sábado, 31 de diciembre de 2011

Los «banquetes» de Luis Buñuel


En estas fechas tan saturadas de “banquetes” os presento una reflexión cinematográfica de corte «surrealista»: «surrealista» en el sentido más exacto del término, que es como lo define André Breton en su «Primer Manifiesto», de 1924:

“[El surrealismo] es automatismo psíquico puro por el cual nos proponemos expresar, sea verbalmente, sea por escrito o de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento en ausencia de cualquier control ejercido por la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral.”

El grupo surrealista. André Breton se sienta a la derecha de Dalí.

Lo cierto es que este espontáneo fluir del pensamiento, sin concesiones a la estética o a la moral burguesa, no se plasmó cinematográficamente en ningún autor francés, quizá porque la verdadera «patria» del surrealismo, a pesar de Breton y de todos los demás, se encuentra al sur de los Pirineos.  «Surrealismo» en el cine es decir «Luis Buñuel» y, en su pureza más extrema, es decir «Un perro andaluz» (Un chien andalou, 1929). Luis Buñuel supo hacerlo brotar de sus propias raíces hispánicas, y curiosamente, cuando el surrealismo como grupo era ya historia y se había convertido, en todo caso, en una actitud estética, él se mantuvo fiel a sus postulados «corrosivos» hasta la última de sus películas: «Ese oscuro objeto del deseo» (Cet obscur object du désir, 1977), rodada en buena parte, por cierto, en Sevilla, ciudad no poco «surrealista».

Luis Buñuel en «Un perro andaluz»

No hay película de Buñuel, incluso alguna de las que él denominó «alimenticias» –esto es, las que le dieron de comer durante su etapa mejicana– en las que no aflore el subconsciente para «desmontar» normas e instituciones socialmente aceptadas –y no sólo, por cierto, las burguesas–.  Pero yo quiero detenerme ahora en uno de los blancos favoritos de don Luis: el banquete como verdadero sumidero de convenciones sociales y de falsedad institucionalizada. 

El Buñuel de la madurez ha aprendido de Engels –sí, el compañero de Marx– que para desenmascarar un ritual social el mejor método es el del «extrañamiento», esto es, en palabras de Engels, «hacer extrañas las cosas cotidianas y cotidianas las extrañas». Con la aplicación de este principio, los banquetes de Buñuel se convierten en verdaderos ejercicios de disección inmisericorde de convenciones humanas, de auténticas «carnicerías» de los rituales al uso.  El director nos sitúa a la distancia necesaria para que contemplemos con frialdad usos cotidianos que, en la lejanía, se nos revelan absurdos, al mismo tiempo que la propia distancia nos hace aceptar como «normales» hechos insólitos, terribles incluso, que jamás aceptaríamos en un banquete de la vida real.

Unos ejemplos.  En «La Edad de Oro» (L’Âge d’Or, 1930), mientras los invitados departen sobre banalidades, un carro con dos campesinos que beben atraviesa por mitad del salón sin que nadie se inmute y, poco después, el protagonista abofetea a la anfitriona, la madre de su amada, por derramarle el vino cuando iba a servirle una copa.  ¿Qué significa todo esto? Pues léase la definición de Breton citada al principio: no significa nada, no simboliza nada; nos enfrenta a imágenes que nacen de nuestra imaginación o a impulsos primarios que en el arte –no en la vida real– podemos dejar que fluyan, con la consiguiente carga crítica y revolucionaria. No os atreváis a llevarlo a la práctica.

«La Edad de Oro», quizá la película más iconoclasta de Buñuel

Muchos años después, en la que para mí es una de sus grandes obras maestras, «El ángel exterminador» (1962), el incomprensible encierro de los burgueses en la mansión de la calle Providencia parte de una cena «surrealista».  No fue desde luego Polanski el primero que se propuso examinar la degeneración del comportamiento humano en un recinto hermético.  ¿Recordáis esos brindis vacíos a los que nadie presta atención o esa risotada artificial cuando el sirviente, tal como estaba previsto, se tropieza y derrama la comida?  El banquete anuncia el desplome de los burgueses en su encierro y la peripecia final de los feligreses en su iglesia…  ¿Qué significa esto? Léase la respuesta en el párrafo anterior: nada.  Dejad volar el subconsciente y todo vendrá “de suyo”.

