SEFF 2019. 16ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Sección Las Nuevas Olas.
Título original: Malchik Russkiy. Dirección: Alexander Zolotukhin. País: Rusia. Año: 2019. Duración: 72
min. Género: Bélica, Drama.
Guion: Alexander Zolotukhin. Fotografía: Ayrat Yamilov. Montaje: Tatyana Kuzmicheva. Sonido: Andrey Fonin. Producción: Eduard Pichugin, Alexander
Sokurov. Compañía Productora: Lenfilm
Studios.
Presentada en la sección
Forum del Festival de Berlín 2019.
Estreno en Sevilla: SEFF 2019 (Del 8 al 16
de noviembre de 2019)
Reparto:
Vladimir Korolev, Mikhail
Buturlov, Artem Leshik, Danil Tyabin, Sergey Goncharenko, Filipp Dyachkov.
Sinopsis:
Un soldado ruso pierde la
vista durante la Primera Guerra Mundial y es posicionado para escuchar a los
aviones enemigos en el frente.
Comentarios:
El ruso Alexander
Zolotukhin, nacido en 1988, es un director debutante. Pero para “A Russian
Youth”, su deslumbrante opera prima, se nutre de lo mejor de la genealogía
cinematográfica de su país. La asume, la hace propia y a partir de esa
riquísima herencia levanta un film tan singular como portentoso, a la altura de
su ambición, que no es poca.
Por el contrario, la
anécdota es mínima. Durante la Primera Guerra Mundial, un jovencísimo recluta
ruso, tierno e ingenuo, pierde la vista durante el primer ataque alemán con el
terrible gas mostaza. Sus superiores deciden enviarlo a la retaguardia, pero el
muchacho –con una energía que recuerda a la del protagonista de “Balada de un
soldado” (1959), de Grigori Chujrái– se resiste a volver a su casa inválido y
derrotado y consigue que le asignen una tarea para la que está apto: escuchar y
detectar la llegada de aviones enemigos.
Con ese simple punto de partida,
Zolotukhin consigue un film de una rara belleza, que jamás idealiza la guerra o
estetiza la violencia, pero sin embargo es capaz de encontrar poesía en su
protagonista, un poco a la manera en que lo hacía el joven Andrei Tarkovski en
su opera prima, “La infancia de Iván” (1962). El sofisticado tratamiento visual
que Zolotukhin le da a la materialidad de los cuerpos y los rostros de los
soldados parece provenir en cambio de la serie de “Elegías” de Aleksandr
Sokúrov, que fue su maestro en su escuela de cine y que ahora es su productor,
a través de los estudios Lenfilm, de San Petersburgo.
“A Russian Youth” tiene a
su vez una particularidad: el relato propiamente dicho está intercalado –se
podría decir incluso “intervenido”–por el registro documental de los ensayos de
dos composiciones de Serguei Rachmaninoff, su potente concierto para piano de
1909 y sus Danzas sinfónicas, de los cuales se ven algunas imágenes y se
escuchan fragmentos, tanto de las obras en sí como de los preparativos de los
músicos y el director de orquesta. Lejos de distraer, ese diálogo que
Zolotukhin establece entre ambos planos eleva a la película a un estadio
superior y trae a la memoria el famoso “Alexander Nevski” (1938), donde Serguei
Eisenstein trabajó codo a codo con el compositor Sergei Prokofiev, al punto de
que algunas escenas del film fueron inspiradas por su música. Algo similar
parece suceder en “A Russian Youth”, una película que de la tradición hace
vanguardia. (Luciano Monteagudo)
Recomendada.
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