domingo, 30 de junio de 2019

Antes de la quema (Fernando Colomo, 2019)


Título original: Antes de la quema. Dirección: Fernando Colomo. País: España. Año: 2019. Duración: 96 min. Género: Comedia.  
Ana Álvarez-Ossorio (Montaje), Juan Hernandez (Fotografía), Javi Jauregui (Guión), Fernando Furones (Música), Beatriz de la Gandara (Producción).
Premio del Público en el Festival de Cine Español de Málaga 2019.
Estreno en Sevilla: 07 Junio 2019.

Reparto:
Salva Reina (Quique), Manuela Velasco (Rosario), Maggie Civantos (Meme), Joaquin Nuñez (Tuti), Manuel Manquiña (El Gallego), Maria Alfonsa Rosso (Asun), Sebastian Haro (Manolo), Vicente Romero (Inspector Gómez), Ignacio Mateos (Mecánico), Andreu Castro (Paquito).

Sinopsis:
Quique, un chirigotero en paro que intenta mantener a flote a su hermana Meme y a su madre Asun, mientras prepara el próximo concurso de chirigotas. Entre tanto, el Tuti, un traficante local, quiere que le ayude a robar el depósito de droga más grande de España, antes de que quemen toda la mercancía incautada. Para ello, tiene que cooperar con la banda del Gallego, en la que también está Rosario.

Comentarios:
El modo de ser y de vivir en Cádiz es único e intransferible. De hecho, un dicho popular diferencia la gracia gaditana de la del gracioso sevillano, que no son lo mismo, como el que separa dos mundos aparentemente cercanos pero inconciliables: el de la naturalidad y el del esfuerzo. Sin embargo, uno se puede sentir muy cercano o muy lejano a un tipo de humor que tiene en el carnaval y en la chirigota sus manifestaciones más señeras y folclóricas, y que incluso tiene en una expresión de la zona el sentimiento cansino que puede llegar a provocar: jartible.
“Antes de la quema”, nueva comedia de Fernando Colomo, basada en un guion de Javier Jáuregui, queda amparada por todas esas esencias, más o menos basadas en una realidad reconocible: el carnaval, el chirigoteo, los tejemanejes con el narcotráfico, las subvenciones y el trabajo ilegal, el vivir a salto de mata, la alegría natural y la autenticidad. Y, al menos para el que esto escribe, nunca llega a ser jartible. Principalmente por tres fuerzas que, dentro de un conjunto un tanto desigual, hacen que prevalezcan las virtudes sobre los defectos.
Primera, el notable trabajo de escritura del novel Jáuregui, ganador del Concurso de Guion Julio Alejandro, convocado por la SGAE, repleto de líneas cómicas, réplicas y contrarréplicas, pero sobre todo de una estructura tan férrea como cambiante y de unas relaciones entre personajes muy trabajadas. Segundo, por el tono que le imprime el veterano Colomo, que no se conforma con el humor y, viejo sabio, logra impregnar con su pausa una cierta amargura a los personajes que le sienta fenomenal. Y tercero, el notable trabajo de sus intérpretes, comandados por un Salva Reina cargado de matices, que clava un estereotipo de la zona: el gadita.
Carta de amor a Cádiz, “Antes de la quema” culmina con una secuencia de acción en la que Colomo quizá se sienta un tanto perdido en su coreografía de thriller cómico, pero, como siempre ocurre con sus películas, está dotada de la simpatía, la verdad y el cariño por sus criaturas que el director de “Tigres de papel”, “Bajarse al moro” y “El efecto mariposa” lleva capturando en su obra desde hace 40 años. Que se dice pronto. (Javier Ocaña).
Recomendada (con reservas).

sábado, 29 de junio de 2019

El pan de la guerra (The Breadwinner) (Nora Twomey, 2017)


Título original: The Breadwinner. Dirección: Nora Twomey. País: Irlanda. Año: 2017. Duración: 93 min. Género: Animación.  
Deborah Ellis (Guión), Jeff Danna, Mychael Danna (Música), Cartoon Saloon, Aircraft Pictures, Gaia Entertainment (Producción).
Nominada al Oscar a Mejor Largometraje de Animación 2017.
Nominada al Globo de Oro a Mejor Filme de Animación 2017.
Estreno en Sevilla: 14 Junio 2019.

