Título original: Let Him Go. Dirección: Thomas Bezucha. País: USA. Año: 2020. Duración: 114 min. Género: Thriller, Drama.
Guión: Thomas Bezucha (baso en la novela de Larry Watson). Fotografía: Guy Godfree. Música: Michael Giacchino. Producción: Mazur / Kaplan Company.
Fecha del estreno: 28 Mayo 2021 (España).
Reparto: Diane Lane (Margaret Blackledge), Kevin Costner (George Blackledge), Lesley Manville (Blanche Weboy), Will Brittain (Donnie Weboy), Jeffrey Donovan (Bill Weboy), Kayli Carter (Lorna Blackledge), Booboo Stewart (Peter Dragswolf).
Sinopsis:
Tras sufrir la pérdida de su hijo, el sheriff jubilado George Blackledge y su mujer Margaret dejan su rancho en Montana para tratar de rescatar a su nieto en Dakota. El niño está bajo la tutela de la poderosa familia Weboy, pues la nuera se ha vuelto a casar con otro hombre. La matriarca Blanche Weboy, tras descubrir las intenciones de los Blackledge, decide hacer todo lo posible para impedir que el niño regrese con sus abuelos.
Comentarios:
El título es malo y el póster, espantoso, pero la película es estupenda: un wéstern clásico con un toque crepuscular, ambientado no en el lejano Oeste del siglo XIX sino en los más cercanos años cincuenta del XX. Con caballos, rifles y pistolas; violencia, familia y conquista; paisaje natural y dolor humano; crueldad, desgarro y fidelidad; decencia y corrupción; y, cómo no, indios. Aunque los trayectos físicos, esos que implican también los morales, se hagan esta vez en automóvil, el relato y los personajes entroncan con la épica del condenado a viajar y con el género americano por antonomasia.
Uno de nosotros es una sorpresa porque los tres trabajos anteriores de Thomas Bezucha, su poco prolífico director y guionista, apenas habían despuntado. Sin embargo, basándose en una novela de Larry Watson —veterano escritor de Dakota del Norte, donde se ambienta la historia—, de la mano del carisma de Diane Lane y Kevin Costner, guapísimos en su naturalísima madurez, y con el cine de Clint Eastwood como meridiano referente, Bezucha logra una obra sólida y cálida en su clasicismo.
Los primeros 20 minutos, hasta llegar al conflicto —los intentos de un matrimonio de jubilados, formado por un antiguo sheriff y una domadora de caballos, por recuperar a su pequeño nieto de manos de una violenta familia—, se asientan en el valor de las elipsis y de los silencios: imágenes sin apenas diálogos que sin embargo acaban trazando la nobleza de sus protagonistas: una matriarca dura y obstinada, autosuficiente y capaz, y un hombre lacónico y decente, imperturbable y sensato. Cuando comienza a dejarse notar la banda sonora de Michael Giacchino, quizá excesiva en su presencia, los aspectos formales del cine de Eastwood resaltan en Uno de nosotros: tanto las melodías sencillas y reiterativas de sus músicas como la luz tenue de los interiores, marcando el crepúsculo de las vidas de sus criaturas.
Mientras, también como en obras mayores como Sin perdón, la violencia final es seca y certera. Y para ese trecho de la historia, junto a Lane y Costner, Bezucha ha reclutado a otros dos intérpretes magníficos: la arrolladora británica Lesley Manville, formidable en un papel que remite a las sangrientas madres del cine del Oeste más salvaje, y al inquietante secundario Jeffrey Donovan, de la arisca estirpe de gente como Strother Martin, Jack Elam y Lee Van Cleef. Los espectadores tendrán que olvidarse de ese cartel, de ese título español que no dice nada, mal adaptado del original Let Him Go, y del pedestre lema del póster: “Lucha por tu familia”. Si lo logran y acuden al cine, la recompensa es de auténtico wéstern. (Javier Ocaña)
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