miércoles, 4 de marzo de 2020

Festival Internacional de Cine de Berlín 2020 (Berlinale 2020)


En la pasada semana (del 20 de Febrero al 1 marzo del 2020) se ha celebrado la 70ª edición del Festival internacional de cine de Berlín o Berlinale. Es este, junto con Cannes y Venecia, uno de los tres festivales cinematográficos más importantes a nivel internacional y siempre es el primero del año del que podemos disfrutar y en el que se presentan muchas de las novedades cinematográficas.

La primera edición de este festival fue en 1951, nació de un claro impulso político, en plena guerra fría y en una ciudad dividida, en la que cada una de sus mitades estaba ocupada por dos miradas antagónicas de concebir la sociedad. En ese contexto y a instancias de un oficial americano Oscar Matay reunido con miembros del senado de Berlín y de la industria fílmica alemana, se decidió organizar el festival con el fin de difundir una ideología, mostrando filmes en los que la vida  bajo los ideales de la democracia y el capitalismo económico era más permisiva, plena y feliz que la pregonada por el otro bloque, es decir se propugno el festival “como un escaparate del mundo libre”. Decidieron que lo más adecuado era empezar a lo grande, amplio presupuesto, carteles monumentales, foros de cine bien equipados y la proyección inaugural de una película que no se hubiese programado en la cartelera alemana en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y cuyo éxito estuviese asegurado, siendo Rebecca (1940) la elegida para la inauguración de este festival. A pesar de ese inicio tan a lo grande no fue hasta 5 años más tarde, en 1956, cuando cumplió los requisitos impuestos por la Asociación Federal de Asociaciones de Productores de Cine (FIAPF) para ser un festival de clase A, como Cannes y Venecia, de manera que desde ese año podría tener el derecho a conceder los premios mediante un jurado internacional. 


Tras este nacimiento determinado por un claro impulso político y aunque se ha ido transformando con los años, el festival siempre ha tenido tendencia a mostrar preferentemente cine comprometido, político o exigente con el espectador. En los primeros años estaba claramente bajo la influencia norteamericana, pero progresivamente fue aumentando el espectro de naciones que podían enviar cintas para competir, de forma que en 1974 se proyectó el primer filme soviético y un año después ya había títulos procedentes de Polonia, Checoslovaquia y, la República Democrática Alemana, y Hungría, que ese año se llevó el Oso de Oro por su película Adopción y se fue convirtiendo el festival como la plataforma de mayor eco para aquellos documentos cinematográficos con carga política o social, siendo los ataques contra los derechos humanos, dictaduras, el racismo, la xenofobia, el abuso infantil y el machismo, temas que invariablemente tienen presencia anualmente.

En todos estos años la Berlinale se ha convertido en uno de los festivales de cine público más grandes del mundo, combinando la proyección de producciones de alto presupuesto y protagonizadas por actrices y actores famosos, con la de esas otras cintas que se alejan de todo convencionalismo, muchas de ellas con nulas posibilidades de ser exhibidas en salas comerciales, atrayendo a decenas de miles de visitantes de todo el mundo cada año, siendo igualmente importante para la industria del cine y los medios de comunicación. Gracias a sus numerosas iniciativas de la industria, la Berlinale es un importante motor de innovación y un importante factor económico a nivel internacional.


En los últimos años el festival dirigido desde 2001 hasta 2019 por Dieter Kosslick, ha ido cosechando repetidas críticas tanto desde la industria cinematográfica, como desde los realizadores, por el déficit de calidad y la falta de criterio crecientes de su programación. El año pasado un grupo de 79 directores publicaron una carta abierta en la que solicitaron cambios importantes en la estructura de la Berlinale. Por ello este año 2020, coincidiendo con el 70 aniversario se ha cambiado la dirección de este, que ha pasado a ser bicéfala, el italiano Carlo Chatrian como director artístico y a la holandesa Mariette Rissenbeek como directora ejecutiva. 

Estos directores han trazado una serie de líneas que se han podido ver ya en esta edición, menos películas y mejor seleccionadas, modificación de las secciones paralelas (se ha introducido una nueva sección llamada Encuentros dedicada a un cine especialmente arriesgado o innovador, y se han eliminado dos secciones Culinary Cinema, centrada en películas relacionadas con la gastronomía, y NATIVe, dedicada a películas realizadas por miembros de comunidades indígenas), más autores de peso, un esfuerzo por la paridad y mayor diversidad, ya una de las criticas es que en los últimos años había una gran preponderancia del cine europeo.

