Título original: Everest. Dirección: Baltasar Kormákur. País: USA. Año: 2015. Duración: 118 min. Género: Aventuras, Drama.
Guión: William Nicholson, Simon Beaufoy. Fotografía: Salvatore Totino. Música: Dario Marianelli. Montaje: Mick Audsle. Dirección artística: Alessandro Santucci y Tom Still. Diseño de Producción: Gary Freeman. Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Brian Oliver, Tyler Thompson, Nicky Kentish Barnes.
Sección Oficial (fuera de competición) del Festival de Venecia 2015. Nominada a mejores efectos visuales en los Satellite Awards 2015.
Fecha del estreno: 18 Septiembre 2015 (España).
Reparto: Jason Clarke (Rob Hall), Josh Brolin (Beck Weathers), Jake Gyllenhaal (Scott Fischer), Keira Knightley (Jan Hall), Sam Worthington (Guy Cotter), Robin Wright (Peach Weathers), Emily Watson (Helen Wilton), John Hawkes (Doug Hansen), Elizabeth Debicki (Dr. Caroline Mackenzie), Clive Standen (Ed Viesturs), Michael Kelly (Jon Krakauer), Martin Henderson (Andy Harris), Vanessa Kirby (Sandy Hill), Thomas Goodman-Hill (Neal Beidleman), Mia Goth.
Sinopsis:
Inspirada en los acontecimientos que tuvieron lugar durante un intento por alcanzar el pico más alto del mundo, narra el recorrido de dos expediciones que se enfrentan a una de las peores tormentas de nieve que el hombre ha conocido jamás. El temple de los alpinistas es puesto a prueba cuando deben luchar contra la furia desatada de los elementos y superar obstáculos imposibles en un desesperado esfuerzo por sobrevivir.
Comentarios:
Jon Krakauer, escritor, periodista y montañero estadounidense, autor del best-seller Hacia rutas salvajes, acudió en 1996 al Everest con un doble propósito: escalar hasta la cima y, si no moría en el intento y acababa bajando, momento crítico según los especialistas, contarlo en un reportaje para la revista Outside. Krakauer no iría solo, sino junto a una expedición dirigida por una empresa comercial dedicada precisamente a eso, a ayudar a cumplir los sueños a gente con ansias de heroísmo y 65.000 dólares en el bolsillo (cada uno).
El dato sobre Krakauer, relatado en la emocionante y sugestiva Everest, dirigida por el islandés Baltasar Kormákur, aunque con el dueño de la empresa montañera como protagonista principal y el periodista como secundario, ya muestra a la perfección tanto la originalidad de la propuesta cinematográfica, alejada de la habitual épica de la victoria y el descubrimiento, como las complejas implicaciones morales de la historia, en una doble vertiente: la de los montañeros consigo mismos, y la de los montañeros en relación con los que les rodean, con sus familiares.
A pesar de ser una película con poco texto, el guión firmado por los reputados William Nicholson y Simon Beaufoy logra reflejar, con apenas unas pinceladas, unos magníficos retratos de grupo (heterogéneo) e individualizado de cada uno. Y en la puesta en escena, Kormákur, director de las estupendas 101 Reikiavik (2000) y, ya en Estados Unidos, 2 guns (2013), despliega un arsenal de recursos, espectacular en la acción pero muy elegante también en la captura de las miradas. Y todo ello a través del siempre discutible uso de las tres dimensiones, un tanto molesto en la primera parte de la película, durante la preparación de la ascensión, pero muy adecuado en el resto, sobre todo para amplificar en el espectador las sensaciones de los montañeros.
Aunque, de todos modos, lo más interesante de Everest es lo que deja entrever: el contemporáneo estado de la aventura, atestada de aficionados que pretenden grandes gestas mientras los profesionales los llevan de la mano, y en la que el heroísmo posee muchas caras, una de ellas, la comercial.
Una situación en la que la masificación te lleva a preguntarte con mayor encono aún la gran cuestión del alpinismo: ¿Por qué escalar? “Porque la montaña estaba ahí”, contesta un personaje de Everest, que atribuye la frase a Edmund Hillary. Una respuesta que, desde luego, no vale para todos. (Javier Ocaña)
Recomendada.
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