Título
original: Paula. Dirección: Florencia
Wehbe. País: Argentina. Año: 2022. Duración: 93 min. Género:
Drama.
Guión: Florencia Wehbe, Daniela
De Francesco. Música: Populous. Fotografía: Nadir Medina. Montaje: Damián Telelbaum. Dirección
artística: Julia Pesce. Producción:
Fernanda Rocca (Bombilla Cine, The Piranesi Experience).
Colón de Plata Premio
Especial del Jurado en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva 2022.
Fecha del estreno: 14 Abril 2023 (España).
Reparto:
Lucía Castro, Lara Griboff, Julieta Montes,
Tiziana Faleschini, Liz Correa, Beto Bernuez, María Belén Pistone.
Sinopsis:
En una sociedad en la que
los estereotipos femeninos de belleza resultan inalcanzables, una adolescente
de solo 14 años deberá transitar un solitario camino en la búsqueda de la
aceptación propia, para la cual la anorexia promete peligrosas soluciones.
Comentarios:
La película se abre con una secuencia-prólogo muy reveladora, en la que asistimos a la conversación de las cinco compañeras de clase que, después del verano, están en su primer día de colegio. Las notamos tristes, fuman, e intercambian ideas y sobre todo, desilusiones y tristezas de una existencia que pasa demasiado rápido y no hay tiempo para asimilarlo todo, donde la rutina las aplasta, y el ocio es siempre un leve instante de tiempo, como un sueño. Corte a unos imaginativos, coloridos y sorprendentes títulos iniciales con animaciones, que manifiestan esa adolescencia de cambios y problemas. Después, la película se asienta en la existencia de una de las cinco amigas, Paula, un adolescente de 14 años, con unos kilos de más, que debe soportar a una hermana mayor delgada, una madre que le insta a llevar una ropa que no le viene, un padre ausente, y sobre todo, la presión social de adelgazar para tener un cuerpo normativo y gustar a Facu, el chico que le gusta. Paula decide conectarse a una de esas webs con las que adelgazar milagrosamente a base de no comer y adentrarse en la anorexia.
Segundo largometraje de la directora Florencia Wehbe (Río Cuarto, Córdoba, Argentina), después de Mañana tal vez (2020), en la que también hablaba de la adolescencia a través de Elena, aspirante a compositora, y el encuentro con su abuelo, un compositor jubilado que sentía el menosprecio de su edad. La aceptación de uno mismo en pos a la presión social en la que vive, vuelve a ser el motor de la trama, en la que la joven Paula se siente atrapada en esos kilos de más que no la dejan ser la persona que quiere ser, para así gustar a los demás, y ponerse la ropa de su hermana, gustar al chico y sobre todo, sentirse más bella y atractiva. con un espléndido y acertadísimo guion de Daniela de Francisco y la propia directora, la historia podría haberse metido en el duro drama de esta adolescente, pero en cambio, aunque hay dureza, la trama se va por otros derroteros, sumergiéndonos en esa existencia donde la cámara se va filtrando por las aristas emocionales, retratando su tristeza, su realidad durísima, y sus dolorosos métodos para adelgazar en tiempo récord.
Estamos ante una especie de diario personal y muy íntimo de la vida de Paula, “Pauli” para las amigas, en un relato asentado en una naturalidad muy transparente y cercanísima, filmada con detalle y precisión quirúrgica, en un portentoso trabajo de la fotógrafa Nadir Medina, que la vimos ya en la citada ópera prima de Wehbe, en un ejercicio donde prima el retrato de Paula frente a ella misma y frente al resto, donde nunca se juzga y sobre todo, se sigue sin subrayar nada, acompañando a la protagonista en el colegio, en su casa y con sus amigas, son maravillosos esos momentos entre las cinco amigas, mientras se preparan para salir y su complicidad en la discoteca y demás lugares que transitan. La directora no sólo ha vuelto a contar con Medina, sino también encontramos a Fernanda Rocca, la productora y Julia Pesce en arte, que repiten en esta segunda película, y la incorporación de Damián Telelbaum, en el montaje, en un estupendo trabajo de precisión y contención, donde en sus magníficos ochenta y nueve minutos de metraje se cuenta todo lo necesario, en los que ni falta ni sobra nada.
Paula se adentra en el complejo y difícil territorio de la adolescencia, ese espacio a veces terrorífico, incierto, lleno de cambios, todos impredecibles, todos inquietantes, y sobre todo, un lugar del que no salimos indemnes, donde vamos haciéndonos y haciendo en relación con nosotros y con los demás. Una etapa que últimamente el cine americano ha tratado con sutileza, a partir de un acercamiento humano y complejo, y también, retratando todo su verdad y su angustia, hay tenemos casos como los de Después de Lucía (2012), de Michel Franco, Las plantas (2015), de Roberto Doveris o Tengo sueños eléctricos (2022), de Valentina Maurel, títulos a los que hay que añadir Paula, en su incansable búsqueda de ese sentir todavía demasiado joven y expuesto a peligros inconscientes, sometidos a una sociedad demasiado superficial y competitiva que sólo quiere alcanzar ese éxito cueste lo que cueste, para ser uno más y pertenecer a las reglas artificiosas que dictan los mercados y la publicidad.
Por último, resaltar la potentísima y maravillosa interpretación de la debutante Lucía Castro en el papel de la protagonista Paula, lo bien que mira, que se mueve, y sobre todo, lo bien que habla sin abrir la boca, todo un extraordinario hallazgo que con su presencia hace que la película vuele muy alto, y consiga todo lo que se propone, su verdad y todo lo que transmite. (José A. Pérez Guevara)
Recomendada (con reservas).
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