Título original: Les combattants. Dirección: Thomas Cailley. País: Italia, Francia. Año: 2014. Duración: 98 min. Género: Comedia, Drama. Guión: Thomas Cailley y Claude Le Pape. Producción: Pierre Guyard. Dirección de
Producción: Mathieu
Verhaeghe. Fotografía: David Cailley. Música: Philippe Deshaies, Lionel Flairs, Benoit Rault. Montaje: Lilian Corbeille. Sonido: Jean-Luc Audy. Decorados: Paul Chapelle. Vestuario: Arianne Daurat. Maquillaje: Marine Beaudoin. Estreno en España: 3 Septiembre 2015.
Intérpretes: Adèle Haenel (Madeleine), Kévin Azaïs (Arnaud),
Antoine Laurent (Manu Labrède), Brigitte Roüan (Hélène Labrède), William
Lebghil (Xavier), Thibault Berducat (Victor), Nicolas Wanczycki (Teniente
Schliefer).
Sinopsis:
Entre sus amigos y el negocio familiar, el verano del joven Arnaud parece
que será tranquilo... hasta que conoce a Madeleine, tan bella como arisca, un
bloque de músculos tensos y catastróficas profecías. Él no espera nada, ella se
prepara para lo peor. Él se toma la vida con calma, con una sonrisa. Ella sólo
piensa en hacer el curso para entrar en el ejército ¿Hasta dónde podrá seguir
Arnaud a Madeleine, cuando ella nunca le pidió nada? Es una historia de amor. O
de supervivencia. O ambas.
Adele Haenel y Kevin Azais |
Comentarios:
Ganadora del César 2014 a la Mejor Ópera Prima, nos llega este primer
trabajo de Thomas Cailley, que también consiguió el Premio FIPRESCI (Quincena
de realizadores) en Cannes 2014.
Algunos críticos como Cuellar la tildan de una joyita muy bien trazada, una
comedia desenfadada y un drama liviano. Es el primer trabajo de Cailley, y se
le nota. Se le escapan ciertos detalles, pero esa frescura te deja el regusto
de haber saboreado un realizador prometedor que puede dar muchas sonrisas
cuando, al igual que sus personajes, madure y florezca.
Javier Ocaña describe que en una escena de Les combattants, un mando de
un curso de instrucción para aspirantes a soldados en el ejército de Francia
pregunta a sus alumnos cuál es el objetivo de un determinado movimiento en una
batalla. Nadie lo sabe, todos andan perdidos. "¡Obtener una posición de
ventaja!", grita alguien por fin. Es la clave, pero no solo en el
ejército, sino también en la guerra cotidiana de la vida. Y es entonces cuando,
a pesar de ambientarse durante buena parte del metraje entre soldados pipiolos,
Les combattants se vuelve definitiva alegoría de los tiempos de crisis, de la
juventud a la deriva, de la supervivencia laboral, social, moral, cultural y
emocional, del sálvese quién pueda.
Si hay espectadores que se quedan en la superficie, solo van a ver una
especie de primera mitad de bolsillo de La chaqueta metálica para una Europa
perdida en el agujero de la nada. Los que rasquen más, verán que ese
"bosque que empieza de cero, que se reinicia" a partir de un gran
incendio, son las nuevas sociedades; que hay dos posibilidades ante las
desastrosas expectativas para el futuro: pegarte de tortas con la vida e
intentar domarla a cada minuto mientras eres continuamente infeliz, o caminar
por ella con el sosiego de ir dando soluciones factibles a cada problema. Les
combattants se convierte así, gracias a su metáfora, en un pequeño y guerrero
relato de apariencia sencilla y largo alcance.
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