Título
original: The adjustment bureau. Dirección: George
Nolfi. País: USA. Año: 2011. Duración: 100 min. Género:
Thriller, Ciencia-Ficción.
Guión: George Nolfi (basado en
el relato “Equipo de ajuste”, de Philip K. Dick). Fotografía: John Toll. Música:
Thomas Newman. Montaje: Jay
Rabinowitz. Diseño de producción: Kevin
Thompson. Vestuario: Kasia
Walicka-Maimone. Producción: Chris Moore, Michael
Hackett, George Nolfi y Bill Carraro.
Nominada a Mejores
Especialistas de Acción 2011 por el Sindicato de Actores (SAG).
Estreno
en España: 4 Marzo 2011.
Reparto: Matt Damon
(David Norris), Emily Blunt (Elise Sellas), Anthony Mackie (Harry), John
Slatter (Richardson), Michael Kelly (Charlie Traynor), Terence Stamp
(Thompson).
Sinopsis:
El día de las elecciones
al Senado, el joven y carismático político David Norris conoce a Elise Sellas,
una guapa bailarina de ballet que altera completamente su vida. Cuando Norris
empieza a sospechar que ciertas fuerzas sobrenaturales intentan separarlos,
tratará de averiguar las causas.
Comentarios:
Los amantes del cine
político estamos tan ávidos de un género que no suele practicarse que en cuanto
nos muestran a un aspirante a gobernador, unos buenos diálogos y unos actores
con carisma, nos ilusionamos. Algo que ocurre con la primera media hora de Destino oculto, debut del hasta ahora
guionista George Nolfi, escritor de un par de productos de notable estampa
política: La sombra de la sospecha y El ultimátum de Bourne. Sin embargo,
transcurridos esos primeros minutos, se revela una trama paralela de corte
mágico, entre la ciencia ficción ligera y la adulta, que viene a provocar la
irresistible sensación de que estamos ante una tontería ¿Tontería? No tanto.
Estamos ante la
adaptación de un relato de Philip K. Dick, escritor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (ya saben, Blade Runner), que reflexiona, mientras
entretiene, sobre el azar y el libre albedrío. Una película con un sorprendente
parecido en sus subtextos y algunas imágenes con A vida o muerte, la obra maestra de Michael Powell y Emeric
Pressburger: la presencia de los ángeles, la paralización del tiempo, el amor
como detonante del cambio, el permiso del jefe de arriba... De modo que, aunque
se dedique demasiado esfuerzo para explicar lo inexplicable y el talento visual
de Nolfi no sea excesivo (lo que lleva a que un cierto olor a serie B se
convierta directamente en tufo), la película no es ninguna estupidez. (Javier
Ocaña)
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