jueves, 16 de septiembre de 2021

Annette (Leos Carax, 2021)

 

Título original: Annette. Dirección: Leos Carax. País: Francia. Año: 2021. Duración: 140 min. Género: Drama, Musical.  

Guión: Ron Mael, Russell Mael, Leos Carax (basado en una historia de Ron Mael, Russell Mael). Fotografía: Caroline Champetier. Música: Ron Mael, Russell Mael, Sparks. Montaje: Nelly Quettier. Producción: Adam Driver, Charles Gillibert, Geneviève Lemal, Kenzo Horikoshi, Fabien Gasmia.

Mejor director en el Festival de Cannes 2021.

Fecha del estreno: 20 Agosto 2021 (España)

 

Reparto: Adam Driver (Henry McHenry), Marion Cotillard (Ann Defrasnoux), Simon Helberg (The Accompanist), Dominique Dauwe, Kait Tenison, Latoya Rafaela, Rebecca Dyson-Smith, Timur Gabriel, Kevin Van Doorslaer, Devyn McDowell, Ornella Perl, Christian Skibinski, Marina Bohlen, Nino Porzio, James Reade Venable, Charlotte Brand, Colin Lainchbury-Brown, Kristel Goddevriendt, Filippo Parisi, Michele Rocco Smeets, Elke Shari Van Den Broeck.

 

Sinopsis:

Henry es un monologuista cómico de humor incisivo. Ann, una cantante de renombre internacional. Centro de todas las miradas, juntos forman una pareja feliz rodeada de glamur. El nacimiento de su primogénita, Annette, una niña misteriosa con un destino excepcional, les cambiará la vida.

 

Comentarios:

Denis Lavant, desplazándose por las calles a un paso del descoyuntamiento y al ritmo del Modern Love de David Bowie, en la prodigiosa Mala sangre (1986); el festín de fuegos artificiales, con el Danubio azul de Johan Strauss de fondo, y Lavant y Juliette Binoche, ebrios de pasión, en la obra maestra Los amantes del Pont-Neuf (1991); la apoteosis de los acordeones, comandada también por Lavant y de intensidad creciente, en forma de tráveling eclesial tras el entreacto de la suicida Holy Motors (2012). Las películas de Leos Carax, bautizado desde sus inicios como el enfant terrible del cine francés, siempre han explotado en forma de descargas musicales de amplio impacto. Así que tiene todo el sentido que haya acabado componiendo un musical: el formidable Annette, cuento de canciones, risas y tormento acerca del amor y la muerte, la creación y desolación, el ego y el martirio, la envidia y la valentía, la pasión y los malos tratos, la paternidad familiar y la paternidad artística. Y lo ha hecho de la mano del grupo estadounidense de culto Sparks, nacido en la década de los setenta, de continua experimentación, y con el sello operístico como principal seña de identidad.

Los hermanos Ron y Russell Mael, miembros de Sparks, son los autores de la idea original de la película y los compositores de las canciones. Pero Carax, claro, no se conforma con ilustrar los temas en imágenes. Añade una pátina de excentricidad e innovación, de gusto estético y de coraje, acorde con una filmografía como la suya: con cuentagotas pero de huella indeleble, incluso en sus fracasos, como en la interesantísima Pola X (1990).

Es Annette una obra sin apenas texto que no se parece a (casi) nada. Quizá en su concepto pueda entroncar con ciertas óperas rock, sobre todo con Tommy (The Who / Ken Russell) y The Wall (Pink Floyd / Alan Parker). Pero trasciende a ambas porque su sello también está muy anclado en las particularidades del musical clásico, con la composición gráfica de inspiración pictórica de los distintos elementos en el plano, con su unidad expresiva, y con la exteriorización del estado interno de los personajes a través de las canciones. Mientras, en el fondo del relato, Sparks y Carax describen el lado oscuro, ególatra, dominante, envidioso, cruel y hasta criminal de ciertos hombres en sus relaciones de pareja, y de un mundo capaz de explotar a sus héroes tanto en sus cimas como en sus socavones. Adam Driver, también coproductor, y Marion Cotillard, sus protagonistas, hacen una majestuosa faena física y vocal. Y el resto lo pone el maravilloso trabajo de inventiva, arte y técnica con la bebé, y con las dos niñas posteriores, que forman parte desde ya de la historia del cine.

Una voz en off nos invita en el primer minuto de metraje a contener la respiración ante lo que aún está por venir. Signo de confianza absoluta en la valía de la obra de unos creadores que, según esa misma voz, pueden pecar de vanidosos. Quizá lo sean, pero hay fundadas razones para su seguridad como artistas. Su película, premio a la mejor dirección en Cannes, es una conquista. (Javier Ocaña)

Recomendada.




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