Sinopsis:
Parvana es una chica de once años que vive en la capital de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar. Mientras la joven trabaja, el resto de su familia marcha hacia Mazar para casar a su hija mayor, pero quedan atrapados allí por los talibanes. Parvana y su padre recién salido de la cárcel decidirán emprender un viaje para encontrar a sus familiares retenidos.

Comentarios:
En 2014 una película irlandesa titulada “La canción del mar” se colaba entre las candidatas al Oscar a la mejor película de animación. Estaba dirigida por Tom Moore, que en filmes anteriores habían trabajado con Nora Twomey, con quien fundó el estudio de animación Cartoon Saloon, junto a Paul Young y Ross Murray. Desde 2018, esta cineasta puede presumir de su propia nominación a la estatuilla dorada gracias a su segundo trabajo en solitario.
Nos encontramos con un trabajo, que pese a ser de dibujos y protagonizada por una niña de once años, dista mucho de ser una producción dirigida a los más pequeños. Se ubica en Kabul, la capital de Afganistán, y hace hincapié en los problemas que tienen las mujeres en la región, donde son duramente reprimidas a causa de una misoginia exacerbada. Parvana ayuda a vender en el mercado los pocos objetos de valor que quedan en su domicilio junto a su padre, mutilado de guerra. Cuando éste es encarcelado tiene que adoptar decisiones drásticas para ayudar a su familia.
Vive con su madre enferma, su hermana mayor y un hermano pequeño. Otro falleció al estallarle una mina antipersona. Su madre es escritora y su padre fue maestro, y ambos le inculcaron un fuerte interés por las historias. Afganistán está dominado por los talibanes, quienes imponen su ley de manera abusiva. Las mujeres no pueden caminar solas y han de estar acompañadas siempre por un varón. Han de cubrirse como manda la legislación y deben concertarse matrimonios en la pubertad.
Después de encontrarse con una antigua compañera de la escuela que se hace pasar por un varón para ayudar a su padre, Parvana toma la misma actitud. De esta forma, podrá ir al pozo a por agua, ocuparse en trabajos basura, vender objetos en el mercado o leer y escribir a cambio de pequeñas ayudas. De ahí el título en inglés, algo así como la sustentadora. Además, y lo más importante para ella, tener noticias de su padre, ya que desconoce si se encuentra vivo a muerto.
La historia es cruda y apenas hay momentos de distensión. Casi todo lo que puede salir mal no se enmienda, a excepción de un adulto con el que entabla amistad en el mercado. Mientras, el paso de los aviones, que sobrevuelan la ciudad, anticipan una guerra inminente. La situación de la familia es muy incierta, aunque a la vista está que se puede tomar como ejemplo de lo que sucede a su alrededor.
Angelina Jolie fue quien tomó la iniciativa de este largometraje, que ella misma produjo y ayudó a adaptar de la novela escrita por Deborah Ellis. Únicamente su cruce con “Coco” le privó seguramente del Oscar, a lo que hay que añadir que se trata de una propuesta más juvenil y que los niños no tienen posibilidades de disfrute, puesto que carece de humor, se impone el drama y la banda sonora de Jeff y Michael Danna está siempre muy al servicio de la historia, sin intercalar canciones o números musicales que ayuden al relax.
El conjunto es muy sugerente y raya en el sobresaliente. De todas formas, ofrece irregularidades que le bajan del pedestal al que, en principio, parecía destinado. La ciudad es magnífica, al igual que sus calles y las imágenes del desierto. Los fondos resaltan por su autenticidad, lo que no se mantiene a la hora de ilustrar los pozos petrolíferos. Su humareda es estática salvo la que aparece en primer plano. Los personajes muestran una línea mucho más sencilla. Con pocos rasgos se consigue la expresividad en sus rostros, destacando los inmensos ojos de Parvana, mucho más próximos a los de cualquier princesa Disney que se precie. La historia principal que narra muestra unos dibujos más infantiles y, por otra parte, ralentizan una historia que, de por sí, tiene una fuerza mayúscula.
Con esas excepciones, cualquier parecido con las producciones animadas habituales de Hollywood no pasa de ser una mera coincidencia. A partir de la sencillez se muestran secuencias sobrecogedoras, emotivas y llenas de fiabilidad. Quizás, hubiera sido una historia para que fuese rodada con personajes reales. En ese caso podría superar la tensión, siempre dulcificada por la animación, aunque difícilmente fuese más valiosa. El guion muestra escasas fisuras. Si acaso el incidente con un familiar cuando la madre de la protagonista ofrece en matrimonio a su hija mayor, lo que no se revuelve de manera tan satisfactoria a lo conseguido en otros pasajes. (Pedro De Frutos).
Recomendada.


