miércoles, 29 de septiembre de 2021

Wojciech J. Has (1925-2000)

 


«En mi cine, la narración es puramente visual. Como inicio, tomo siempre una obra literaria, pero ésta se convierte en una simple herramienta, una materia susceptible de extenderse o estrecharse; también se transforma en un laberinto, con ramales y niveles que se multiplican y diversifican. Mientras que la base de la pintura es la manipulación del espacio, la literatura y el cine manipulan el tiempo. Todo juego con el concepto de tiempo hace trabajar la imaginación del espectador. Considero el tema del viaje como tema fundamental de mi cine.»

(Wojciech Jerzy Has)

 

 

Director de cine polaco, nacido el 1 de abril de 1925 en Cracovia (Polonia). Gran apasionado del cine, y del universo artístico en general, cursa estudios al mismo tiempo en el Instituto del Film y en la Escuela de Bellas Artes de Cracovia. Sin embargo, decide encauzar su carrera profesional hacia el ámbito cinematográfico, por más que las películas que componen su filmografía reflejan de modo patente el entusiasmo que siente también por la literatura, la pintura o la historia. Se integra en la industria como ayudante de dirección, pero al poco tiempo comienza a realizar cortometrajes para el Estudio de Films Documentales. Tres años después, en 1951, da el salto a una productora de películas educativas, en la que permanece hasta 1958 y desarrolla un estilo propio que mezcla fantasía con acontecimientos históricos. La clausura de esta etapa tiene lugar con Ponezgaina, donde se relata la historia de dos jóvenes, un estudiante y una camarera de un club nocturno, a los que el destino separa constantemente.

 

Su debut en el largometraje se produce con El nudo corredizo (Petia, 1958), pero es Goodbye to the Past (Rozstanie, 1961) la película que muestra de modo notable los rasgos que van a caracterizar el cine posterior de Wojciech Has. El argumento gira en torno a una artista que regresa a su antigua casa, donde sólo quedan los recuerdos de un antiguo amor, y contiene elementos que volverán a aparecer en la filmografía de este realizador: tono melancólico, personajes cuya existencia pasa por momentos delicados o ambientación en el pasado.

 


Aunque pertenece a la “Generación del 56”, uno de los movimientos más importantes del cine polaco y donde tuvieron cabida directores como Jerzy Kawalerowicz, Andrezj Munk o Andrezj Wajda, Has es quizá el que menos resonancia internacional ha obtenido de entre todos ellos. Hecho que nada tiene que ver con la calidad de sus propuestas, que en ocasiones alcanzan magníficas cotas. Uno de esos casos es Cómo ser amada (Jak byc kochana, 1963), evocativo relato del sacrificio de una actriz por un hombre al que protege de la Gestapo, y que obtuvo cierto eco en diversos países europeos.

 

No obstante, y de modo incontestable, El manuscrito encontrado en Zaragoza (Rekopis znaleziony w Saragossie, 1965) se eleva por encima de la media de sus películas. Basada en la primera parte del relato escrito por Jan Potocki, este filme es una obra maestra del género fantástico y a veces roza lo surreal. Quizá por ello el cineasta Luis Buñuel la incluye en su libro de memorias dentro del apartado de los largometrajes que más le entusiasmaron como espectador. Ahorcados que vuelven a la vida o musulmanas sensuales que esconden importantes secretos se cruzan en la vida de un militar que cruza Sierra Morena, tierra donde la magia y la hechicería abundan.

 


Dentro de esa línea de ambientación en el pasado, Lalka (The Doll, 1968) describía el amor imposible de un mercader por la hija de una aristócrata a finales del siglo XIX. Mientras que El sanatorio de la clepsidra (Sanatorium pod Klepsydra, 1973) transcurría en los albores de la II Guerra Mundial, justo cuando un muchacho acude a visitar en un sanatorio a su padre moribundo y recuerda la vida pasada. Con Nieciekawa historia (A Boring Story, 1983)  historia, por su parte, filma una de las mejores adaptaciones de la obra del escritor ruso Anton Chejov.

 


Durante los años ochenta comienzan las dificultades para poner en marcha proyectos. Las estrecheces económicas por las que atraviesa Polonia, unido a los problemas para comercializar su cine en el exterior, provocan que Has vaya progresivamente recluyéndose en la televisión. Con todo, largometrajes como Las tribulaciones de Balthasar Kober (Niezwykla podróz Baltazara Kobera, 1988) reflejan su enorme ambición artística. Ambiciosa odisea onírica de un joven que sobrevive con la ayuda de un arcángel a una plaga ocurrida en el siglo XVI, aprende a caminar sobre el fuego y llega a tener visiones del cielo y del infierno, es una metáfora del momento de confusión que vivían los polacos en el momento en que la película era realizada. Las tribulaciones de Balthasar Kober no fue entendida en su tiempo, quizá por ser una propuesta excesivamente vanguardista en tiempos de conservadurismo artístico y porque mezclaba a partes iguales el surrealismo, la picaresca de corte esotérico y el romanticismo fantástico, tres géneros difíciles de combinar. 

 

Wojciech J. Has
 

Por esos años Has combinó su labor profesional con la dirección de los Estudios Rondo (1987-89) y, sobre todo, la actividad docente, impartiendo clases en la Escuela de Cine de Łódź desde 1974, institución de la que sería decano (1989-1990) y rector (1990-1996).

 

Durante los años 90, Jerry García, junto con Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, financiaron la restauración de una edición sin cortar de El manuscrito encontrado en Zaragoza, un trabajo cuyo resultado quizás no llegó a ver el director y que no pudo ver tampoco Jerry García, fallecido en 1995. En 1997 los dos directores norteamericanos habían relanzado el interés por este cineasta en Occidente gracias a una proyección de la versión íntegra de 3 horas en el Festival de Cine de Nueva York. Finalmente la edición restaurada se editó en DVD en USA en el año 2001.

 

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