Título original: Ariaferma. Dirección: Leonardo di Costanzo. País: Italia. Año: 2021. Duración: 117
min. Género: Drama.
Guión: Leonardo di Costanzo,
Bruno Oliviero, Valia Santella. Fotografía:
Luca Bigazzi. Música: Pasquale Scialo. Producción: Carlo Cresto-Dina.
Sección Oficial (fuera de
competición) del Festival de Venecia 2021. Premio David di Donatello al Mejor Guión
y Mejor Actor (Silvio Orlando).
Fecha
del estreno: 8 Abril 2022 (España)
Reparto: Toni
Servillo, Silvio Orlando, Fabrizio Ferracane, Salvatore Striano, Roberto De
Francesco, Antonio Buil, Giovanni Vastarella, Leonardo Capuano.
Sinopsis:
Una antigua prisión del
siglo XIX, ubicada en una zona inaccesible e indeterminada del territorio
italiano, está siendo abandonada. Por problemas burocráticos, los traslados
están bloqueados, y quedan alrededor de una docena de presos, con pocos
agentes, esperando nuevos destinos. En esa atmósfera extraña, poco a poco, las
reglas parecen tener cada vez menos sentido, los protocolos se relajan y se
vislumbran nuevas formas de relación entre los hombres que allí quedan.
Comentarios:
No hay apenas referencias
en nuestra cartelera del cine anterior del director italiano Leonardo di
Constanzo, pero sí, y muchas, de los dos protagonistas de su película, Toni
Servillo y Silvio Orlando, dos actores (muy de Sorrentino ambos) de esos que le
sugieren a la cámara hasta las notas a pie de página del guion. La historia
ocurre en una vieja prisión que va a ser desmantelada y entre unos cuantos
guardianes y los pocos presos que aún quedan por trasladar; es decir, un solo
escenario, apenas unos días y unos cuantos personajes…, casi tiene el alma de
una función de teatro. Servillo es el encargado de los funcionarios y Orlando
es el líder entre los reclusos, lo que le permite a cada uno de ellos
transmitir la mirada, el punto de vista, a ambos lados de los barrotes.
El director construye su
puesta en escena con materiales muy cinematográficos, como la atmósfera, la
rutina carcelaria, las sombras prisioneras o la tensión que se masca, y le
añade sensaciones que salpican desde la pantalla, como el encierro compartido,
las sutiles relaciones de poder, una cierta y general mirada compasiva y una
rara y humanitaria comprensión de ida y vuelta. Hay varias tramas que se
entrelazan en el argumento, desde los conflictos por la falta de personal y
servicios hasta la más íntima que fuerza la aparición de un recluso joven
(Giovanni Vastarella) y emocionalmente frágil que indirectamente ocasional el
acercamiento entre los dos protagonistas y algunos momentos y conversaciones
que le dan una segunda lectura, y hasta una segunda intriga, al argumento.
Puestos a ponerle un
inconveniente a 'Ariaferma', que está sutilmente construida y tiene buenas
interpretaciones (entre ellas la del aragonés Antonio Buil), este sería la
falta de colmillo ante unas situaciones que el cine siempre nos presentó
afiladas y punzantes. Una falta, digamos, de nervio y nervios. (Oti Rodríguez Marchante)
Recomendada.
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