El banquete de «El ángel exterminador»

No nos olvidemos, por cierto, de «Viridiana», rodada –increíblemente– en España en el año anterior.  Allí la cena burguesa se transforma en una parodia interpretada por pordioseros, que antes de que la situación degenere por completo, posan como «La Última Cena» de Leonardo delante de la «cámara» que Lola Gaos lleva “desde pequeña”.

La «Última Cena» de «Viridiana»

En su último período «francés», cuando Buñuel disponía del dinero de Serge Silberman para hacer lo que le venía en gana, encontramos banquetes memorables, como el de «El fantasma de la libertad» (Le fantôme de la liberté, 1974), en el que las sillas han sido sustituidas por retretes  (no os cuento más, pues muchos no habéis visto –casi seguro– la película, de poca difusión en España). 

La comida «escatológica» de «El fantasma de la libertad»

Pero hay un filme en concreto cuyo argumento gira en torno a un banquete que nunca llega a celebrarse por las dificultades que sobrevienen a lo largo de toda la narración.  Se trata de «El discreto encanto de la burguesía» (Le charme discret de la bourgeoisie, 1972), por el que Buñuel recibió el Óscar a la mejor película extranjera.  Con él concluyo este recorrido por el banquete surrealista.

Os invito a ver un momento de uno de los varios «pseudobanquetes» frustrados de la película. A aquellos que conozcáis «El ángel exterminador» o «La Edad de Oro» muchos detalles os resultarán familiares, incluido el sirviente que tropieza «adrede».  Pero creo que en esta ocasión Buñuel resalta como nunca los rasgos «teatrales» de todo banquete, su carácter de «representación», la vaciedad que se esconde tras sus rituales, hasta el punto de que cuando a un comensal «se le olvida su papel», a pesar de la ayuda del «apuntador», padece una angustia «existencial» de primer orden: «Dios mío, ¿qué estoy haciendo aquí?». Nosotros, el público, que lo vemos todo desde fuera, «extrañados» ante el desenmascaramiento como pedía Engels,  podemos aplaudir o silbar ante el espectáculo.




¡UN ABRAZO, FELIZ 2012 A PESAR DE LAS CUENTAS DEL REINO Y QUE VUESTRAS COMIDAS DE ESTAS FIESTAS TENGAN MÁS DE JAMÓN Y BUENA COMPAÑÍA QUE DE SURREALISMO!



viernes, 30 de diciembre de 2011

Route Irish, de Ken Loach




Título original: Route Irish. Dirección: Ken Loach. Países: Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia y España. Año: 2010. Duración: 112 min. Género: Drama, bélico. Guión: Paul Laverty. Producción: Rebecca O’Brien. Música: George Fenton. Fotografía: Chris Menges. Montaje: Jonathan Morris. Diseño de producción: Fergus Clegg. Vestuario: Sarah Ryan. Estreno en España: 23 Diciembre 2011.
Intérpretes: Mark Womack (Fergus), John Bishop (Frankie), Andrea Lowe (Rachel), Geoff Bell (Walker), Jack Fortune (Haynes), Talib Rasool (Harim), Craig Lundberg (Craig), Trevor Williams (Nelson), Russell Anderson (Tommy), Jamie Michie (Jamie).

Sinopsis:
Liverpool, agosto de 1976. Fergus, de 5 años, conoce a Frankie en su primer día de colegio. Se convertirán en inseparables. Siendo adolescentes, faltan a las clases para ir a beber sidra en el ferry que cruza el río Mersey, mientras sueñan con viajes alrededor del mundo. Pero Fergus nunca imaginó que su sueño se haría realidad mediante una carrera en el cuerpo de élite de las fuerzas especiales del Reino Unido, las SAS. Tras haber dimitido, en septiembre de 2004, Fergus logra convencer a Frankie (a su vez, antiguo paracaidista) de incorporarse a su equipo de agentes de seguridad, en Bagdad, a cambio de un salario mensual de 10.000 libras libres de impuestos. Es su última oportunidad para “ganar pasta” en esta guerra cuya privatización va en aumento. Juntos, arriesgarán su vida en una ciudad en la que reina la violencia, el terror y la codicia.


