Título original: Asa ga kuru. Dirección: Naomi Kawase. País: Japón. Año: 2020. Duración: 139 min. Género: Drama.
Guión: Naomi Kawase, Izumi Takahashi (basado en una novela de Mizuki Tsujimura). Fotografía: Yûta Tsukinaga, Naoki Sakakibara. Música: Akira Kosemura, An Ton That. Producción: Kinoshita Group, Kino Films, Kazumo, Kumie.
Sección Oficial del Festival de San Sebastián 2020.
Fecha del estreno: 6 Agosto 2021 (España).
Reparto: Hiromi Nagasaku (Satoko Kurihara), Arata Iura (Kiyokazu Kurihara), Aju Makita (Hikari Katakura), Miyoko Asada (Shizue Asami), Hiroko Nakajima (Takako Katakura), Tetsu Hirahara (Masaru Katakura), Taketo Tanaka (Takumi Aso).
Sinopsis:
Tras una larga e insatisfactoria lucha por quedarse embarazada y convencida por una asociación de adopción, Satoko y su marido deciden adoptar a un niño. Años después, su familia se tambalea con la amenaza de Hitari, una chica desconocida que dice ser la madre biológica. Satoko opta por confrontar a Hitari directamente.
Comentarios:
El habitual cine sensorial de la japonesa Naomi Kawase nunca fue tan carnal como en Madres verdaderas, su última película. Y sin embargo, la directora no deja de ahondar en algunos de los grandes temas de su carrera con una obra inequívocamente suya, aunque mucho más terrenal. Un relato en el que la inevitable ligazón entre las dos madres de un hijo dado en adopción adquiere tintes que superan lo legal, lo psicológico y lo testimonial, para acabar alcanzando un estado de corte espiritual.
Kawase, también coguionista, establece una estructura a la vez férrea y atractiva con continuos saltos en el espacio y en el tiempo que además ejercen de acicate emocional, casi a la manera de una historia de intriga, aunque no lo sea en absoluto. Porque lo esencial en Madres verdaderas es el soberbio retrato del estado interior de los personajes, y no solo de las progenitoras, la física y la finalmente legal, sino también del padre adoptivo y de una serie de mujeres que pululan por las vidas de ambas féminas y, a su modo, establecen también en muchos sentidos un vínculo materno.
En principio lejos de El bosque del luto (2007) y Aguas tranquilas (2014), quizá las mejores películas de Kawase, pues estas abordaban sus relatos de corte familiar desde una perspectiva mística y su nueva obra lo hace en algunos pasajes de un modo casi documental —como en las reuniones de padres en la agencia de adopción—, Madres verdaderas, no obstante, termina conectando con su habitual estilo envolvente a través de los interludios musicales y de sus siempre misteriosas metáforas. Los elementos de la naturaleza y del hogar se funden, al son de unas notas de piano de corte new age y de una estruendosa luz de tonos blancos muy acorde con el mensaje del relato, en el rostro tranquilo de una madura madre por devoción que merece la felicidad, y el nervioso de una madre adolescente por obligación. (Javier Ocaña)
Recomendada.
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