Título original: El príncipe. Dirección: Sebastián Muñoz. País: Chile. Año: 2019. Duración: 96
min. Género: Drama.
Luis Barrales, Sebastián
Muñoz (Guión), Enrique Stindt (Fotografía), Ángela Acuña (Música), Danielle Fillios (Montaje), Guido Deniro (Sonido) Carolina Espina (Vestuario), Claudia Gallardo (Dirección artística), El Otro Film
(Chile), Niña Niño (Chile), Le Tiro (Argentina), Be Revolution Pictures
(Bélgica) (Producción).
Premio Queer Lion en el Festival de Venecia
2019.
Mejor contribución
artística (ópera prima) en el Festival de La Habana 2019.
Estreno en España: 10 enero 2020
Reparto: Alfredo Castro ("el
Potro"), Juan Carlos Maldonado (Jaime "el Príncipe"), Gastón
Pauls ("Che Pibe"), Sebastián Ayala (el abandonado), Lucas Balmaceda
(Dany, "el Rucio"), Cesare Serra ("el Gitano"), José
Antonio Raffo (el gendarme López), Paola Volpato (Elena), Catalina Martin (Mónica),
Jaime Leiva, Nicolás Zárate, Paula Zúñiga.
Sinopsis:
San Bernardo, 1970. En
una noche de borrachera Jaime, un veinteañero solitario y narcisista, acuchilla
a su mejor amigo en un aparente arrebato pasional. Condenado a prisión conoce a
El Potro, un hombre mayor y respetado, a quien se le acerca develando una
profunda necesidad de cariño y revelando, a la vez, su feroz deseo de
reconocimiento. Juntos establecen una estrecha relación de “amor negro”, como
le llaman en la cárcel, lo que le permitirá a Jaime, ahora “El Príncipe”,
descubrir los afectos y lealtades, enfrentando al mismo tiempo las luchas de
poder tras las rejas.
Comentarios:
A estas alturas de la
película y a fuerza de reiteración, el estereotipo carcelario del guapo joven
recién llegado a la prisión, a merced de la aristocracia criminal del lugar y
sodomizado por el repulsivo jefe del clan provoca infinita pereza. Y sin
embargo, el chileno Sebastián Muñoz se las compone para escapar de lo rutinario
gracias a una factura técnica y artística cuidadísima, de una bella sordidez,
que hace que El príncipe, su primer largometraje
en solitario, con peligrosa tendencia a lo soporífero en su fondo, apunte al
menos cierto estilo.
Ambientada en 1970, pero
con nulo interés en la compleja situación política de Chile por parte de Muñoz,
la película se despliega mejor como obra conceptual que como trabajo puramente
narrativo. Una idea en la que incide la utilización de la banda sonora, con una
música de Ángela Acuña lejos de lo convencional y una tremenda versión de Ansiedad, mítico tema del venezolano
José Enrique Sarabia, además de unas exageradísimas interpretaciones que se
apartan del naturalismo, entre ellas la de la figura del cine y el teatro
chilenos Alfredo Castro, y un interesante empleo de los colores, sobre todo de
los juegos cromáticos con los azules.
Sin embargo, contada en
varios tiempos a través de diversos flashbacks sin orden (ni demasiado
concierto), entre el inicial crimen pasional que lleva al protagonista a la
cárcel y la explicación final, El
príncipe siempre resulta alicorta en su retrato de una realidad social y
carcelaria que se antoja grueso, y de una pasión sentimental complicada de
entender. Y aunque en algún instante parezca enfilar hacia aquellos míseros y
deslumbrantes dramas del mexicano Arturo Ripstein ambientados en espacios
cerrados y metafóricos (El castillo de la pureza, El lugar sin límites…), la
sensación nunca acaba de cuajar. (Javier Ocaña)
Recomendada
(con reservas).
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