Mark Womack


Calificación: 7, Buena.
Lo mejor de la película: El ritmo trepidante y la valentía de Loach y Laverty para denunciar, en esta ocasión, la privatización de la guerra de Irak. Estupenda la fotografía de Menges y muy acertada la música de Fenton.
Lo peor de la película: Algunos les puede cansar el mensaje ideológico omnipresente a lo largo de toda la película. Por otro lado, la rabia que demuestra Loach, sintiéndose impotente ante la falta de justicia por los hechos denunciados, le llevan a un final de película poco afortunado.    

Trailer de la película:

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Eisenstein y Prokofiev: la música para «Iván el Terrible»



La aparición del sonoro en la URSS («El camino de la vida», de Nikolai Ekk, de 1931) produjo en algunos directores (Eisenstein, Pudovkin, Alexandrov entre ellos) una reacción hostil.  Era, al fin y al cabo, la negación de una forma de entender el cine basada en el montaje.  La lógica de los hechos terminó imponiéndose, como es natural, y el viejo cine silente desapareció.  Eisenstein, sin embargo, nunca renunció a la aspiración de convertir el “inevitable” sonido en algo más que un acompañante trivial de las imágenes.  El sonido, y de un modo muy especial la banda sonora, tenía que cumplir un fin artístico: más allá de la mera sincronización, había que aspirar al “montaje vertical”, a una integración perfecta y coherente entre la música y los planos de cada secuencia.

Y así fue como se encontró en su camino a uno de los grandes de la música rusa, a Sergei Prokofiev.  «Alexander Nevski» (1938) y las dos partes de «Iván el Terrible» (1944 y 1958 -póstuma–) son los frutos de esta colaboración, y constituyen dos ejemplos, yo diría que excepcionales, de compenetración al máximo nivel entre la música y el cine.   Ambos, director y compositor, se refieren entusiasmados a su trabajo en equipo, que podía ser en ambas direcciones: adaptar el montaje a la música ya compuesta o crear la música a partir de las imágenes elaboradas por el director, en bruto o incluso ya montadas.  Todo ello dentro de un clima de respeto y entrega absolutos.  “En algunas de las secuencias –afirma Eisenstein– hemos logrado con Prokofiev los resultados que yo estuve soñando desde hace mucho tiempo”.

En este blog ya hemos aludido a la banda sonora de «Alexander Nevski»: en la dirección  http://linternamagicasevilla.blogspot.com/2011/03/la-musica-de-prokofiev-en-el-taller-de.html.  Ahora le toca el turno a «Iván el Terrible», cuyas notas se inspiran en el la música tradicional rusa y subrayan en cada secuencia la solemnidad del momento, las intrigas palaciegas, el amor y la devoción por el zar o las conspiraciones de los Boyardos contra el poder de Iván.  La prohibición del segundo «Iván» por parte de Stalin y la muerte del director fueron devastadoras para Prokofiev, que guardó la partitura en un cajón y ni siquiera la reconvirtió en cantata como hizo con «Alexander Nevski».  Esta tarea correrá a cargo del soviético Abram Stassevich en 1962, nueve años después de la muerte del compositor.  En este versión se basa la interpretación de Valery Gergiev con la Rotterdam Philharmonic Orchestra y el Coro de la Ópera del Kirov que a continuación os ofrecemos con planos inolvidables de la que es para mí, sin duda, una de las grandes películas de la historia.



sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad con Judy Garland


En 1944, Judy Garland cantó por primera vez una bellísima canción que se ha convertido en todo un himno navideño. Se trataba de la canción “Have yourself a merry Little Christmas”, la cuál ha sido versionada a lo largo de décadas por cientos y cientos de artistas. Sin embargo, yo sigo prefirieron esa primera vez en la que Judy, asomada a la ventana de su casa, entonaba esa preciosa canción.

