Título
original: Lara. Dirección: Jan
Ole Gerster. País: Alemania. Año: 2019. Duración: 98 min. Género:
Drama.
Guión: Blaz Kutin. Fotografía: Frank Griebe. Música: Arash Safaian. Montaje: Guillaume Guerry, Isabel Meier.
Producción: Marcos Kantis, Martin
Lehwald, Michal Pokorny.
Premio especial del
jurado y Mejor actriz (Corinna Harfouch) en el Festival de Karlovy Vary 2019.
Sección oficial del Festival de Valladolid (Seminci 2019). Nominada a Mejor
Película 2019 en los Premios del Cine Alemán.
Estreno en Sevilla: 17 Julio 2020
Reparto: Tom Schilling (Viktor
Jenkins), Maria Dragus (Clara), Corinna Harfouch (Lara Jenkins), Johann von
Bülow (Policía Fauser).
Sinopsis:
Es el 60 cumpleaños de
Lara, a quien no le faltan motivos para celebrarlo: su hijo Viktor va a dar el
concierto de piano más importante de su carrera. Ella fue quien proyectó y guió
su trayectoria musical, pero llevan varias semanas sin hablar y nada parece
indicar que Lara será bienvenida en su debut como intérprete profesional. Sin
pensárselo dos veces, compra todas las entradas que quedan a la venta y las
distribuye entre cuantos se va encontrando. Pero cuanto más se esfuerza para
que la velada sea un éxito, más se descontrola todo.
Comentarios:
Pocos clichés femeninos
han sido tan exprimidos como el de la madre castradora y claustrofóbica. Sin
embargo, la visión de la maternidad como una oscura sombra de poder casi
siempre se ha tratado desde el punto de vista masculino. La profesora de piano, dirigida por el alemán Jan Ole Gerster,
ofrece una variante que llena de originales matices el punto de vista de la
madre. Ella es Lara, una expianista frustrada por el fracaso de una carrera
que, suponemos, estuvo sujeta a un enorme grado de autoexigencia. Una mujer que
ha sido incapaz de reprimir ese mismo rigor y crítica en la educación musical
de su hijo. La película ocurre en una sola jornada, la del debut del heredero
de su talento, un emergente pianista y compositor al que le ha llegado la
puesta de largo el mismo día que su madre cumple 60 años.
Con una rigidez física a
lo Isabelle Huppert y un soterrado humor que le da una fragilidad y un
movimiento muy especial a su personaje, la actriz Corinna Harfouch logra
sostener cada plano con un trabajo que lidia con enorme ternura con instintos
muy poco encomiables. Un personaje antipático y torpe en sus decisiones pero
bañado del íntimo misterio que vamos descubriendo poco a poco. Una mujer
condenada a la soledad, a deambular sola por las calles sin que el espectador
se adentre demasiado en su biografía. En su ansiedad y malhumor, incluso en su
rictus y peinado, intuimos errores como los de tantas otras que fueron
sepultadas por esa necesidad de perfección que mina cualquier autoestima.
Porque La profesora de piano es la
historia de una madre feroz incapaz de soportar el miedo al fracaso de un hijo
en el que se ve fatalmente reflejada, pero a la vez es el retrato de una mujer
cuyo exceso de celo y protección ocultan una herida que sigue supurando, tan
letal como común. Un dolor sublimado con una férrea disciplina musical hacia
ese hijo que se enfrenta al descubrimiento de una triste paradoja: para ser el
pianista que quiere su madre no lo queda más remedio que huir de ella. (Elsa Fernández-Santos).
Recomendada.
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