domingo, 7 de mayo de 2023

Harka (Lotfy Nathan, 2022)

 

Título original: Harka. Dirección: Lotfy Nathan. País: Francia,Túnez, USA, Luxemburgo, Bélgica. Año: 2022. Duración: 90 min. Género: Drama.

Guión: Lotfy Nathan. Música: Eli Keszler. Fotografía: Maximilian Pittner. Producción: Cinenovo, Kodiak Pictures, Beachside Films, Spacemaker Productions, Anonymous Content, Tarantula, Film Constellation, Detailfilm, Cinétéléfilms, Luxemburg Film Fund, Région Ile-de-France, Cinereach, Das Kleine Fernsehspiel, Belga Films Fund.

Premio a la Mejor interpretación (Adam Bessa) en la sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2022.

Fecha del estreno: 28 Abril 2023 (España).

 

Reparto: Adam Bessa, Najib Allagui, Salima Maatoug, Ikbal Harbi, Mohamed Ouni, Khaled Brahem, Moez Hannachi.

 

Sinopsis:

Ali, un joven tunecino que sueña con una vida mejor, experimenta una vida solitaria vendiendo gasolina de contrabando en el mercado negro. Cuando su padre muere, tiene que hacerse cargo de sus dos hermanas pequeñas, que se ven abandonadas a su suerte en una casa de la que pronto serán desalojadas. Ante esta repentina responsabilidad y las injusticias a las que se enfrenta, la cólera y la rabia despiertan en Ali. Las de una generación que, más de diez años después de la revolución, sigue intentando hacerse oír....

 

Comentarios:

En árabe, Harka significa “movimiento” (más concretamente, se refiere a un grupo de soldados que se han unido voluntariamente para luchar). La ópera prima del cineasta egipcio-británico Lotfy Nathan, Harka, presentada en la sección Un Certain Regard de Cannes 2022, retrata a un joven tunecino solitario que se esfuerza por alcanzar una vida mejor para sí mismo, tal vez aspirando a ese mismo sentido de comunidad. Ali (interpretado por el joven actor franco-tunecino Adam Bessa) es un auténtico marginado, un “hombre anónimo”, que representa esa figura alienada y desesperada que parece sacada directamente de la literatura existencialista clásica. Por otra parte, como telón de fondo, encontramos las protestas que evocan la exitosa revolución tunecina de 2011, que se encuentran en un punto de ebullición. Basándose en el precedente de Mohamed Bouazizi, cuyo martirio ayudó a desencadenar la revolución en el país (y la Primavera Árabe en general), Harka adopta una visión holística de esta lucha, mostrando cómo la terrible experiencia de Ali genera cambios positivos.

Harka es una propuesta cinematográfica robusta y segura de sí misma, que a menudo transmite una sensación de impulso y nunca se conforma con el realismo social amable y observacional, que suele ser el enfoque predeterminado para este tipo de obras. Sin embargo, también resulta un tanto esquemática y poco desarrollada, resignándose a retratar a Ali mientras busca dinero, venganza o su propia supervivencia, descuidando detalles con mucho potencial, como sus relaciones sociales y familiares, así como el trasfondo político, que aportarían a la película una mayor profundidad. Este es el primer largometraje de ficción de Nathan, después de dirigir el documental de motoristas 12 O'Clock Boys, que recuerda al estilo de Harmony Korine, y numerosos anuncios publicitarios. En ocasiones, la cinta transmite la sensación de ser una simple tarjeta de presentación: una película hecha para mostrar sus habilidades visuales y narrativas, aspirando a proyectos más ambiciosos y de mayor presupuesto.

Ali es un hombre en posesión de barriles de petróleo aguado, pero sin un lugar a donde ir. Esta es su única fuente de ingresos (ilegítimos), por la que recibe billetes desgastados que parecen a punto de desintegrarse al menor contacto, y que oculta en el muro de un edificio en ruinas. Se encuentra dividido entre las deudas de su difunto padre y el impacto que esto ha tenido en sus dos hermanas (Salima Maatoug e Ikbal Harbi), y el deseo de marcharse de Túnez y perseguir una vida más lucrativa en Europa, representada por su compañero de fiesta, que una noche alardea sobre el “dinero y mujeres” que tiene en Berlín (un comentario que Ali recibe con un ceño fruncido, logrando la empatía del público). A medida que la situación se vuelve más insostenible, con sus hermanas enfrentándose al desalojo de su hogar, el anciano taciturno del que obtiene el petróleo le pregunta, con una voz grave que evoca al cine negro, si "conduce". De esta forma, Ali se involucra todavía más en la cadena de suministro de contrabando, sumergiéndose en un territorio más inseguro, aunque no necesariamente violento, mientras transporta petróleo a través de la frontera.

Ali no es un antihéroe. El joven nunca se rebaja a cometer actos inmorales, lo cual obliga al público a animarlo en contra de su intuición. En realidad, está tratando de hacer lo "correcto" en todo momento, y solo al final vemos decaer su fuerza de voluntad debido a la creciente frustración e inmovilidad. A excepción de un momento clave hacia el final de la película, está completamente aislado de las demás personas frustradas que lo rodean, sin darse cuenta de que comparten una lucha justa contra la desigualdad y el poder estatal en el país. Desgraciadamente, sus caminos confluyen demasiado tarde, a expensas de Ali, pero su cruzada no es en vano. (David Katz)

Recomendada (con reservas).



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