miércoles, 8 de junio de 2022

En un muelle de Normandía (Emmanuel Carrère, 2021)

 


Título original: Le Quai de Ouistreham. Dirección: Emmanuel Carrère. País: Francia. Año: 2021. Duración: 106 min. Género: Drama.

Guión: Emmanuel Carrère, Hélène Devynck (basado en la novela de Florence Aubenas). Fotografía: Patrick Blossier. Música: Mathieu Lamboley. Montaje: Albertine Lastera. Producción: Olivier Delbosc, Juliette Binoche, David Gauquié, Jean-Luc Ormières, Julien Deris, Émilien Bignon.

Premio del Público al Mejor Film Europeo en el Festival de Cine de San Sebastián 2021.

Estreno en España: 28 enero 2022.

 

Reparto: Juliette Binoche (Marianne Winckler), Didier Pupin (Cédric), Emily Madeleine (Justine), Patricia Prieur (Michèle), Evelyne Porée (Nadège), Hélène Lambert (Christèle), Léa Carne (Marilou), Louise Pociecka, Steve Papagiannis, Aude Ruyter, Jérémy Lechevallier, Kévin Maspimby, Faïçal Zoua, Arnaud Duval, Nathalie Lecornu, Joël Graindorge, Clémentine Tehua.

 

Sinopsis:

Marianne Winckler, una reconocida autora, decide escribir un libro sobre la precariedad laboral viviendo esta realidad de primera mano. Para ello, ocultando su identidad, consigue trabajo como limpiadora en un pueblo de Normandía, al norte de Francia, y descubre una vida ignorada por el resto de la sociedad en la que cada euro ganado o gastado importa. Pese a la dureza de la experiencia, la solidaridad entre compañeros crea fuertes lazos de amistad entre Marianne y ellos. La ayuda mutua conduce a la amistad y la amistad a la confianza pero ¿Qué pasa con esta confianza cuando la verdad sale a la luz?

 

Comentarios:

En Corredor sin retorno (Samuel Fuller, 1963), un periodista cuerdo ingresaba voluntariamente en un psiquiátrico con el objetivo de ganar el premio Pulitzer contando la brutal experiencia. Se volvió loco y, por supuesto, no obtuvo el galardón. En Los viajes de Sullivan (Preston Sturges, 1941), un director de cine de evasión, obsesionado por hacer una gran película sobre la miseria y el sufrimiento, recorría disfrazado de vagabundo los pueblos más desfavorecidos de los Estados Unidos de la Gran Depresión para conocer de primera mano la sensación y lograr su trascendente obra magna. Acabó desechando la idea de hacer la mejor tragedia rodada nunca y decidió filmar una comedia que hiciese reír a la gente.

Los trabajos de investigación sobre el terreno, los que tienen más que ver con la infiltración que con la observación, no siempre salen como se espera. Al menos en el cine. Seguramente porque hay en ellos una arrogancia, ya sea social o intelectual, que hace que no baste con el disfraz y el oficio para imitar, y aún más para comprender, una situación personal inimaginable para el altivo. Algo de eso puede haber también en el ejercicio llevado a cabo por Florence Aubenas, la periodista y reportera de guerra que se infiltró en un batallón de mujeres de la limpieza tras la crisis de 2008, sin que sus compañeras conocieran su verdadera identidad ni sus objetivos, para acabar describiendo en El muelle de Ouistreham su inmersión en la clase trabajadora y su labor de exploración y de denuncia de sus penosas condiciones laborales. Al menos ella logró un éxito rotundo y su libro se convirtió en superventas.

En un muelle de Normandía, adaptación cinematográfica del texto de Aubenas, viene además con la firma de alguien acostumbrado a las pesquisas y a la novela de no ficción: Emmanuel Carrère, reciente premio Princesa de Asturias de las Letras, formidable autor de, entre otros libros, El adversario y Limónov, del que quizá parte de los lectores desconocieran su faceta cinematográfica como director, esporádica y menor si la comparamos con la literaria —apenas dos películas anteriores, una ficción y un documental, y la última, de hace 16 años—, pero de particular brío: la adaptación de El bigote (2005), su novela de 1986, no editada en España hasta 2015, es una soberbia película de corte kafkiano, perturbadora en su cotidianidad enajenada, sobre la crisis de identidad, la demencia y el desencuentro sentimental. Pero nunca se estrenó en España.

Hay, por tanto, una lógica evidente en que haya sido Carrère quien se encargue de las tribulaciones de Aubenas, con la siempre perfecta Juliette Binoche en el frente interpretativo, acompañada además, como en Nomadland —otra reciente adaptación cinematográfica de una labor investigadora—, de una corte de trabajadoras de la limpieza reales ajenas a la actuación; dos de ellas, de hecho, interpretándose a sí mismas. El resultado es una película que durante al menos dos tercios de su relato se presenta auténtica y desoladora, mostrando la impotencia de las de abajo frente a la sinrazón de los de arriba, y el respeto y la solidaridad mutuos en un universo laboral que no admite descansos. 230 camas a cuatro minutos por cama, en el ferry que atraviesa el Canal de la Mancha.

Sin embargo, el último trecho de la película, el del descubrimiento por parte de sus compañeras, resulta algo atropellado. Sin la profundidad ni la reflexión necesarias, a esa coda del encontronazo social entre lo genuino y lo impostado le falta una conversación más desarrollada y le sobra sutileza. Sobre todo, porque detrás de ese nebuloso reencuentro entre las dos amigas de trabajo, y su ausencia de veredicto, que queda para el espectador, lo que puede esconderse es el complejo de culpa y la mala conciencia por haberse adueñado de unas vidas ajenas. (Javier Ocaña)

Recomendada (con reservas).



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