domingo, 3 de abril de 2022

Mitomanía... Montgomery Clift

 

 

De los tres míticos rebeldes que el cine americano alumbró en la década de los cincuenta, Montgomery Clift fue tal vez el más intransigente, pero también el más vulnerable.

Nacido en Omaha, Nebraska, el 17 de octubre de 1920, su infancia, marcada por una madre autoritaria que soñaba con recuperar lustres pasados, transcurrió desconectada de la realidad, entre profesores particulares y estancias en Europa, para aprender idiomas. Precisamente uno de sus tutores, ex actor, le ofreció la primera oportunidad de subir a los escenarios cuando Monty contaba solamente trece años. A partir de entonces, el jovencísima actor iniciará una continuada y aplaudida carrera teatral en Broadway, que le conducirá a Hollywood.

Reservado, individualista, hipersensible, atormentado…, sus brillantes interpretaciones en Río rojo, Un lugar en el sol, Yo confieso o De aquí a la eternidad le consagraron como uno de los actores con más recursos expresivos, e indudablemente como una estrella con luz propia. Pero su tragedia personal, similar a la que acabó con la vida del legendario James Dean, pulverizó tan halagüeños comienzos.

La defensa casi obsesiva de su independencia y su intimidad, y el sistemático ocultamiento de sus inclinaciones homosexuales, en aquella época inconfesables para cualquier figura pública, terminaron por desquiciar una naturaleza débil y precaria, minada además por el alcohol y los fármacos.

Durante el rodaje de El árbol de la vida, un accidente de coche desfiguró su rostro y estuvo a punto de acabar con todo. Pero el destino de Monty no era desaparecer en plena gloria como su discípulo James Dean. Recuperado de sus heridas, su carrera prosiguió con discretos éxitos y más voluntad que convicción, mientras su salud empeoraba por momentos, agravada por el aceleramiento del proceso autodestructivo del actor.

“El más lento suicidio de Hollywood” terminaría el 24 de julio de 1966, cuando Monty fue encontrado muerto de un ataque al corazón.

 

 


Filmografía esencial.

 

·        1948: Los ángeles perdidos; Río rojo.

·        1949: La heredera.

·        1950: Sitiados.

·        1951: Un lugar en el sol.

·        1953: Yo confieso; De aquí a la Eternidad; Estación Término.

·        1957: El árbol de la vida.

·        1958: El baile de los malditos.

·        1959: Lonelyhearts; De repente, el último verano.

·        1960: Río salvaje.

·        1961: Vidas rebeldes; ¿Vencedores o vencidos?

·        1962: Freud.

·        1966: El desertor.

 

 


Vamos a recordar a Montgomery Clift en una famosa escena de “Rio rojo” (Howard Hawks, 1948), acompañado del actor John Ireland. Este filme consigue enseñarnos a amar el nostálgico y épico género del western. El maestro Hawks contó con un reparto inmejorable -en el que destaca el descubrimiento del gran Montgomery Clift, que debutó ese año- para dar vida a unos vaqueros que conducen el ganado en un largo viaje de millas y polvo, de aventuras y cambiantes relaciones humanas. De entre los clásicos del western, sin duda uno de los mejores.

 


 

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