SEFF 2019. 16ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Sección Las Nuevas Olas.
Título original: County Lines. Dirección: Henry Blake. País: Reino Unido. Año: 2019. Duración: 90
min. Género: Drama.
Guion: Henry Blake. Fotografía: Sverre Sordal FNF. Montaje: Paco Sweetman. Música: James Pickering. Sonido: Ben Baird. Producción: Victoria Bavister, David Broder. Compañía Productora: Two Birds Entertainment, Loupe Films.
Sección Oficial del
Festival de Cine de Londres 2019.
Estreno en Sevilla: SEFF 2019 (Del 8 al 16
de noviembre de 2019)
Reparto:
Conrad Khan, Ashley
Madekwe, Harris Dickinson, Tabitha Milne-Price, Marcus Rutherford.
Sinopsis:
Una madre y su hijo de 14
años se ven envueltos en una complicada trama relacionada con la venta de droga
a nivel mundial, en la que además se trafica con menores de edad indefensos a
lo largo y ancho de Reino Unido.
Comentarios:
Para dar forma a su
primer largometraje como realizador, el cineasta británico de origen
neozelandés Henry Blake ha decidido utilizar como materia prima las
experiencias acumuladas a lo largo de años en su trabajo con jóvenes en
situación de riesgo, labor que sigue desempeñando a día de hoy. Se nota que
Blake conoce a la perfección el tema, nada resulta falso o impostado en “County
Lines”, cuyo estreno internacional (tras el mundial en el Festival de Londres)
tiene lugar estos días en la sección Las Nuevas Olas del 16° Festival de Cine
Europeo de Sevilla.
Cuando la película
empieza nos topamos de frente con Tyler (interpretado por un Conrad Khan al que
cualquier elogio se le queda corto), un adolescente con cara de pocos amigos a
la que una mujer que no vemos pero sí oímos le explica que, en el negocio en el
que está envuelto últimamente, a nadie le importa lo más mínimo lo que pueda
ocurrirle. Enseguida, la cinta viaja atrás en el tiempo para contarnos qué es
exactamente lo que ha llevado al chaval a esa situación. Vemos que Tyler es un
joven normal de cualquier barrio obrero inglés, vive con su madre (encarnada
con brillantez por Ashley Madekwe) y su hermana pequeña (una joven y
sorprendentemente carismática Tabitha Milne-Price) en un humilde apartamento y
acude a un instituto en el que las cosas no van tan bien como deberían.
La situación del
protagonista es cuanto menos complicada, la violencia le rodea y no vislumbra
luces de esperanza en el horizonte. Es entonces cuando aparece en escena Simon
(un convincente Harris Dickinson), un gángster local que busca jóvenes que le
sirvan de mula en el negocio de contrabando de drogas que maneja. Es ahí cuando
empieza la espiral de decadencia de Tyler, que Blake describe sin escatimar
detalles, pero consiguiendo no caer nunca en el sensacionalismo barato ni en el
sentimentalismo manipulador. Es más, lo retrata todo con una franqueza, una
sensibilidad y un respeto por los personajes, que no nos deja otra opción que
sumergirnos de lleno en lo que vemos, dejándonos atrapar por la historia y los
seres humanos que la protagonizan.
Es prácticamente
imposible encontrar defectos en este trabajo. Los escenarios por los que
deambulan los personajes resultan tan reales que estremecen, la luz tenue obra
de Sverre Sørdal que ilumina cada uno de los planos consigue crear una atmósfera
opresiva que deja sin aliento y el uso sutil e inteligente de la música
(responsabilidad de James Pickering) sirve para multiplicar la emoción en los
momentos más intensos del metraje. Es una alegría descubrir el talento de un
nuevo cineasta cuyo trabajo destila honestidad y compromiso, al que no es
difícil relacionar con la tradición del cine social británico que tiene en Ken
Loach a una figura totémica. Sin embargo, Blake demuestra tener una mirada
propia y una forma de contar original que le permiten brillar sin necesidad de
comparaciones y que, al mismo tiempo, nos obligan a permanecer atentos a sus
próximos pasos como cineasta. (Cristóbal Soage)
Recomendada.
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