Esta canción tiene unos toques de magia propios de la navidad, la dulzura y la melancolía que nos despiertan estas entrañables fechas y un halo de tristeza, pero también de esperanza, para todo aquel que durante la navidad no puede estar cerca de sus seres queridos.

Os dejo con esa secuencia inolvidable de la película Meet me in St. Louis (Cita en San Luis), de Vicente Minnelli. Con ella van mis mejores deseos de felicidad para todos los socios/as, amigos/as y simpatizantes de Linterna Mágica.  

¡¡¡Mil felicidades!!!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Almodóvar nominado en los Globos de Oro



El tiempo pone a todo el mundo en su sitio.

Eso es lo que ha pasado con la mayoría de los sesudos críticos cinematográficos de nuestro país, quienes año tras año, han venido devaluando y degradando las magníficas películas de Almodóvar. A ver cuando nos vamos a enterar en España que Almodóvar es uno de los mejores directores de la Historia del Cine de nuestro país.

Efectivamente, La piel que habito, de Pedro Almodóvar, ha sido recientemente nominada al Globo de Oro como Mejor Película de Habla no Inglesa.

La prensa extranjera acreditada en Hollywood es la encargada de dar estos prestigiosos premios.

Parece increíble y, también, paradójico, que la prensa extranjera de Hollywood consideren esta obra de Almodóvar digna de una nominación, mientras la mayoría de la prensa de nuestro país ha puesto a “caldo” a la cinta. ¿Qué nos pasa a los españoles? ¿Es esta una forma de defender nuestro cine, nuestros artistas, nuestra industria? No se trata de defender una película simplemente porque sea española. Hay muchas producciones cinematográficas españolas de ínfima calidad, por ejemplo, la cuarta entrega de Torrente, a las que se les puede atacar justamente. Pero lo que es incomprensible es cómo se ceban en España con las últimas obras de Almodóvar, mientras lo único que hace el director manchego es recoger premios y reconocimientos por todo el mundo.

Aprendamos a apreciar y defender un poquito el cine español, copiemos a nuestros vecinos los franceses, ellos sí que saben. Mientras no aprendamos esta lección, nos seguirá yendo bastante mal.  

Elena Anaya


Continuando con el tema de los premios, estos galardones se entregarán el próximo 15 de enero de 2012 en el Hotel Beverly Hilton de Los Angeles (Estados Unidos).

Almodóvar competirá en esta ocasión contra Flowers of War (China), El chico de la bicicleta (Bélgica), Una separación (Irán) y el debut de Angelina Jolie como directora y guionista In The Land of Blood and Honey (Estados Unidos).

Personalmente sólo he visto tres de las cinco nominadas, pero estando presente en las nominaciones la magnífica Una separación y la muy buena película El chico de la bicicleta, lo cierto es que Almodóvar lo tendrá bastante difícil. Y eso, sin haber visto las otras dos películas restantes, que imagino que serán también buenas.

No obstante, algunos críticos españoles, sin apenas conocer las cuatro competidoras de Almodóvar, ya han pronosticado el fracaso de nuestra película en los Globos de Oro. ¡Qué manera de hacer patria!

Recordemos que esta es la séptima ocasión en la que Almodóvar es nominado a estos premios, después de Los abrazos rotos (2009), Volver (2006), Hable con ella (2002), Todo sobre mi madre (1999), Tacones lejanos (1991) y Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Con Hable con Ella y Todo sobre mi madre resultó ganador.

Por cierto, otra reflexión en alto. ¿Alguien puede explicarme por qué la película de Almodóvar no ha sido elegida por nuestra Academia de Cine para que nos represente en los Óscar? Teniendo en cuenta el prestigio que tiene este director en EE.UU. hubiera sido una apuesta fuerte para obtener de nuevo otra nominación a los Óscar. ¡Qué mentes tan bien pensantes hay en nuestra propia Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España!

