de Venecia 2014.
Como si de un puro western se tratase, Lejos de los hombres (Loin des
hommes) sitúa en sus primeros minutos un ambiente en el que la barrera entre
héroe y villano es más fina que nunca. A Daru, ex combatiente de la Segunda
Guerra Mundial y actual profesor en una escuela casi perdida en la Argelia
profunda, le consignan sus supuestos camaradas franceses que escolte al preso
Mohammed hasta una localidad del sur donde será juzgado y, seguramente,
condenado a muerte. Ahí comienza la lucha interior de nuestro protagonista, que
arrastra un severo problema de identidad al ser considerado árabe por los franceses
y francés por los árabes, como él mismo confesará en un momento de la película.
El cineasta David Oelhoffen dirige y escribe su segundo largo (ya realizó
Reencuentro en 2007) a partir del texto original El invitado (perteneciente a
la colección de cuentos El exilio y el reino) del genial escritor Marcel Camus.
Resulta tan curioso como interesante que un director galo se atreva a
diseccionar la cuestión argelina desde una óptica tan crítica con sus paisanos
y tan respetuosa respecto a los magrebíes. Aunque pronto entenderemos que la
lucha por la independencia de Argelia no es sino un mero contexto para analizar
otros problemas inherentes al ser humano de casi cualquier época.
Por encima de todas ellas, la principal cuestión que Oelhoffen resalta es
la de la identidad del individuo. Algo de lo que Daru parece carecer al ser un
descendiente de andaluces nacido en territorio argelino y con aspecto de
francés. Su trabajo como profesor se explica desde la óptica de enseñar mundo a
las nuevas generaciones, que sientan a los extranjeros como seres humanos antes
que cualquier otro aspecto, en definitiva, que jamás hagan la guerra. Razón
parecida le impulsa a proteger a Mohammed, desafiando así a sus teóricos
compatriotas y también a sus vecinos. Nada de esto habría sido igual de no
estar Daru caracterizado por un gran Viggo Mortensen, que con sus melancólicos
gestos y su contundente voz transmite a la perfección toda la carga emocional
de su personaje
Oelhoffen maneja bien todos los recursos de los que dispone, incluida una
bella fotografía a cargo de Guillaume Deffontaines y una BSO que, sin
convertirse en nada mítico, funciona bastante bien, como casi todo lo que ha
hecho Warren Ellis. En la parte argumental, destaca la magnífica evolución en
la relación entre los dos protagonistas; sin necesitar apenas diálogos, tanto
Viggo Mortensen como Reda Kateb se convierten en un dúo aventurero ciertamente
carismático. Donde más problemas tiene el realizador es a la hora de lograr que
esa buena mezcla de western, drama y aventuras aderezada con algún tinte bélico
se torne en algo con tanto gancho como sus personajes, ya que por algunos
momentos da la razón de que existe un cierto desatino a la hora de conducir la
historia por un camino determinado.
Sostiene
Álvaro Casanova que Lejos de los hombres se termina formando como un relato
multicultural que bien podría ser aplicable a muchas personas del mundo actual,
especialmente a aquellas generaciones de hijos de inmigrantes que no tienen
claro si pertenecen a su país natal o al originario de sus progenitores. Es una
gran virtud por parte de Oelhoffen conseguir trasladar una historia tan remota
en tiempo y lugar de tal manera que mucha gente de hoy en día la sienta como
propia. No es la única, ya que la película no decae en ningún momento y
mantiene el interés hasta el final. Sin embargo, la intención de construir un
relato desgarrador sobre las consecuencias de la guerra acaba en balas de
fogueo; los momentos teóricamente más lacrimógenos de la cinta no llegan a
conmover, siguiendo una línea aséptica general que, por fortuna, no salpica al
espíritu general de la obra.
Esta película parece muy interesante. Antes les daba puntuación. Otra a la lista para ver.
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