viernes, 12 de agosto de 2022

Sundown (Michel Franco, 2021)

 

Título original: Sundown. Dirección: Michel Franco. País: México. Año: 2021. Duración: 84 min. Género: Drama.  

Guión: Michel Franco. Fotografía: Yves Cape. Montaje: Óscar Figueroa, Michel Franco. Producción: Michel Franco, Cristina Velasco.

Sección Oficial del Festival de Cine de Venecia 2021.

Fecha del estreno: 27 Mayo 2022 (España)

 

Reparto: Tim Roth, Charlotte Gainsbourg, Iazua Larios, Henry Goodman, Albertine Kotting, Samuel Bottomley, Mónica del Carmen, James Tarpey.

 

Sinopsis:

La adinerada familia británica Bennett disfruta de unas relajadas vacaciones en un resort en Acapulco cuando una llamada anuncia un fatal suceso. Alice (Charlotte Gainsbourg) decide interrumpir el viaje de inmediato mientras que Neil (Tim Roth) finge haber perdido el pasaporte y se queda en México, indiferente a una noticia tan trágica. Esta actitud agudiza las diferencias entre ellos hasta llegar a límites insospechados.

 

Comentarios:

"La noche sosegada / en par de los levantes de la aurora". No está documentado hasta qué punto Michel Franco admira la pasión por el oxímoron de san Juan de la Cruz. Pero algo hay. Dice el director mexicano que lo primero que llama la atención a un visitante accidental de Acapulco, donde sitúa su última película, es la inmisericordia del sol, "que todo lo golpea". Y es precisamente esa claridad que quema el escenario y se diría protagonista de 'Sundown'. Se trata, para situarnos, de un fulgor completamente negro, opaco y brutal en su luminosidad cegadora. Todo en este pequeño prodigio no es más que puro y algo más que sólo brillante oxímoron digno de una pagana y muy procaz ceremonia de santidad.

En apenas 83 minutos, se cuenta la historia de un hombre perdido en uno de los mayores 'resorts' de vacaciones del mundo. Hasta allí acude una familia con Charlotte Gainsbourg a la cabeza y algo más que solo rica para pasar unos días acordes con su condición de privilegiados. De repente, la muerte de un familiar en Inglaterra obliga a suspender el descanso sobre lo que parece una vida ya de por sí muy descansada. El protagonista finge haber perdido el pasaporte y se queda en México. Solo. Lo que sigue es la descripción detallada del periplo de este hombre interpretado con una esforzada desidia (otro oxímoron) por Tim Roth alrededor de un vacío íntimo que es, en efecto, el de todos.

Si el año anterior Michel Franco sorprendió en Venecia con 'Nuevo orden', una película para el asombro, la disensión y la revuelta, ahora vuelve a las andadas con lo más parecido a un paseo por todos los precipicios que nos acechan. La película navega con un pulso que subyuga por una cotidianidad transparente que, sin embargo, no deja ver nada más que la oscuridad.

Como ya es norma en la filmografía del director de 'Después de Lucía' o 'Chronic', la película entera discurre fuera de campo. Vemos a Roth pasear por la playa, beber cerveza con fruición y hasta enamorarse a plena luz del día, pero la palpitación de la mirada, llamémoslo así, está solo pendiente de una amenaza opaca cerca de todos los cataclismos. La cámara simplemente se deja llevar a la orilla de un mar de repente manchado de sangre. Todo discurre en una calma que funciona como premonición de lo peor de todo.

Si se quiere, el conflicto evidente está ahí, en los complejos de vacaciones blindados que no dejan que un resquicio de pobreza se cuele por las cámaras de seguridad; en el absurdo de un hombre millonario que prefiere abandonarse a una desidia cerca de una miseria tan pertinaz como sofocante; en la aparente tranquilidad de una sociedad que baila, canta canciones de amor y salda sus cuentas de sangre delante de innumerables testigos siempre mudos.

Pero una vez más, Michel Franco aspira a más. En su cine la descripción de los monstruos más terribles (desde el acoso escolar a la eutanasia pasando por los accidentes más violentos de la desigualdad) quiere ser además de denuncia el puntual relato de la más evidente discapacidad social, de la imposibilidad de comunicación, del fin sin más. Y eso nos atañe a todo y cada uno. Es un cine para la admonición, la perplejidad y lo incómodo. Es un cine que grita en silencio. Es un cine tan cerca del oxímoron que san Juan de la Cruz le daría, sin duda, su bendición. O maldición. Qué más da. (Luis Martínez)

Recomendada.



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