Suerte Almodóvar en los Globos de Oro y a ponerte el mundo por montera, dejando como siempre, a los críticos españoles a la altura de unos Tacones Lejanos.

http://linternamagicasevilla.blogspot.com/2011/09/la-piel-que-habito-en-cartelera.html


Banda Sonora de... Ben Hur



Una de las más célebres películas de todos los tiempos, ganadora de once premios de la Academia. Una epopeya sobre los tiempos de Cristo que le proporcionó a su compositor, Miklós Rózsa, su tercer Oscar tras los ganados por Recuerda (1945) y Doble vida (1947).

Rózsa estuvo involucrado en la partitura de Ben-Hur durante año y medio, a pesar que al principio del rodaje sólo fue requerido para coordinar la música de una danza africana. Después le llamaron para escribir una marcha en la escena en que Ben-Hur regresa triunfal a Roma. Con la muerte del productor Sam Zimbalist en diciembre de 1958, el director William Wyler le requirió para musicar otra secuencia, y a partir de ahí, compuso todas las marchas del filme y, durante ocho meses, el resto del score. Un tiempo inusual para una banda sonora pero que él aprovechó creando un inolvidable legado musical que comienza con su legendaria “Overture” donde impregna todo el romanticismo y épica del filme.

La música se grabó entre el 25 de mayo y el 9 de octubre de 1959 con una orquesta de cien músicos y coros. A lo largo de los años salieron a la venta varios discos con extractos de la partitura, hasta que ésta se editó completa en 1996 incluyendo un doble compacto con un lujoso libreto explicatuvo de 50 páginas.

Recordemos y disfrutemos, una vez más, de los maravillosos compases del tema  Parade Of The Charioteers” de Ben-Hur.




André Rieu y The Johann Strauss Orchestra celebraron un concierto en  Maastricht, donde se interpretó este mismo tema. Es interesante echarle un vistazo. Os dejo el enlace:  http://www.youtube.com/watch?v=DPAkyGluHIw

jueves, 22 de diciembre de 2011

Misión Imposible: Protocolo Fantasma, de Brad Bird


Título original: Mission: Impossible – Ghost Protocol. Dirección: Brad Bird. País: USA. Año: 2011. Duración: 133 min. Género: Acción, thriller. Guión: Josh Appelbaum y André Nemec; basado en la serie de televisión creada por Bruce Geller. Producción: J.J. Abrams, Bryan Burk y Tom Cruise. Música: Michael Giacchino. Fotografía: Robert Elswit. Montaje: Paul Hirsch. Diseño de producción: James D. Bissell. Vestuario: Michael Kaplan. Estreno en España: 16 Diciembre 2011.
Intérpretes: Tom Cruise (Ethan Hunt), Jeremy Renner (William Brandt), Paula Patton (Jane Carter), Simon Pegg (Benji Dunn), Josh Holloway  (Trevor Hanaway), Michael Nyqvist (Kurt Hendricks), Léa Seydoux (Sabine Moreau), Vladimir Mashkov (Anatoly Sidirov), Anil Kapoor (Brji Nath), Tom Wilkinson (Secretario del FMI).

Sinopsis:
En esta entrega, la cuarta, de “Misión: Imposible”, subtitulada “Protocolo Fantasma”, el agente Ethan Hunt, es acusado de un atentado terrorista con bombas contra el Kremlin, siendo desautorizado junto con el resto de la organización, al iniciar el Presidente el “Protocolo Fantasma”. Abandonado a su suerte y sin recursos, Ethan tiene que encontrar el modo de rehabilitar el buen nombre de su agencia e impedir un nuevo ataque. Para complicar aún más las cosas, Ethan se ve obligado a embarcarse en esta misión con un equipo de compañeros del IMF fugitivos, cuyos motivos personales no conoce del todo.

Paula Patton y Tom Cruise


Calificación: 7, Buena.
Lo mejor de la película: Estupenda la puesta en escena de esta cinta que goza de una factura formidable. Resaltar el gran trabajo del fotógrafo Robert Elswit. Las escenas de acción en el hotel de Dubai son espectaculares. Garantizadas dos horas de diversión.
Lo peor de la película: Las carreritas de Cruise, como si fuera un adolescente. En este tipo de películas es muy importante enaltecer a “los malos”, los antagonistas deberían de relucir más y no lo hacen, seguro que Cruise no deja que nadie le haga sombra en sus trabajos.  

