sábado, 9 de noviembre de 2019

Madre (Rodrigo Sorogoyen, 2019)


SEFF 2019. 16ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Sección Oficial. Película de Inauguración.


Título original: Madre. Dirección: Rodrigo Sorogoyen. País: España. Año: 2019. Duración: 130 min. Género: Drama.  
Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen. Fotografía: Álex de Pablo. Montaje: Alberto del Campo. Música: Olivier Arson. Sonido: Nicolas Mas, Fabiola Ordoyo. Producción: María del Puy Alvarado, Ibon Cormenzana, Rodrigo Sorogoyen, Ignasi Estapé, Thomas Pibarot, Jean Labadie, Anne-Laure Labadie, Jérôme Vidal. Compañía Productora: Malvalanda, Caballo Films, Arcadia Motion Pictures, Amalur Pictures, Le Pacte, Noodles Production.
Mejor Actriz en la Sección Orizzonti del Festival de Venecia 2019.
Estreno en Sevilla: SEFF 2019 (Del 8 al 16 de noviembre de 2019)

Reparto:
Marta Nieto, Jules Porier, Alex Brendemühl, Anne Consigny, Frederic Pierrot.

Sinopsis:
Elena (Marta Nieto) perdió a su hijo Iván, de seis años, en una playa de Francia. Ahora Elena vive en esa playa y está empezando a salir de ese oscuro túnel donde ha permanecido anclada todo este tiempo.

Comentarios:
Dos personajes, un único espacio y una llamada de teléfono que lo cambia todo. Madre, pese a su estatus de cortometraje, se trataba de una escena sin cortes, ni principio ni final. Cabe imaginarse que, ante una premisa tan potente, Sorogoyen, de mente inquieta, no tardó en elucubrar posibles continuaciones de la historia. Había que convertir el juego de casi veinte minutos en una película propia. El reto no era fácil y, tras visionar el largo resultante, impera la sospecha de que el director de “El reino” nunca supo exactamente en qué dirección llevar la debacle emocional de una madre que, a su pesar, ha dejado de serlo.
La cámara de Álex de Pablo sigue a la protagonista como quien va tras los pasos de un fantasma, con planos que unen la majestuosidad del paisaje costero con la intimidad de una mujer herida. Sorogoyen apela al drama pero sobre todo al thriller, con una puesta en escena y una apuesta bilingüe bastante inusual en nuestra cinematografía. El misterio se mantiene intacto e incómodo durante gran parte del metraje, pero al final la narración hace suya la desazón de su protagonista: languidece, titubea, casi agoniza. La extrañeza gana a la emoción. El efectismo de sus escenas, concebidas como set pieces tensas, se impone al desgarro. Y entre todo ello, destaca la mirada de un Sorogoyen que sigue y persigue a Marta Nieto, una actriz que carga en sus espaldas toda la película, para salvarla y para evidenciar todas sus flaquezas.
Se agradece el empaque europeo de la propuesta pero “Madre”, contra todo pronóstico y a nuestro pesar, es sin duda el título menos satisfactorio de Sorogoyen. Una película que recordaremos como aquello que siempre fue desde su concepción breve: un escalofrío en el espinazo, una nebulosa anómala, la calma aparente tras la tormenta inexplicable. “Madre”, versión 2019, por recato, por incapacidad de sus responsables o por motivos que se escapan a nuestro entendimiento, es la dilatada promesa de un clímax que nunca llega. Decepción con matices. Aunque a lo mejor lo que quería Sorogoyen era precisamente eso: filmar la larga travesía hacia la nada, estirar todavía más los puntos suspensivos. Hacer suyo, tal vez, el discurso de la Julieta almodovariana de "tu ausencia llena mi vida por completo y la destruye". (Xavier Vidal)
Recomendada (con reservas).



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