Título original: Las bicicletas son para el verano. Dirección: Jaime Chávarri. País: España. Año: 1984. Duración: 103 min. Género: Drama.
Guión: Salvador Maldonado (basado en una obra de teatro de Fernando Fernán Gómez). Fotografía: Miguel Ángel Trujillo. Música: Francisco Guerrero. Producción: Alfredo Matas.
Mejor Actor (Agustín González) en el Festival Internacional Karlovy Vary 1984.
Fecha del estreno: 20 Enero 1984 (España)
Reparto: Amparo Soler Leal (Dolores), Agustín González (Luis), Victoria Abril (Manolita), Alicia Hermida (Doña Antonia), Gabino Diego (Luisito), Marisa Paredes (Doña María Luisa), Patricia Adriani (María), Aurora Redondo (Doña Marcela), Laura del Sol (bailarina), Emilio Gutiérrez Caba (Anselmo), Carlos Tristancho (Julio), Guillermo Marín (Don Simón), Miguel Rellán (Basilio), Jorge de Juan, Marina Saura, Sandra Eloani, Rosa Menéndez, Emilio Serrano, Will More.
Sinopsis:
El 18 de julio de 1936, estalla la Guerra Civil. En Madrid, una familia formada por un matrimonio y dos hijos comparte los avatares de la guerra con la criada y los vecinos. El niño de la casa, aunque ha suspendido, quiere que su padre le compre una bicicleta, pero la guerra hará que la compra se aplace indefinidamente.
Comentarios:
Espléndida adaptación de una excelente obra teatral de Fernando Fernán Gómez que recibió el Premio Lope de Vega en 1978, en la que se evocaban experiencias de adolescencia durante la guerra civil española, y que contó con un reparto de excepción: Gabino Diego, que debutaba en el cine, Victoria Abril, Amparo Soler leal, Marisa Paredes, Emilio Gutiérrez Caba, Aurora Redondo…, y sobre todo, un actor de excepción, Agustín González, uno de los grandes veteranos de la escena española, que encarna a la perfección a su personaje aportándole todos los matices interpretativos necesarios para transmitir la máxima credibilidad, se apoya en una gesticulación contenida aunque muy expresiva y en una voz perfecta.
A pesar de que en la trama se dejan ver diversos personajes de distinta ideología, la historia no quiere caer en una temática política, sino que representa un alegato contra cualquier tipo de guerra, y Chávarri filma con un cierto tono nostálgico las desventuras de una típica familia española; el trasfondo político se aprecia como un decorado, sin profundizar en él, a través de los estereotipos de algunos personajes (el anarquista, el fabricante de imágenes sagradas…), y de algunas localizaciones y decorados (el centro social anarquista, la calle, tanto en plena guerra como cuando los niños retiran las pancartas de «no pasarán», etc.). La película no es posible englobarla dentro de un solo género, tiene la riqueza de una variada gama de géneros, creándose un ambiente emocionante donde la guerra civil está como “telón de fondo”, combina situaciones dramáticas que viven los personajes con continuas pinceladas de humor, que van llevando poco a poco al espectador a un acercamiento y complicidad al lado de los perdedores, de los inocentes, de los que pasan hambre…
Visualmente es una película realista, con una puesta en escena clásica, rodada tanto en platós de cine como en escenarios naturales, la película nos muestra la vida de una ciudad y sus habitantes, Madrid aparece fotografiada tal cual era, como un personaje más; castizo y hermoso, podemos ver las callejuelas y plazas antiguas del barrio de la Latina, el parque de las Vistillas, la catedral de la Almudena y la Iglesia de San Francisco el Grande, así como el parque de El Retiro, el mercado del Rastro o el interior de una estación de metro. Comienza impregnada de una iluminación cálida, propia del verano, los personajes viven su día a día en las calles, en los escenarios naturales de un Madrid tranquilo y todavía en paz, pero a medida que avanza la cinta, la iluminación se vuelve más fría y los personajes pasan a ocupar espacios interiores generalmente más oscuros; visualmente pasa de la luz a la oscuridad, de la calidez al frío, del sol a las nubes, un recorrido acorde con el argumento de la película. (Juan Marey)
Recomendada.
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