Trailer de la película:


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ryan Gosling, el actor más “cool” del momento



La prestigiosa revista Time ha decidido inventarse un nuevo título: el de la persona más ‘cool’ (guay) del año, título que ha sido concedido al actor Ryan Gosling.
Ryan lo hemos visto durante este año protagonizar varias películas, no obstante, pronto nos llegará a la cartelera su nueva apuesta “Drive” (2011) de Nicolas Winding Refn.

 

Ryan Gosling nació el 12 de noviembre de 1980 en Cornwall, Ontario (Canadá), es hijo de Thomas Gosling y de Donna Gosling, ambos de creencias mormonas. Tiene una hermana mayor llamada Mandi (nacida en 1976).
En su adolescencia comenzó a aparecer en programas televisivos, como el Mickey Mouse Club, y a protagonizar anuncios publicitarios. Al mismo tiempo aprendía a tocar la guitarra y el piano, además de cantar y a bailar.
En 1996 debutó en el cine canadiense al aparecer en la película “Frankenstein and me”. Dos años después alcanzaría la fama encarnando a Hércules en la serie de televisión “El joven Hércules” (1998). Este título le llevaría al cine de Hollywood, interviniendo junto a Denzel Washington en “Titanes: Hicieron historia” (2000).
Su primer papel protagonista lo interpretó en “El Creyente” (2001), drama de neonazis dirigido por Henry Bean por el que logró excelentes críticas.


Posteriormente apareció en “Asesinato 1-2-3” (2002), un título co-protagonizado por Sandra Bullock, con quien Gosling mantuvo un romance. En la película  "Half Nelson" (2006), encarnaba a un profesor de instituto enganchado a la droga, siendo nominado al Oscar a Mejor Actor.

En "Fracture" (2007), en donde interpretaba a un fiscal enfrentado a Anthony Hopkins y en la película "Lars y una chica de verdad" (2007) era Lars Lindstrom, un joven que mantenía una relación amistosa con una muñeca hinchable. En "Crazy, Stupid, Love" (2011) ayudaba a ligar a Steve Carell.

Ryan Gosling en "Crazy, Stupid, Love"

Ryan es bastante melómano, gustoso del jazz, música que suele interpretar con su guitarra. Formó una banda musical indie junto a su amigo Zach Shields, indie rock Dead Man's Bones. También le gusta jugar al ajedrez, leer y montar a caballo.

Y como decimos, en breve, nos viene su nueva película, “Drive”. No perdérsela, se trata del actor más cool.  

Ryan Gosling en "Drive"

martes, 20 de diciembre de 2011

Attack the block, en cartelera




Título orginal: Attack the block. Dirección y guión: Joe Cornish. País: Reino Unido. Año: 2011. Duración: 88 min. Género: Acción, ciencia-ficción, comedia. Producción: Nira Park y James Wilson. Música: Steven Price. Fotografía: Thomas Townend. Montaje: Jonathan Amos. Diseño de producción: Marcus Rowland. Vestuario: Rosa Dias. Estreno en España: 7 Diciembre 2011.
Intérpretes: Jodie Whittaker (Sam), John Boyega (Moses), Alex Esmail (Pest), Franz Drameh (Dennis), Leeon Jones (Jerome), Simon Howard (Biggz), Luke Treadaway (Brewis), Nick Frost (Ron).

