El denominado Cine Quinqui lo podríamos definir como un subgénero coyuntural de acuñación española nacido a remolque de la eclosión del fenómeno social de la delincuencia juvenil, que vivió su gloria entre mediados de los años setenta y mediados de los ochenta del siglo XX.
En este cine parecen confluir la tradición de la picaresca, el neorrealismo y las coetáneas hipérboles de la prensa sensacionalista, bajo el paraguas formal de un cine de acción posibilista y la herencia de la serie negra de óptica marginal.
Convivieron en ese ámbito posicionamientos ideológicos de toda clase y su gloria efímera contribuyó a formar un star system de extrarradio condicionado por las fechas de caducidad de todo malditismo.
Las claves más relevantes para entender este cine son: el predominio del actor-delincuente para proporcionar un mayor realismo (José Antonio Valdelomar, Ángel Fernández Franco “El Torete”, José Luis Manzano, José Luis Fernández “El Pirri”, etc.), la localización de escenarios en los extrarradios de la ciudad, el robo de coches y las drogas como temas preferidos, ciertos toques eróticos (en conexión con el cine del destape contemporáneo a éste), el argot utilizado en todas las películas suele ser el habitual de barrios humildes, de ambientes delictivos y también se utilizan algunas palabras originales del caló, la crítica social con ataques a ciertos estamentos sociales, las bandas sonoras repletas de temas musicales aflamencados: Los Chunguitos, Los Chichos, Bordón 4, etc.
El auténtico padre del género fue José Antonio de la Loma (Perros Callejeros, Perros Callejeros 2, Los últimos golpes del Torete, Yo el Vaquilla, etc.), seguido muy de cerca por el vasco Eloy de la Iglesia (Navajeros, El Pico, El Pico II, Colegas, La estanquera de Vallecas, etc.) No obstante, otros autores también se vieron seducidos por este género, como Manuel Gutiérrez Aragón (Maravillas, 1980), Roberto Bodegas (Matar al Nani, 1988), Vicente Aranda (El Lute: camina o revienta, 1987), o Carlos Saura (Deprisa, Deprisa, 1980)
Os dejamos con una secuencia del comienzo de la fantástica película de Carlos Saura “Deprisa, deprisa” que consiguió el Oso de Oro en el Festival de Berlín.
Sabado 16 abril,9 de la mañana en la 1 de TVE; Reportaje sobre Ciudades Españolas, muestra un edificio próximo a la ria del Nervión, Bilbao y comentan; "El Movimiento Quinqui de los 80 en el cine, concretamemnte Alvaro de la Iglesia ródó aqui su pelicula El Pico".
ResponderEliminarEl comentario lo hace una polaca que vive desde hace 7 años en Bilbao.
Me ha parecido importante reseñarlo paca reafirmar que se puede y se hace, considerar a este subgeneto como tal dentro de los generos del cine.
En el comentario del 16 de abril; no es Alvaro, es Eloy de la Iglesia
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