viernes, 28 de junio de 2019

Adiós a Chicho Ibáñez Serrador


Con la muerte de Narciso Ibáñez Serrador el 7 de junio de 2019 en un hospital de Madrid a los 83 años, desaparece un narrador totémico, un mago de la imagen, un creador que apostó por una caligrafía cinematográfica en un tiempo de televisión en blanco y negro física y moralmente. Adelantado a su tiempo, para encontrar referentes similares hay que salir de España y bucear en el audiovisual mundial. Cuando en España a principios de los setenta había 37 millones de habitantes, su concurso “Un, dos, tres… responda otra vez” congregaba a 24 millones de televidentes. Cuando pocos se atrevían con el cine de terror —que sin embargo ha tenido una hermosa tradición en España—, Ibáñez Serrador dirigió para la gran pantalla “La residencia” (1969) y “¿Quién puede matar a un niño?” (1976) y en televisión hizo temblar a varias generaciones con sus “Historias para no dormir”. Hace cinco meses, en una entrevista con El País Semanal, el creador contestaba a por qué había tenido tanto éxito ese terror durante el franquismo: “Porque el miedo que te hacía sentir la película era mayor que el que uno sentía a diario. El miedo en la pantalla siempre es un refugio. Consuela sentir que hay cosas peores”.

Nacido en Montevideo en 1935, hijo de otro mito, el director teatral y actor Narciso Ibáñez Menta, hombre de voz poderosa e hipnótica, y de la actriz Pepita Serrador, pronto sintió que heredaría la pasión familiar. “Mis grandes influencias fueron mis padres, actores teatrales de gustos muy opuestos, y los libros. Las buenas historias surgen casi todas en el siglo XIX; por eso yo adapté tanto”, contaba alguien que consideraba a Edgar Allan Poe su “dios”. No tuvo más maestros: “Fue una pena. Así que me basé en mi imaginación. Como ahora, si yo veía una cámara y un amigo, primero me aclaraba si era más importante el amigo, y entonces le dedicaba un primer plano, o la cámara, por lo que elegía un plano general”.

Por sufrir púrpura hemorrágica, su infancia se desarrolló a través de los libros. A sus 12 años, su madre se traslada a España y Chicho estudia en Salamanca. Empieza a trabajar en teatro en España y pronto en televisión en Argentina. Así arrancaba una carrera como pocas ha habido en el mundo del entretenimiento: cineasta, realizador de televisión, guionista, director teatral y actor. “Con cualquiera me conformo”, decía, “pero si tengo que escoger una, sería la de actor”.

Su primera serie, en la televisión argentina, fue “Obras maestras del terror”, y por ello abandonó el teatro: “Vi la posibilidad de contar desde muchos ángulos tu historia. Además, si te equivocas, no pasa nada. Total, es un programa de televisión...”. Aunque siempre le importó cómo se contaban las historias: “Ese cómo es importantísimo. Y yo pensaba en cine. Por eso me decían que no parecían programas de televisión, porque el resto no se atrevía a contar una escena desde tantos ángulos. Para mí es necesario”. En 1963 empezó a trabajar en Televisión Española, adaptando piezas clásicas para Estudio 3. Y llegó “Historias para no dormir”, tres temporadas de relatos de terror, que Chicho presentó al estilo de Alfred Hitchcock. Ibáñez Serrador se convirtió en un visionario completamente alejado de los gustos imperantes, pero que enganchó a la audiencia: “El público es como un niño tuyo, en el que adviertes enseguida que le gusta o no, qué rechaza, y eso solo te lo da el teatro, ya que tienes al espectador justo enfrente. Ni la tele ni el cine te ofrecen esa inmediatez. Desde el escenario estudiaba sus reacciones, su risa, su miedo... Te obliga a perfeccionarte”.

En 1972, arrancó “Un, dos, tres... responda otra vez”. “Los programas se me ocurrían pensando en qué era lo que no había. Por eso “Un, dos, tres” tenía de todo: porque entonces en España no había muchas cosas. Era fácil. Lo mejor que tenía es que era imprevisible. Siempre había algo interrumpiendo y volviendo a sorprender. Esa era la clave: veías lo que no esperabas ver”. En mitad del éxito, en 1974, fue nombrado Director de Programas de RTVE. De un plumazo eliminó la figura del censor y dimitió a las pocas semanas: “Fue un error. La gestión no es la invención que me motiva”.


