Título
original: Le discours. Dirección: Laurent
Tirard. País: Francia. Año: 2020. Duración: 89 min. Género:
Comedia.
Guión: Laurent Tirard (basado en
una novela de Fabrián Caro). Fotografía:
Emmanuel Soyer. Música: Mathieu
Lamboley. Producción: Les Films sur
mesure, Le Pacte, France 2 Cinema, Scope Pictures.
Fecha del estreno: 4 Febrero 2022 (España)
Reparto: Benjamin Lavernhe, Sara
Giraudeau, Kyan Khojandi, Julia Piaton, François Morel, Guilaine Londez, Sébastien
Chassagne, Sarah Suco, Marilou Aussilloux, Christophe Montenez, Adeline
D'Hermy, Laurent Bateau, Jean-Michel Lahmi, Sébastien Pouderoux, Jules Lachaux,
Chloé Guillossou, Niels Tolila, Fabienne Galula, Jean Francois Rottier,
Alexandre Picot.
Sinopsis:
Adrien tiene 35 años, es
neurótico e hipocondríaco y está estancado en una crisis de madurez. Durante
una cena con su extensa familia, su novia no contesta sus mensajes y su
estúpido cuñado le pide que se encargue de hacer el discurso de su boda. ¿Qué
podría ir peor?
Comentarios:
Podría calificarse esta película dirigida por Laurent Tirard como ‘una comedia inteligente’, y lo de francesa casi sobra; se trata de aprovechar una situación y un escenario único, una cena familiar en la que la hermana y el cuñado del protagonista le piden que haga el discurso en su inminente boda. La cámara apenas sale de la cabeza del personaje, un tipo neurótico, lleno de manías y limitaciones y que nos irá contando (visualizadas, comentadas) su relación con el mundo, con el amor y con esos personajes de enfrente, padres, hermana y cuñado, lo cual va describiendo llenas del fragor de su cabeza y de un sentido del humor diluido en maldad.
El propio guion de Tirard, que proviene de una obra de un dibujante de cómic francés (Fabrian Caro), le saca partido a situaciones inevitablemente cómicas, como los ‘momentos cuñado’ o a las frases maternales del tipo ‘hoy también vienes sin pareja’, y el plano aprovecha las enormes cualidades del rostro del actor Benjamin Lavernhe para que la timidez, la cortedad, la exageración y la gracia irónica expresen al tiempo lo ridículo de esas situaciones.
No le cuesta excesivo trabajo al actor mantener al público cerca de sus opiniones y visiones sobre la estupidez, o cosa parecida, tan sutilmente incrustada en el paisaje general.
Quizá le pesa algo a la película ese hecho aparente de no progresar, de limitarse a una cuestión y a un escenario principales, pero ahí está ‘lo inteligente’ de esta comedia que se resuelve con un monólogo ingenioso, con unos diálogos bien afilados (y también romos con gracia) y con unas buenas interpretaciones de los cargantes clichés familiares. (Oti Rodríguez Marchante)
Recomendada (con reservas).
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