viernes, 29 de abril de 2022

Otro país (Marek Kanievska, 1984)

 

Título original: Another Country. Dirección: Marek Kanievska. País: Reino Unido. Año: 1984. Duración: 90 min. Género: Drama.

Guión: Julian Mitchell (basado en la obra de Julian Mitchell). Música: Michael Storey. Fotografía: Peter Biziou. Montaje: Gerry Hambling. Producción: Alan Marshall, Robert Fox.

Sección Oficial del Festival de Cannes 1984. Tres nominaciones a los Premios BAFTA 1984.

Fecha del estreno: 24 Mayo 1985 (España)

 

Reparto: Rupert Everett (Guy Bennett), Colin Firth (Tommy Judd), Cary Elwes (James Harcourt), Michael Jenn (Barclay), Robert Addie (Delahay), Rupert Wainwright (Donald Devenish), Tristan Oliver (Fowler), Adrian Ross Magenty (Wharton), Geoffrey Bateman (Yevgeni), Philip Dupuy (Martineau), Guy Henry (Head Boy), Jeffry Wickham (Arthur), John Line (Best Man), Gideon Boulting (Trafford).

 

Sinopsis:

En los años 30, dos jóvenes entablan amistad en un colegio británico de clase alta. La homosexualidad del uno y las ideas marxistas y revolucionarias del otro, los convertirán en unos "outsiders" en el marco de férrea disciplina victoriana del internado. Años después, se convertirán en espías de la Unión Soviética, usando como tapadera su condición de funcionarios del Gobierno Británico.

 

Comentarios:

¿Cuál es ese otro país al que hace referencia el título? No se trata de la URSS, aunque el destino de los protagonistas nos lo sugiera. Ese otro país era un lugar ideal, un sueño adolescente que sólo existía en las mentes de Guy Bennett y Tommy Judd, compañeros de escuela en una distinguida public school, es decir un colegio privado. Para Bennett, el futuro era un París idealizado en el que podría vivir su homosexualidad provocadora, artísticamente, haciendo de la existencia una creación estética; para Judd no se trata de París, sino del paraíso, del porvenir preconizado por Lenin y que muy poco tiene que ver con la sórdida habitación moscovita en la que arranca el filme antes de que un larguísimo flash back devuelva al espectador a Inglaterra.

Another country pasó por el festival de Cannes de 1984 de forma discreta. Se trata de una película demasiado convencional -el adjetivo en este caso no tiene connotación peyorativa- para despertar el entusiasmo festivalero, poco amante de las narraciones clásicas y un poquito académicas.

Vista ahora, con ojos liberados de la obsesión por el descubrimiento de cineastas exóticos, Another country es una cinta más que satisfactoria que se beneficia de su bien estructurado guión -el origen es una obra teatral del propio guionista-, de un buen tema -los entresijos del servicio de espionaje británico ya han servido de base para otras obras de éxito-, de la solidez industrial con que el proyecto se ha convertido en película -fotografía excelente, inmejorable dirección artística, actores espléndidos, etcétera- y de la adecuación del estilo narrativo a la materia a tratar.

A fin de cuentas, el academicismo de Kanievska forma parte de ese entorno agobiante del que quieren huir los personajes, hartos de una sociedad reglamentada en la que se admiten todos los pecados si éstos no alteran la plácida y bien ordenada superficie de las cosas. Bennett es un dandy que no soporta la mediocridad, la hipocresía. Su elección política -se convertirá con los años en espía al servicio de la URSS- no es fruto de su pasión homosexual -ama a Harcourt, no a Judd- ni de sus convicciones políticas, sino de su desprecio hacia todo lo que representan la public school y sus disciplinados compañeros, y del orgullo herido por el hecho de haber sido preterido a la hora de repartir determinados cargos dentro de la jerarquía estudiantil.

Hasta ahora, el cine sobre espías acostumbraba a mostrarnos a éstos en el momento del trabajo, convertidos ya en oscuros héroes del romanticismo contemporáneo, en magnificación del burócrata. En Another country, siguiendo con el proceso de exculpación o comprensión de los casos de Philby y compañía, lo que vemos es hasta qué punto un país y unas instituciones pueden fomentar el deseo de huida, la necesidad de traición como acto de libertad. (Octavi Martí)

Recomendada.




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