domingo, 17 de noviembre de 2019

Perros de presa (Adrian Panek, 2018)


SEFF 2019. 16ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Selección EFA. 


Título original: Wilkolak. Dirección: Adrian Panek. País: Polonia. Año: 2018. Duración: 88 min. Género: Drama, Terror.  
Guion: Adrian Panek. Fotografía: Dominik Danilczyk. Montaje: Jaroslaw Kamiński. Música: Antoni Łazarkiewicz. Producción: Magdalena Kamińska, Agata Szymanska, Jan Doense, Herman Slagter. Compañía Productora: Balapolis, Twenty Twenty Vision, House of Netherhorror, Telewizja Polska, Agencja Filmowa.
Premio al Mejor Director en el Festival de Cine Polaco 2018. Presentada en el Tallinn Black Nights y Brussels International Festival of Fantasy Film (BIFFF).
Estreno en Sevilla: SEFF 2019 (Del 8 al 16 de noviembre de 2019)

Reparto:
Kamil Polnisiak, Nicolas Przygoda, Sonia Mietielica, Danuta Stenka.

Sinopsis:
Un grupo de niños liberados de un campo de concentración nazi tienen que afrontar el hambre y la sed y lidiar con unos perros agresivos en una mansión abandonada en el bosque.

Comentarios:
Uno de los primeros aspectos argumentales que resalta al ver la cinta es la necesidad de unión por parte del grupo protagonista. Se empiezan a tejer complejos entramados sociales, con la inevitable aparición de la búsqueda de poder en estos, acercando más a los infantes a su condición más salvaje.
El concepto de civilización existe dentro de una dinámica donde predomina la supervivencia; El hambre y la sed son los principales vínculos en el presente que muestra Panek. Sin embargo, este aspecto se siente olvidado en algunos tramos y luego cuesta creer nuevamente que esos niños tengan un verdadero problema con ello.
La ausencia de adultos en casi la totalidad de la cinta no sustrae la influencia de estos en la situación que viven los niños. “Perros de Presa” convierte los ladridos y las paupérrimas condiciones en la herencia de una etapa de odio e irracionalidad.
De entrada, Panek nos sitúa en un rescate a medias de la crudeza de los campos de concentración nazis. Los infantes son enviados a una vieja mansión adecuada como orfanato, pero simplemente son tirados allí, sin ningún tipo de atención o seguimiento, una situación que se siente como extensión del miedo del tiempo inmediatamente pasado.
Visualmente hay algo interesante a la hora de reflejar este abandono, la estética es cruda, casi como si intentará atacar a los pequeños. Un complemento que funciona bien con lo que “Perros de Presa” cuenta en su historia.
Las intenciones que denotan el montaje son las de una película que pretende asustar. Durante muchos momentos la cinta parece querer establecerse temporalmente en el género cinematográfico del terror. Si se analiza este discurso desde una perspectiva metafórica es un gran acierto darle el tono de horror a una historia donde la peor amenaza es el resultado de la intervención y el entrenamiento humano. Pero dentro de la obra, se siente algo forzado este elemento, especialmente porque recurre constantemente a los sustos gratuitos desestabilizando el interés que lo dramático había despertado.
“Perros de Presa” tropieza muchísimo al introducir elementos narrativos que no aportan mucho a la historia, sino que ralentizan el desarrollo de la misma. Quizá en aras de alargar la duración o de contextualizar mejor, se pierde el hilo en varias ocasiones, incluso al termino de varias secuencias se puede sentir que eso recién visto podría ser omitido y no afectaría el curso de los hechos.
Es evidente que hubo una intención por ampliar el rango de los protagonistas, no de todos evidentemente, pero sí de algunos, resaltarlos a través de particularidades. A pesar de lo positivo que hubiese sido una mayor caracterización, lo cierto es que se aporta muy poco, quedándose en un tibio término medio entre el enigma detrás de los infantes y la narración completa de su historia.
“Perros de Presa” es una película con frenetismo, una obra sobre las consecuencias y vestigios de lo peor del ser humano narrada a través de pequeños interlocutores encargados de sobrevivir en el mundo que los adultos les han dejado. Un acercamiento a la bestia que queremos seguir alimentando los seres humanos desde una mirada al post-holocausto más que original. (Andrés Tejada)
Recomendada (con reservas).



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