Título original: Les intranquilles. Dirección: Joachim Lafosse. País: Bélgica. Año: 2021. Duración: 118 min. Género: Drama.
Guión: Lou Du Pontavice, Juliette Goudot, Joachim Lafosse, Chloé Leonil, Anne-Lise Morin, François Pirot. Fotografía: Jean-François Hensgens. Música: Olafur Arnalds. Montaje: Marie-Hélène Dozo. Producción: Anton Iffland Stettner, Eva Kuperman, Jani Thiltges.
Sección Oficial del
Festival de Cannes 2021.
Fecha del estreno: 11 Febrero 2022
(España)
Reparto: Leïla Bekhti, Damien
Bonnard, Luc Schiltz, Larisa Faber, Elsa Rauchs, Jules Waringo, Joël Delsaut.
Sinopsis:
Leïla y Damien se quieren
con locura. Ambos luchan por mantener unida a la familia a pesar de la
bipolaridad de Damien. Ninguno se rinde, aunque él sabe que nunca podrá
ofrecerle lo que ella desea.
Comentarios:
No hay cineasta
actualmente en el mundo que haya intentado radiografiar la locura en el entorno
familiar con el tesón, el brío, la crudeza y la verdad que el belga Joachim
Lafosse. Sus películas son escarpadas montañas de sencilla exposición y enorme
complejidad moral, que colocan al espectador ante tesituras de irresoluble
respuesta. Uno no sabe si emocionarse, profundizar en un mundo que desconoce o
salir pitando del cine a tomar un poco de aire fresco ante tamaña muestra del
sufrimiento personal y colectivo.
En Un amor intranquilo —el título original, Les intranquilles, quizá sea más directo y certero en su
concepción—, presentada en la sección oficial a concurso del festival de Cannes
de 2021, centra su mirada en un pintor de cierto éxito, en su esposa y en su
hijo. Núcleo familiar acogotado en todo momento por la conducta del
protagonista: volcánica, de personalidad apabullante, incauto, incansable para
cualquier actividad que se proponga, ya sea pintar, cocinar, nadar o arreglar
cosas a horas intempestivas. Un ser humano al que la cabeza no le deja parar.
Lafosse narra su relato
con una cadencia tranquila dentro del evidente nervio de su interior,
dosificando la información a cuentagotas: “Está volviendo a empezar”, le dice
su esposa, pasado ya un buen trecho de historia. “No quiero que empiece otra
vez”, le repite un poco más tarde. Hasta entonces, solo se ha visto casi de
refilón una visita a un psiquiátrico velada por una elipsis. Los datos son
mínimos, y la revelación de su enfermedad no llegará hasta bastante después. El
peso del pasado está ahí. El presente es de un desasosiego descorazonador. Y el
futuro, directamente, no existe. La oscuridad se cierne de nuevo sobre su
mente, y sobre las vidas de los que le rodean. Pero, ¿qué es realmente esa
oscuridad?
De una violencia
soterrada por momentos insoportable, Un
amor intranquilo retrata a un buen hombre y al ser doliente que lleva
dentro de su cabeza. Padre, madre e hijo, de unos 10 años, se quieren a rabiar,
pero en semejantes circunstancias se hace difícil amar con comodidad, con
naturalidad. Damien Bonnard, uno de los intérpretes de moda en Francia, al que
últimamente hemos visto grandes trabajos en Solo
las bestias, El oficial y el espía y
Los miserables, compone una soberbia
interpretación en la que debe aunar lo físico (la totalidad de su cuerpo), lo
gestual (el rostro) y lo vocal (los cambios en la voz). A su lado, la magnífica
Leïla Bekhti es la mujer rotundamente enamorada que ya no puede más: por
cansancio, por hastío, por temor.
Las personalidades al
margen en el cine de Lafosse han sido constantes: los cainitas hijos de
Isabelle Huppert en Propiedad privada
(2006); la madre encarcelada en su propia casa de Perder la razón (2012); el activista por los derechos humanos de Los caballeros blancos (2015); los
desenamorados de Después de nosotros
(2016); la angustiosa madre de Continuar
(2018), todas ellas estrenadas en España. Traumas familiares entre padres e
hijos, narrados con férrea convicción. El abismo aparece a cada paso de la
notable Un amor intranquilo. También
la pena y, por supuesto, el miedo. Pero lo que siempre permanece en ella es la
piedad. (Javier Ocaña)
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