Sinopsis:
Una banda de adolescentes se enfrenta a una invasión de salvajes alienígenas, convirtiendo una zona marginal de Londres en una zona de guerra. De la noche a la mañana, un bloque de pisos se convierte en una fortaleza sitiada y un grupo de adolescentes de la calle en héroes. El enfrentamiento entre el gueto y el espacio exterior está servido. La historia comienza cuando Sam, una estudiante de enfermería, es asaltada de camino a casa por una banda de adolescentes enmascarados y encapuchados. La caída de un meteorito y el ataque de una extraña criatura distraerán a los jóvenes y permitirá escapar a Sam. Tras matar a la criatura, los chicos arrastran su cadáver hasta la parte superior del bloque, zona que  ellos consideran su territorio. Mientras Sam y la policía tratan de localizar a la banda, cae una segunda oleada de meteoritos. Confiados en la victoria, ante lo que ingenuamente consideran un débil invasor, los chicos se hacen con armas, bicis y motocicletas para defender su territorio. Pero ahora las criaturas son mucho más grandes, salvajes y peligrosas; llegan decididas a vengar la muerte de su compañero y nada se interpondrá en su camino.

Alex Esmail

Calificación: 5, Mediana.
Lo mejor de la película: La banda sonora y el metraje tan ajustado. No está del todo mal para ser una ópera prima. Hay que animar a Cornish por lanzarse de la televisión al cine, no obstante, debería cuidar más los guiones. Éste en concreto, elaborado por él mismo, deja mucho que desear.
Lo peor de la película: Las escenas con los alienígenas son pobrísimas. Los dientes iluminados con fosforescencia de los monstruitos son para llorar.

Trailer de la película:

lunes, 19 de diciembre de 2011

¿De qué se ríen las hienas?, de Javier Veiga


COLECCIÓN DE CORTOS PROYECTADOS EN EL TALLER DE CINE


Título original: ¿De qué se ríen las hienas? Dirección: Javier Veiga. País: España. Año: 2011. Duración: 24 minutos. Guión: Javier Veiga. Producción: Laura Zapata. Fotografía: Miguel Leal. Montaje: Antonio Lara. Sonido Directo: Antonio Mejías. Música: Mariano Marín. Dirección de Arte: Elena Villanueva. Vestuario: Nazaret Colomina.

Intérpretes: Toni Acosta, Javier Veiga, Carlos Hipólito, Chiqui Fernández, Millán Salcedo, Beatriz Ayuso.
                       
Sinopsis: Ésta podría ser la típica historia de “chico conoce chica”. Pero chica y chico se acercan a una edad complicada y les asalta una duda existencial: ¿de qué se ríen las hienas?

Consideraciones: Segundo cortometraje dirigido por Javier Veiga, que es conocido por sus numerosos trabajos como actor de cine, teatro y televisión y por su extensa experiencia como guionista y director teatral.

Prestar atención: Al juego imaginación/realidad que favorece la aparición de unos personajes espléndidos, encarnados por unos actores también estupendos (no todos los directores de cortometrajes pueden contar con intérpretes de tan buen nivel). Se trata de una comedia en toda regla que tiene su contrapunto de dramatismo antes del desenlace final. La iluminación quizá resulte algo artificiosa, como suele suceder a menudo en las series de televisión. Podríamos decir que el corto aborda la relación de pareja desde un punto de vista más masculino por contraste con aquél de Camas, de Manuela Moreno, también proyectado en el Taller de Cine.

Javier Veiga y Toni Acosta

domingo, 18 de diciembre de 2011

La conspiración (Robert Redford, 2011)

 

Título original: The conspirator. Dirección: Robert Redford. País: USA. Año: 2011. Duración: 123 min. Género: Drama, Histórica.

Guión: James D. Solomon (basado en un argumento de James D. Solomon y Gregory Bernstein). Música: Mark Isham. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Montaje: Craig McKay. Diseño de producción: Kalina Ivanov. Vestuario: Louise Frogley. Producción: Brian Peter Falk, Bill Holderman, Robert Redford, Greg Shapiro, Robert Stone.

Fecha del estreno: 2 Diciembre 2011 (España)

 

Reparto: James McAvoy (Frederick Aiken), Robin Wright (Mary Surratt), Kevin Kline (Edwin Stanton), Evan Rachel Wood (Anna Surratt), Danny Huston (Joseph Holt), Justin Long (Nicholas Baker), Tom Wilkinson (Johnson), Alexis Bledel (Sarah), Toby Kebbell (John Wilker), Colm Meaney (general David Hunter).

