domingo, 5 de junio de 2022

Banda Sonora Original: La carta final

 

 

George Fenton tuvo, en su música escrita para "84 Charing Cross Road" (La carta final), la oportunidad de sentar los cimientos de un estilo tremendamente particular, muy rico en sencillas melodías, tierno y lírico a la par, con un romanticismo evocador huérfano de mayores pretensiones que las de perfumar sutilmente las escenas del filme. Prometedor inicio en un largo camino lleno de altibajos y llanuras.

 

Lamentablemente, la suerte de esta producción inglesa en los EE.UU. -a pesar de tener cierto prestigio en su tierra natal-, fue más bien ridícula y pasó a engrosar la lista de grandes películas olvidadas. Así las cosas, es más fácil reconocer a Fenton en sus obras maestras para el género documental -"Deep Blue" (Andy Byatt, 2003) y "The Blue Planet" (Alastair Fothergill, 2001)-, o en su acercamiento personal a la épica romántica -"In Love and War" (Richard Attenborough, 1996) o "Anna & The King" (Andy Tennant, 1998)-, que no por esta obra que nos ocupa, francamente atrayente por otro lado.

 

No en vano, veremos a lo largo de la reseña cómo la composición ofrece un agradecido ejercicio melódico, con sutiles pinceladas de elementos románticos, melodramáticos e incluso de música jazz, que harán las delicias de muchos aficionados a la música de cine. "84 Charing Cross Road" es, a todos los efectos, un claro ejemplo de cómo una película repudiada por la crítica -en este caso, la americana- oculta entre sus virtudes el incipiente talento del compositor asociado a la misma.

 

La cinta sitúa la acción en dos continentes: el Americano progresista, con un crecimiento espectacular y en dónde emergen nuevos movimientos culturales; y el decadente Británico, perpetrado a la ruina por la posguerra de los años 50. La escritora americana Helene Hanff (Anne Bancroft), una triunfadora vencida por la soledad ante la pérdida de su marido en la guerra, establecerá contacto epistolar con el vendedor inglés de libros descatalogados Frank P. Doel (Anthony Hopkins), luchador y resignado padre de familia que trabaja para la librería Marks & Co.. Una singular y sencilla trama que navegará desde el simple pedido a la carta más sincera y llena de buenos deseos. Largometraje inteligente, frío y genialmente entristecido, acompasado para marcar la distancia de forma efectiva con la tensión y el anhelo constante de ver cumplido el sueño de los dos protagonistas; pero filme que, a pesar de gozar de una estupenda realización a cargo de David Hugh Jones, no logra arremeter plenamente contra los sentimientos del espectador.

 


Película del año 1986 que vio cómo su banda sonora se editaba por parte del sello inglés That´s Entertainment Records en formato LP. Es ahora la casa Varese en su formato "CD Club", quién remasteriza la otra edición en vinilo sobre la que ostentaba los derechos, para ofrecer al aficionado y seguidor de Fenton idéntico producto en compacto.

 

Fiel al guión, el compositor inglés elabora una partitura desnuda de cualquier exaltación sinfónica, entregada a suaves vientos para espolvorear ese aire evocador, de penuria y de sutil drama que enturbia la trama, y que en su escasa -pero selecta- orquestación encuentra el quid de la cuestión, dotando al metraje de un aire de soledad, de lejanía entre los dos protagonistas que comulga perfectamente con las intenciones del realizador. Al respecto, conviene destacar ese trabajo de acercamiento de los personajes por parte del compositor de "Memphis Belle", sujeto en todo momento, desde su humildad y buen gusto musical, a las exigencias fílmicas; al igual que resulta digno de destacar el milimétrico aire que aplica a la América de los 60 con esa incipiente cultura jazz.

 

El score presenta dos vertientes claramente diferenciadas: un elemento melódico para dibujar los momentos más oníricos y dramáticos del largometraje, y otro bloque con toques de jazz para dotar a la escritora y a su ciudad de un cierto aire cosmopolita y moderno. Así las cosas, en la primera parte del tracklist se sitúan los cortes más íntimos y profundos, y allá por su ecuador arrancan los temas en clave jazzística.

 


 

George Fenton acierta al despojar a los protagonistas de un leitmotiv que ahonde en lo profundo de cada uno de ellos, centrándose básicamente en describirnos el entorno de los mismos y la relación existente entre ambos. Así en primer lugar, cabe destacar un motivo asociado a la Nueva América, en donde se vale de cortes como "The Subway" o "Business as Ususal" con ese aire jazz comentado; al igual que otro motivo para la Inglaterra sumida en la desesperación de la posguerra, dibujando un ambiente desolador en pistas como "Marks And Co.". El ritmo a base de metales en las primeras, y los lánguidos violines y emotivas melodías a vientos en las segundas, dan la justa forma a este interesante bloque de tracks.

 

Otro motivo en el que acierta George Fenton es aquel con el que dota a la protagonista de una frase musical socarrona, asociada al "humor negro" propio del contenido de sus cartas. En el corte "Helene´s First Letter", encontramos a trompeta esta sencilla melodía a la que también imprime un toque de misterio, al ir alternando ritmos e instrumentación con un cariz intrigante, representado principalmente por el piano. Una resultona revisitación de la misma, con envoltorio jazzístico de tono más alegre y juguetón, la hallamos en "Day Dream", en donde unos fantásticos metales se entregan a la pegadiza melodía de marras.

 

El protagonismo de la historia, tanto en la película como en la banda sonora, recae principalmente sobre la relación que mantienen, por un lado la "hambrienta" lectora americana, y por otro los dependientes de Marks & Co, liderados por el Sr. Frank P. Doel. Una relación divertida, radiante, que transmite ese halo de entusiasmo por ver cumplida una pasión y que a la postre es a la que Fenton entrega la capitanía de su obra. Pistas como la bucólica "Book of Love Poems" dan cuenta de un motivo que ahonda en el elemento de anhelo sujeto a ambos lados del Atlántico, fielmente logrado a base de un ambiente lírico y cautivador aderezado con los glissandos de las arpas, arropado bajo finas telas de dramatismo.

 

En la misma línea que el anterior, el oyente podrá deleitarse con el highlight del disco y que a la postre pone el broche de oro a la película: "Pilgrimage - Helene And Frank", sobrecogedora melodía de aire un tanto trágico, en la que Fenton sabe compaginar la ambigüedad de un nocivo suceso con la alegría de la consecución de un imposible. Lástima que la oscuridad de la película y la tan distanciada relación entre los protagonistas, no reconduzcan estas notas a consumarse en un clímax pleno con el espectador.

 

"84 Charing Cross Road", siendo uno de los primeros trabajos con trascendencia del compositor británico, resulta sin duda una partitura de intachable calidad, de la que sólo me resta recomendar su adquisición, máxime teniendo en cuenta los agradables momentos que atesora al oyente en su escucha aislada. (Raul Garcia)

 

Os dejamos con el tema "Tread Softly" de esta maravillosa Banda Sonora Original. 

 


 

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