De su mente en ebullición nacieron programas como “Waku Waku” (1989), “Hablemos de sexo” (1990) o “El semáforo” (1994-1997). “No he sido un privilegiado, he sido una máquina de trabajar muy crítico con lo que he hecho. A Dios gracias, he filtrado mucho. Eso ha sido importante: primero, porque pude pulir lo que hice; segundo, porque en lo que dejas de hacer está siempre el futuro”, contaba a inicios de este año.

Y aparte está su poderosa huella en el cine con “La residencia” (1969) —su trabajo favorito— y “¿Quién puede matar a un niño?” (1976). “Hice el cine que me dejaron”, respondía cuando le preguntaban por qué solo había filmado dos películas.

Premio Nacional de Televisión 2010, último Goya de Honor, admirado por las generaciones posteriores de creadores audiovisuales... Y sin embargo, Ibáñez Serrador se distanciaba de las alabanzas: “Siempre me negué al título de maestro, me parecía excesivo. No fui consciente de lo que hacíamos, probablemente porque con el trabajo estaba cansado”.


jueves, 27 de junio de 2019

Sauvage (Camille Vidal-Naquet, 2018)


Título original: Sauvage. Dirección: Camille Vidal-Naquet. País: Francia. Año: 2018. Duración: 97 min. Género: Drama.  
Elif Uluengin (Montaje), Jacques Girault (Fotografía), Camille Vidal-Naquet (Guión), Romain Trouillet (Música), Emmanuel Giraud, Marie Sonne-Jensen (Producción), Jeremie Vernerey, Julien Roig, Benjamin Viau (Sonido), Julie Ancel (Vestuario), Charlotte Casamitjana (Dirección Artística).
Nominada a Mejor Ópera Prima en los César 2018.
Ganadora del Premio Ocaña en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2018.
Estreno en Sevilla: 14 Junio 2019.

Reparto:
Felix Maritaud (Léo), Eric Bernard (Ahd), Nicolas Dibla (Mihal), Philippe Ohrel (Claude).

Sinopsis:
Leo tiene 22 años y vende su cuerpo por un poco de dinero. Los hombres van y vienen mientras él se queda buscando el amor. Deambula por las calles sin saber qué le deparará el futuro. Su corazón late con fuerza...

Comentarios:
Fundada en 1981 por el sacerdote Patrick Giros, la asociación Aux captifs la libération pone en práctica su particular antropología humanista cristiana abriendo vías de diálogo entre su equipo de trabajadores sociales y las personas ancladas en una situación de pobreza y exclusión social, con particular atención a los sin hogar y a quienes ejercen la prostitución callejera. Tres años de trabajo de campo como voluntario en el seno de la asociación han permitido al director Camille Vidal-Naquet matizar su mirada sobre el material humano que nutre su primer largometraje: “Sauvage”, visceral, durísimo, explícito y finalmente conmovedor paseo al lado de un chapero del Bois de Boulogne durante los días que podrían preceder a su posible salvación social.
Sudoroso, tatuado, presa de una perpetua urgencia, herido, marcado por las huellas del consumo tóxico, el cuerpo de Félix Maritaud atraviesa su particular vía crucis, sin que Vidal-Naquet quiera contar una historia de redención, a través de una serie de explícitos encuentros sexuales en los que afloran la inesperada ternura, la tristeza de la carne y la crueldad infligida sobre el cuerpo reducido a mercancía. El actor, descubierto en la tan sobresaliente como pulcra “120 pulsaciones por minutos” (2017) de Robin Campillo, contagia la febrilidad de sus movimientos a cada imagen, dejando claro que lo suyo, más que una lucha por la supervivencia en los márgenes, es una búsqueda desesperada, contradictoria, de los más efímeros brotes de afecto en territorio hostil.
“Sauvage” es un complejo retrato de personaje que quizá podrían haber aplaudido Genet o Pasolini. También es la descripción, sin atisbo de moralina o condescendencia, de un microcosmos marginal donde no todo es, necesariamente, oscuridad. Y, finalmente, es una lección magistral sobre cómo tratar un tema conflictivo –los estratos más desamparados de la prostitución masculina- evitando caer en mitificaciones, maniqueísmos y paternalismos. (Jordi Costa).
Recomendada.