Las secciones en las que en esta última edición han quedado definidas en el festival son:

  • Películas a competición: la pieza central del festival. Este año han sido 18 las películas seleccionadas.
  • Encuentros: presenta obras estética y estructuralmente atrevidas de cineastas independientes e innovadores. tanto largometrajes, como documentales con una duración mínima de 60 minutos
  • Berlinale Shorts: cortometrajes, presentándose un máximo de 30.
  • Panorama: es una de las secciones favoritas de la audiencia de la Berlinale, recoge las propuestas cinematográficas que se han atrevido a salir de los moldes y se han decidido por el lado más salvaje del cine contemporáneo. Tiene su propio premio de audiencia.
  • El Foro y el Foro Expandido representan reflexiones sobre el cine en general.
  • Generation es una sección destinada al público juvenil. 
  • Berlinale Series ofrece un primer vistazo exclusivo a las producciones de series nuevas.
  • Retrospectiva, Berlinale Classics y Homage para descubrir la historia del cine y verlo de nuevo en proyecciones de la más alta calidad.
La industria del cine también está representada en el festival en los European Film Market  o los World Cinema Fund (WCF), la cual se compromete a desarrollar y financiar cine en regiones con una infraestructura cinematográfica débil, así como a impulsar la diversidad cultural en los cines alemanes y europeos.

Los premios del festival son las estatuillas con forma de oso que la artista berlinesa Renée Sintenis diseño en 1957, premiándose con el Oso de Oro a la mejor película, el Oso de plata a la mejor dirección, Oso de Plata Premio especial del jurado y osos de plata a la mejor interpretación femenina, masculina, mejor cortometraje, mejor guion y dirección artística.


Este año 2020 el jurado presidido por el actor Jeremy Irons y formado por Bérénice Bejo (actriz franco-argentina), Bettina Brokemper, productora alemana, Annemarie Jacir, cineasta y poeta palestina, Kenneth Lonergan , cineasta estadounidense, Luca Marinelli, actor italiano y Kleber Mendonça Filho, cineasta brasileño ha determinado los siguientes premios:

Oso de Oro a la mejor película
There Is No Evil de Mohammad Rasoulof (Alemania/República Checa/Irán)


Oso de Plata – Gran Premio del Jurado
Never Rarely Sometimes Always de Eliza Hittman (Estados Unidos)


Oso de Plata al mejor director
Hong Sangsoo por  The Woman Who Ran (Corea del Sur)


Oso de Pata a la mejor actriz
Paula Beer en  Undine (Alemania/Francia)


Oso de Plata al mejor actor
Elio Germano en Volevo nascondermi (Italia)


Oso de Plata al mejor guion
Damiano and Fabio D'Innocenzo por Favolacce (Italia/Suiza)

Oso de Plata a la mejor contribución artística
Jürgen Jürges, director de la fotografía de DAU. Natasha  (Alemania/Ucrania/Reino Unido/Rusia)

Oso de Plata – Premio Especial 70a Berlinale
Effacer l'historique de Benoît Delépine, Gustave Kervern (Francia/Bélgica)

Oso Honorario de la Berlinale, ha sido para Helen Mirren por su trayectoria



La prensa especializada parece estar contenta con la dirección de esta 70ª edición de la Berlinale Han sacado muy buena nota, aunque el aumento de las secciones y la dificultad de establecer claras fronteras entre unas y otras han jugado en su contra. Han buscado buen cine para la Berlinale, y lo han logrado”, aunque no así con la concesión del Oso de Oro, que ha sido muy cuestionada por el público y la crítica, por la aparente priorización de la cuestión política sobre la cinematográfica, puesto que Rasoulof es un director iraní que tiene prohibido salir del país, por lo que no ha acudido al festival, en algunos titulares podemos leer La Berlinale concluye con un palmarés muy por debajo de la brillantez de su competición. Se premia lo bueno, que no lo mejor”. Había según la crítica tres películas destacables por encima del resto: Rizi, de Tsai Ming-Liang,  First Cow de Kelly Reichardt  y Never Rarely Sometimes Always de Eliza Hittman, esta última ganadora del Premio del jurado. Esperemos poder disfrutar de estos filmes y comprobar lo acertado o no de estos comentarios.


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