 

Sinopsis:

En 1865, tras el asesinato de Abraham Lincoln, ocho personas son detenidas y acusadas de conspirar para matar al presidente, al vicepresidente y al secretario de Estado. Entre ellas está Mary Surratt, la dueña de una pensión, donde John Wilkes Booth, el autor material del magnicidio, y sus cómplices se reunieron y planearon el atentado. Mientras el resentimiento contra el Sur domina a las autoridades de Washington, el joven abogado Frederick Aiken, héroe de guerra unionista, se ve obligado a defender a Surrat ante un tribunal militar. Sin embargo, muy pronto empieza a sospechar que su defendida podría estar siendo utilizada como señuelo y rehén para capturar a su hijo John.

 

Comentarios:

Como actor, Robert Redford ha sido una de las cosas más importantes que le ocurrieron al cine norteamericano. Es probable que los puristas del teatro shakespeariano jamás le otorgaran su bendición si hubiera cometido la osadía (el farfullante Brando destrozó sus prejuicios y les dejó con la boca abierta en Julio César) de frecuentar ese universo, pero resulta transparente que varias generaciones de espectadores de cualquier parte pagábamos gustosamente la entrada para ver y escuchar a este hombre, alguien que transmitía en dramas, comedias y westerns las sensaciones que caracterizan a los clásicos, a las estrellas con causa. Hablo en pasado, ya que las barbaridades que ha hecho la cirugía estética con el hermoso rostro de alguien que no pudo o supo aceptar el envejecimiento le han privado de expresividad, la han convertido en una máscara hierática.

El personaje de Redford, que tantas veces ha interpretado a solitarios, inadaptados y perdedores (algo complicado de hacer creer con ese físico, esa cara y ese magnetismo), también ha representado los valores más sólidos y perdurables de Estados Unidos. Además de interpretar guiones e historias inventadas y dirigidas por otros, Redford decidió hace treinta años que también tenía la necesidad o el deseo de contarlas él mismo a través de la cámara. También, montar el festival de Sundance, una plataforma y unos canales de distribución que permitieran respirar al cine independiente, descubrir y promocionar a directores jóvenes que supuestamente hacen películas al margen del sistema, posibilistas, libres, de autor.

El creador Redford siempre se ha propuesto abordar temáticas trascendentes, torturadas relaciones familiares, intimismo poético, leyendas bucólicas, codas a la naturaleza. Los Oscar bendijeron excesivamente Gente corriente, su primera obra, y en general, siempre han sentido debilidad por sus películas. Para mí, los planteamientos y las pretensiones de Redford casi siempre están por encima de los resultados. Nunca es desdeñable, pero le falta el punto.

La conspiración es lamentablemente fiel a esas constantes. Comienza con el asesinato de Abraham Lincoln y describe el proceso hacia sus matadores. Un excombatiente nordista asume la defensa de una viuda acusada de haber dado solidario cobijo en su casa al grupo de conspiradores que perpetraron el magnicidio.

El retrato de aquella caza de brujas, del encarcelamiento feroz de todo lo que huela a sospecha de subversión, la implacable violación de las libertades civiles, la condena de inocentes en nombre de los intereses de Estado, la sombría alianza entre políticos y jueces para privar de derechos a los acusados y pactar la mortal sentencia independientemente de lo que se demuestre en el juicio, ofrece un paralelismo transparente e inquietante con la América de Bush y Cheney a partir del 11-S.

Las intenciones de Redford son encomiables pero la realización es plana, previsible el desarrollo, inútiles los flashbacks intentando aclarar enigmas, carente de emoción una tragedia histórica que poseía todos los elementos para conmover. Como cine de abogados es rutinaria. Hay excelentes actores como Kevin Kline y Tom Wilkinson bordando en intervenciones leves a personajes complejos. Y siempre es apetecible observar a esa preciosa mujer y notable actriz llamada Robin Wright aunque aparezca desmaquillada, mostrando arrugas externas e internas. Son pequeños alicientes en una película correcta que no otorga ni frío ni calor. (Carlos Boyero)

Recomendada (con reservas).