Título
original: Touch Me Not. Dirección: Adina
Pintilie. País: Rumanía. Año: 2018. Duración: 125 min. Género:
Drama.
George Chiper (Fotografía), Adina Pintilie (Guión), Ivo Paunov (Música).
Oso de Oro a la Mejor
Película del Festival de Berlín 2018. Presentada en la sección oficial del
Festival de Cine Europeo de Sevilla 2018.
Estreno en Sevilla: 7 Junio 2019.
Reparto:
Laura Benson, Tomas
Lemarquis, Dirk Lange, Hermann Mueller, Christian Bayerlein, Irmena Chichikova,
Grit Uhlemann, Adina Pintilie, Hanna Hofmann, Seani Love, Rainer Steffen,
Georgi Naldzhiev, Annett Sawallisch.
Sinopsis:
En la frontera entre
realidad y ficción, “Touch Me Not” sigue los viajes emocionales de Laura, Tómas
y Christian. Ansiosos por intimar pero al mismo tiempo con miedo a hacerlo,
intentarán superar sus mecanismos de defensa y sus tabúes para llegar a ser
libres.
Comentarios:
En esta película donde se
desnudan bastantes físicos y deseos no normativos, hay un striptease que es el
más radical de todos: el del propio dispositivo cinematográfico, esa cámara
omnipresente que se despoja del espejo que sustenta el contacto visual entre
los personajes y la propia directora, la debutante en el largometraje de
ficción Adina Pintilie. Partiendo de 250 horas de material en bruto, “Touch Me
Not”, que provocó no pocas deserciones en su primera proyección de prensa,
inaugura un ambicioso proyecto artístico multidisciplinar del que este trabajo
cinematográfico solo será la primera piedra: la secuencia donde la directora,
constante contraplano de muchos testimonios, se coloca frente al objetivo de su
cámara subraya la clara implicación personal que entra en juego en este
discurso sobre la sexualidad, lo íntimo y el cuerpo como identidad. Preguntarse
por el motivo de las deserciones puede ser una buena manera de intentar
entender la pertinencia de una película que viste de una cierta antipatía un
corazón claramente empático y transformador.
Con su radical apuesta
por los colores fríos (helados) y los espacios abstractos, Pintilie parece
observar, en principio, los cuerpos (y deseos) de sus personajes como gérmenes
en una placa de Petri. Muy pronto, esta historia conducida por una mujer de
mediana edad que parece encerrada en su propia piel se la juega por entero en
un simple juego de plano/contraplano: en una sesión de terapia, un paciente con
atrofia muscular espinal -su boca enmarcada de saliva seca- mira a su pulcro
interlocutor. Son unos breves segundos que desafían la condescendencia del
espectador y que revelan la consistente ética de la provocación de la cineasta.
No estamos en el radio de influencia del cinismo o de la incorrección política:
lo que expulsó a algunos espectadores de la sala fue, precisamente, su
incapacidad de asumir la gozosa sexualidad de las otredades.
Con su no siempre
armónica mezcla del lenguaje de la entrevista y el de la terapia, la película
presenta una fascinante galería de personajes donde brillan el tono
tranquilizador y didáctico de una mujer trans convencida de que nada hay de
extraño en la sexualidad o la sabiduría moral de ese discapacitado que acaba
revelando su condición de aventurero sexual. “Touch Me Not” enfrenta al
espectador a una serie de ideas necesarias para desestabilizar la dogmática
sexualidad normativa. (Jordi Costa).
Recomendada
(con reservas).
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